Jueves, 23 de octubre de 2014
Hola Leticia. ¿Te ha pasado que has guardado un documento en tu computadora y no recuerdas en qué carpeta quedó almacenado? Cuando esto sucede lo que se suele hacer es abrir la opción "buscar programa o archivo", escribimos el nombre o alguna palabra clave para que el sistema sepa qué estamos buscando y ¡listo, tenemos de vuelta nuestro documento! Ahora imagina que tu mente es como tu computadora. Hay una parte que es consciente y otra que es inconsciente. Todo lo que tienes a la vista en la pantalla de tu computadora simboliza la parte consciente de tu mente (la puedes ver, leer, modificarla). Sin embargo, hay procesos que tu computadora hace sin que tu tengas noticia y que también permiten que el ordenador funcione. Esto representa tu mente inconsciente, y se encarga, entre otras cosas, de mantener a tu organismo funcionando sin que tengas que acordarte de darle la orden a tu corazón de que siga latiendo. Según estudios, el cerebro consciente ocupa 17% de la masa cerebral, mientras que el inconsciente 83%. Los impulsos conscientes viajan a velocidades de entre 192-224 km/hr. Los impulsos inconscientes viajan a más de 160,000 km/hr, es decir 800 veces más rápidos. Se ha calculado que en el organismo ocurren 10 cuatrillones de reacciones bioquímicas por segundo. ¿Te imaginas si toda esa labor administrativa estuviera a cargo de tu mente consciente? Por si esto fuera poco, la mente consciente puede procesar alrededor de 2,000 bits de información x segundo; mientras que la inconsciente procesa alrededor de 400 mil millones de bits por segundo. Por eso, cuando un psicoterapeuta busca cierta información importante que ayude a entender el problema emocional de una persona, suele apoyarse en la hipnosis. Esta técnica sirve para "echar un vistazo" a toda la información que la mente inconsciente tiene registrada y que puede ser de utilidad. Es como si el terapeuta buscara un documento archivado en la computadora sobre un tema en particular. Bien aplicada y bien llevada resulta muy útil. Espero te haya gustado la analogía. ¿Verdad que nuestra mente es impresionante?