Viernes, 15 de julio de 2016
La pornografía es una cuestión de relaciones. Afecta la relación consigo mismo, así como la interacción con su pareja e incluso otros miembros de la familia. El uso regular de la pornografía provoca problemas de autoestima, así como dificultad para lograr intimidad con la pareja. Se debe tratar como una adicción, debido a que implica altos niveles de deshonestidad y secretismo, por lo que si la persona es sorprendida, manifiesta sentirse desolada, avergonzada, deprimida, falsa, moralmente comprometida y en algunos casos, con pensamientos suicidas. Algunas veces la pornografía conduce a situaciones tan riesgosas como conductas ilegales y de gran riesgo, como la infidelidad, sexo en lugares públicos, verla en el lugar de trabajo, entre otras; todo esto lo confiesan los clientes junto con el comentario de que a pesar de saber y practicar estos riesgos, no pueden hacerla a un lado.
¿Cuál es el plan a seguir?
1. Identificar y evaluar el impacto de la pornografía en mi VIDA REAL
2. Decidir si ya es tiempo de dejarla
3. Aprender a detener el impulso de verla
4. Reconstruir la autoestima y la integridad personal, así como la dignidad de persona
5. Sanar las relaciones dañadas por causa de la pornografía
6. Desarrollar una vida sexual satisfactoria sin el uso de la pornografía.
Todo esto se realiza a través del acompañamiento por medio de la terapia cognitivo conductual que ha mostrado excelentes resultados para vencer esta situación.