Viernes, 10 de octubre de 2014
Hola. Intenté responder al correo que me envío, pero me lo regresaron diciendo que la dirección de correo que proporcionó no existe, por lo que le copio aquí mi respuesta.
Por lo que comenta, las dificultades que observan las maestras están relacionadas con la esfera de la atención, concentración y memoria. Cuando un niño presenta dificultades en estas áreas se deben de considerar 3 aspectos que pudieran estar generando el problema:
1) aspecto biológico:
2) aspecto psicológico/familiar
3) aspecto social/académico
Me explico. Cuando un niño tiene problemas de atención hay que identificar y descartar cuál de los aspectos que le menciono pudiera estar alterado.
Dentro del aspecto biológico podemos encontrar: deficiencias en la comunicación entre las neuronas en ciertas áreas específicas del cerebro (cosa que sucede con el famoso Déficit de Atención e Hiperactividad), problemas nutricionales (deficiencias de ciertos electrolitos, alteraciones renales), alguna enfermedad que afecte el funcionamiento del cerebro, problemas en el sentido del oído (otitis, infecciones, tapones de cerumen, entre otros) que ocasionan que el niño no esté escuchando correctamente y, por lo tanto, no ponga atención.
Dentro del aspecto psicológico hay que evaluar el estado de ánimo y la motivación del niño para aprender y poner atención. En esta área, algunas de las razones que pueden explicar la falta de atención de un niño son: estado de ánimo deprimido, niveles de ansiedad muy elevados que le impidan concentrarse en las actividades escolares, estilo de aprendizaje dominante (visual, auditivo o kinestésico) no identificado, así como evaluar el ambiente familiar para descartar que existan problemas que pudieran estar estresando al niño (divorcio de los padres, enfermedad de un ser querido, etc.)
Dentro del aspecto social y académico se valora la presencia de condiciones inapropiadas del aula, método de enseñanza de los maestros, falta de amistades o de compañeros con quienes relacionarse, acoso escolar por parte de los compañeros, necesidades educativas especiales no identificadas, adecuación entre el método de enseñanza y el estilo de aprendizaje dominante del niño.
Estos factores no actúan solos, sino que generalmente se genera una interacción entre ellos que hace más difícil señalar una causa única. Por ejemplo: en una ocasión valoré a un pequeño que tenía dificultades visuales (miopía al parecer) que no se habían detectado. Aunado a esto, el menor se sentaba en la silla más lejana al pizarrón y a la maestra, cerca de compañeros con los que le gustaba platicar, por lo que era fácil distraerse. Así, la falta de una visión clara, hizo que a nivel motivacional el niño perdiera interés en poner atención a palabras que ni siquiera alcanzaba a distinguir. Como no le encontraba sentido a lo que le enseñaban, prefería pasar el tiempo de clases platicando con sus compañeros. Este ejemplo que le describo fue un problema que se resolvió con relativa facilidad (una valoración con el optometrista u oftalmólogo), que el niño usara los anteojos adecuados, y cambiarlo de lugar en el salón de clases. Sin embargo cada caso es diferente.
Mi recomendación sería que busque a un psicólogo o psicopedagogo que le pueda practicar una serie de pruebas para encontrar cuáles de los factores que le mencioné anteriormente pudieran estar causando la inatención. El psicólogo evaluará todos los aspectos y si encuentra algo que pudiera indicar un problema físico, le podrá indicar con qué especialista asistir (neurólogo, otorrino, etc.) en caso necesario.
Espero que esta información le resulte de utilidad. Cualquier duda seguimos a sus órdenes. Psicocrece