Lunes, 29 de enero de 2018
Hola, antes de formular mis recomendaciones, respondamos las siguientes preguntas ¿Las mujeres fingen el placer? ¿Lo hacen con frecuencia? Ese gran misterio llamado orgasmo se puede potenciar con algunos ejercicios.
Las mujeres no alcanzan el orgasmo con facilidad. Es cierto, muchas fingen que lo están sintiendo, que el interior de sus cuerpos está experimentando un estallido que logra hasta generarles una fuerza poderosa en sus órganos, pero muchas, tristemente, no llegan rápidamente a este estado. Conozco mujeres que ni siquiera lo han sentido. “La anorgasmia –dificultad o inhibición para alcanzar el orgasmo- es el segundo motivo de consulta femenina en sexología”
Es paradójico, mientras muchos hombres buscan retener el orgasmo o retardarlo, las mujeres lo que quieren es alcanzarlo y, ojalá, rápido. Para lograrlo hay que entender, primero, que existen dos tipos de orgasmo: el que se produce por la estimulación del clítoris y el vaginal. Cada uno de estos activa una zona diferente del cerebro. El primero se siente más localizado en el área genital, y el que se consigue por penetración es más general y produce sensaciones en todo el cuerpo. Por eso suele ser más placentero.
Se recomiendan los siguientes ejercicios para alcanzar el orgasmo. Ojo, no son habladurías, la mujer que en realidad quiere conseguir el orgasmo lo puede hacer, solo debe trabajar en este objetivo.
1. Concentrarse. La mente debe estar relajada y debe enfocarse en los estímulos que la llenan de placer. Si son las caricias, o las palabras o los juegos debe prestarte especial atención a eso que está sucediendo y que enciende la libido de la mujer. Los pensamientos negativos o los problemas del día a día deben omitirse por completo.
2. Imaginar. La mente es uno de los protagonistas en la consecución del orgasmo. Pensar en una escena puntual que sea excitante para la mujer funciona muy bien. Esto sirve para alejar las imágenes negativas y las escenas que no vienen al caso.
3. Dominar la situación. Existen ciertos puntos al interior de la vagina que al ser activados por el pene encienden el camino hacia el orgasmo. Cuando los descubra, cuando sienta ese calor en el cuerpo siga activándolo. Muévase según esta indicación, pídale a su pareja que siga haciendo el movimiento que la excita y no tema tomar el control.
4. Buscar estímulos específicos. La mujer debe conocer cuáles son esos puntos de su cuerpo que la excitan. El clítoris es el órgano del orgasmo por excelencia. Vale la pena analizarlo y activarlo primero de manera individual, a solas, y luego se le puede indicar a la pareja. Los hombres no tienen por qué saberlo todo, una pequeña guía puede resultar muy útil.
5. Persistir. Es necesario mantener por un buen tiempo la caricia o el movimiento que la excita. No se quede a mitad de camino, si siente que ese estímulo es efectivo. Muchas desisten por pereza, porque quieren terminar rápido o porque piensan que no lo van a lograr ¡Un poco de esfuerzo los hará felices a ambos!
6. Expresarse. Muchas mujeres que se dejan llevar por las sensaciones y expresan lo que sienten con palabras, gestos, gemidos o gritos, llegan con más facilidad al orgasmo.
Otra práctica que se recomienda para alcanzar el orgasmo femenino son los ejercicios Kegel. Son muy fáciles de realizar y sirven para hombres y mujeres. En el caso de ellas, lo que se recomienda es sentarse, con el tronco levemente inclinado hacia adelante y contraer la vagina (imitando un poco la contracción que se hace cuando vamos a orinar pero sin mover los glúteos, el abdomen y las piernas). Cuando sepa que lo está haciendo bien (puede introducir un dedo en la vagina para comprobar que se contraen estos músculos) debe hacer cada ejercicio durante 3 segundos y relajar. Repetir de 10 a 15 veces, descansar y hacer otras dos series.
Estos ejercicios no solo sirven para estimular los órganos sexuales, y obtener orgasmos más intensos, también los puede realizar durante la penetración para darle mayor placer al hombre. Ojo, el papel de la pareja es fundamental, los hombres no pueden desconocer su labor de coequiperos. “Hay que estar abiertos a lo dicen las mujeres, sin caer en el ‘yo lo sé todo y nadie me debe dar instrucciones’. Se debe tener una actitud de exploración, y entender que cada mujer tiene su mapa erógeno particular y evitar ser mecánicos, lo que funciona para una no funciona para otra”