Martes, 01 de abril de 2014
PsicOOptima
Psicología
Psicología
QUE ES EL VAGINISMO, Y LA DISPAUREUNIA
El vaginismo es una contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina que realiza la mujer inconscientemente al intentar ser penetrada y que la imposibilita para el coito.
Anatómicamente, los genitales de la mujer que padece vaginismo son normales. Sin embargo, en el momento en que se intenta la penetración, la vagina se cierra literalmente de golpe, hasta el punto de que es imposible el acto sexual o introducir cualquier otra cosa. De ahí que el vaginismo sea una causa corriente de matrimonios no consumados, incluso después de muchos años.
El vaginismo se debe a un espasmo involuntario de los músculos que rodean la entrada vaginal que se da siempre que se intenta introducir un objeto en el orificio vaginal. Además del espasmo primario de la entrada vaginal, las pacientes con vaginismo suelen ser fóbicas al coito y a la penetración en la vagina. Esta evitación fóbica hace que los intentos de coito sean desagradables y dolorosos. A menudo es una reacción secundaria al vaginismo primario, pero hay veces en que la fobia de penetración precede al vaginismo.
Dado que este trastorno excluye por completo el acto sexual, rara vez se le tolera con resignación. El vaginismo puede ejercer un efecto psicológico devastador, no sólo sobre la mujer, sino también en el hombre. La mujer se halla normalmente atrapada en el dilema de necesitar ayuda, por un lado, y de estar atemorizada ante una posible curación, por otro. A parte de que los esfuerzos de la pareja para penetrar en una vagina cerrada pueden causarle a ella un gran dolor físico, puede que la mujer se sienta aterrorizada, humillada y frustrada por estos intentos. Los repetidos fracasos en el coito pueden dar además lugar a sentimientos de inadecuación, especialmente en mujeres jóvenes; el miedo a ser abandonada por su pareja podría también ser movilizado por estas experiencias
No es sorprendente que estas mujeres intenten evitar todo contacto sexual. Cualquier intento de penetración vaginal evoca intensa ansiedad, tensión y rabia, y estos sentimientos adversos sólo cesan cuando se aleja el "peligro" de penetración. Tales contingencias, y especialmente el hecho de que la ansiedad desaparece al cesar los intentos de penetración refuerzan la pauta de evitación, lo cual a su vez sirve para mantener el síntoma de vaginismo. Esta evitación fóbica constituye el obstáculo para el éxito del tratamiento.
Blanca Isabel Soria
Sesiones #Sevilla y on-line
www.psicooptima.com
El vaginismo es una contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina que realiza la mujer inconscientemente al intentar ser penetrada y que la imposibilita para el coito.
Anatómicamente, los genitales de la mujer que padece vaginismo son normales. Sin embargo, en el momento en que se intenta la penetración, la vagina se cierra literalmente de golpe, hasta el punto de que es imposible el acto sexual o introducir cualquier otra cosa. De ahí que el vaginismo sea una causa corriente de matrimonios no consumados, incluso después de muchos años.
El vaginismo se debe a un espasmo involuntario de los músculos que rodean la entrada vaginal que se da siempre que se intenta introducir un objeto en el orificio vaginal. Además del espasmo primario de la entrada vaginal, las pacientes con vaginismo suelen ser fóbicas al coito y a la penetración en la vagina. Esta evitación fóbica hace que los intentos de coito sean desagradables y dolorosos. A menudo es una reacción secundaria al vaginismo primario, pero hay veces en que la fobia de penetración precede al vaginismo.
Dado que este trastorno excluye por completo el acto sexual, rara vez se le tolera con resignación. El vaginismo puede ejercer un efecto psicológico devastador, no sólo sobre la mujer, sino también en el hombre. La mujer se halla normalmente atrapada en el dilema de necesitar ayuda, por un lado, y de estar atemorizada ante una posible curación, por otro. A parte de que los esfuerzos de la pareja para penetrar en una vagina cerrada pueden causarle a ella un gran dolor físico, puede que la mujer se sienta aterrorizada, humillada y frustrada por estos intentos. Los repetidos fracasos en el coito pueden dar además lugar a sentimientos de inadecuación, especialmente en mujeres jóvenes; el miedo a ser abandonada por su pareja podría también ser movilizado por estas experiencias
No es sorprendente que estas mujeres intenten evitar todo contacto sexual. Cualquier intento de penetración vaginal evoca intensa ansiedad, tensión y rabia, y estos sentimientos adversos sólo cesan cuando se aleja el "peligro" de penetración. Tales contingencias, y especialmente el hecho de que la ansiedad desaparece al cesar los intentos de penetración refuerzan la pauta de evitación, lo cual a su vez sirve para mantener el síntoma de vaginismo. Esta evitación fóbica constituye el obstáculo para el éxito del tratamiento.
Blanca Isabel Soria
Sesiones #Sevilla y on-line
www.psicooptima.com