Lunes, 01 de time.september de 2014
Tal para cual
¿Te imaginas un socorrista en una playa sin bañistas? Advertirás, querido lector, que esta cuestión, aparentemente absurda, esconde un axioma de lógica rotunda: el experto deportista necesita del nadador inseguro, así como el temeroso playista precisa del confiado salvador. Como el grano (parte) de arena (todo), uno es en tanto el otro existe. Y viceversa.
Aunque individuos, únicos e irrepetibles, somos seres sociales. Esta es nuestra indiscutible condición, paradójica naturaleza humana: dependientes al nacer, con vocación de convertirnos en jóvenes independientes, creadores de vínculos adultos de interdependencia. Y obsérvese que no hablo de dependencia emocional o afectiva,...