Martes, 13 de junio de 2017
Estimada Susana,
La adolescencia es una etapa del desarrollo que tiene ciertas metas, estas son, el desarrollo de la identidad y el ejercicio de la autonomía.
Es normal que los adolescentes se pongan rebeldes ya que de esta manera reafirman su autonomía. Además, con las nuevas habilidades cognitivas que van adquiriendo, esto les permite cuestionar y negociar nuevas normas, por lo que a veces respuestas tales como "porque yo lo digo" o "porque sí" "porque soy tu mamá y yo pongo las reglas" no son suficientes para lograr que los jóvenes sigan las normas.
Un aspecto muy importante es trabajar la comunicación y negociación de normas. Manteniendo una buena comunicación e invitando a los jóvenes a dialogar no sólo se disminuirán los conflictos, sino que también se mantendrá una relación madre/padre-hijo que sea cercana, basada en el apoyo y en el respeto.
Por otra parte, a veces a los padres les cuesta asumir que su hijo ha crecido y por lo tanto a veces lo siguen tratando como un niño. A su vez, los adolescentes se sienten entre el mundo infantil y el mundo adulto: sienten que para algunas cosas son muy mayores ya, y para otras aún se sienten pequeños, por lo que es importante ir dando espacios de autonomía de manera progresiva, para que ellos se sientan con la confianza de ejercer nuevos roles y adquirir nuevas responsabilidades para las cuales ya se encuentren preparados.
Saludos,
Mary Jane Schilling
Psicóloga Infanto Juvenil