Viernes, 29 de julio de 2016
Hola Miriam. Ocultar y mentir requieren de distintos niveles de "esfuerzo mental", por así llamarlo. OCULTAR significa simplemente no revelar algún dato, es decir, la persona omite proveer cierta información crucial. MENTIR, por otro lado, implica distorsionar los hechos, dar una versión distinta a cómo sucedieron las cosas en realidad. Por tanto, mentir conlleva un mayor trabajo psicológico ya que la persona que miente debe asegurarse de que la distorsión resulte creíble y tenga cierta lógica. El hecho de que una persona mienta puede indicar mayor desarrollo de la conciencia, pues es capaz de diferenciar lo correcto de lo incorrecto, por tanto se esfuerza más en tratar de cubrir lo que sabe no está bien. De igual forma, los adultos que rodean al niño son los encargados de promover el desarrollo moral. Hay muchas razones por las que los niños mienten: reafirmar su identidad, probar que tan ciertos o firmes son los límites que se les imponen, miedo a castigos, tratar de obtener algún beneficio, entre otras. El comportamiento que los adultos adopten tras descubrir una mentira también tiene un impacto en el aprendizaje del niño sobre lo que implica mentir. Sin embargo, no mencionas cuál es la reacción que los adultos tienen. Finalmente, si sientes que la situación se les está saliendo de control, y tu nieta parece tener más poder que los adultos, es tiempo de acudir a un especialista que les ayude a enfrentar y corregir dicha situación. Saludos