Jueves, 02 de marzo de 2017
Hola Martha. Catalogar una adicción como un simple hábito no le hace justicia a todas los procesos psicológicos que intervienen para que una persona se vuelva adicta. Las adicciones NO son un hábito, son una enfermedad. Uno no erradica una enfermedad simplemente hablando con la persona y dándole argumentos lógicos para convencerlo de que debe cambiar. Las drogas son sustancias que alteran ciertos circuitos neuronales dentro del cerebro generando básicamente dos tipos de adicciones: una físiológica y otra psicológica. Por ello, en las clínicas de atención a adiciones se cuenta tanto con médicos como con psicoterapeutas. La adición también tiene distintos grados de severidad, por lo que el diagnóstico lo debe hacer un especialista. El hecho de que tu hijo diga que no le está haciendo daño no descarta el hecho de que pueda haber desarrollado ya una adicción. Lo recomendable es buscar ayuda especializada, tanto para la persona que consume, como para la familia. Las adicciones suelen causar diferentes problemas en la dinámica familiar. El primer paso es informarte tú, entender hasta donde llega tu capacidad de influencia, qué cosas pueden pasar y hasta donde puede llegar a empeorar una adicción. No mencionas la edad de tu hijo, pero si es menor de edad y sigue viviendo contigo es necesario que aprendas a poner límites a su comportamiento. Da la impresión de que con el argumento de que le "ayuda a relajarse" se está otorgando el permiso para consumir cuando él lo desee, dónde lo desee y sin importar que tanto pueda incomodar a quienes le rodean. El hecho de que una sustancia se producida de manera natural por ciertas plantas, NO implica que no pueda causar daño. Además, el daño no siempre es inmediato sino que va siendo gradual.