Miércoles, 23 de noviembre de 2016
Desear tener sexo, imaginarlo y pensarlo siempre es una buena señal, de hecho es bueno generar fantasías y sentirnos deseables. Pero cuando estos pensamientos de convierten en algo abrumador y nos impiden hacer nuestro día a día debemos acudir a un profesional.
Es normal preocuparnos cuando algo alg así nos invade todo el tiempo y no podemos prestar atención al trabajo, a la familia o a la pareja, a las obligaciones ni a nuestra salud.
Es habitual que ante una situación de cambio repentino, de estrés, de ansiedad o de tristeza surjan problemas psicológicos o físicos que no sepamos como lidiar con ellos.
Hacer caso a nuestro cuerpo es un buen comienzo ya que lo que nos sucede es un síntoma de que hay algo que no encaja, algo que ha hecho descarrilarnos o perdernos en nuestro proyecto de vida.
El sexo por eso, genera cosas muy buenas en nuestro organismo y en nuestra mente que parece extraño que pueda conllevar algun problema desear más. Nos ayuda a remitir tensiones físicas, emocionales y psicológicas, nos hace sentir mejor y realizados, sube nuestra autoestima y calma nuestra ansiedad.
Por estas razones si hemos condicionado situaciones de estrés, de frustración, de impotencia, rabia, tristeza... a un orgasmo, al final a la mínima señal de pérdida de control, apareceran estos pensamientos recurrentes y automáticos.
Debemos poder ponerle freno y reconducir nuestra vida y nuestros problemas de una forma más adaptativa. Buscar dentro de nosotros mismos las herramientas y recursos que seguro tenemos y que hemos olvidado para poder hacer frente estas situaciones.
Espero haberte animado a acudir a un sexólogo, es el paso más difícil... después ya no estaras solo en este proceso.
Anna Garriga
Barcelona