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Cómo hacer un uso correcto de la economía de fichas para modificar conductas o crear hábitos
Muchas veces, ante una mala conducta del niño, los adultos tendemos a utilizar el castigo para poner fin a la conducta no deseada ya que es un sistema con el que muchos de nosotros hemos crecido. Pero hoy en día existen grandes cantidades de estrategias y técnicas para poder modelar la conducta adecuada sin recurrir al castigo.
Hablamos pues de la economía de fichas. Una técnica motivadora para el niño y útil para instaurar una serie de conductas deseables y rutinas como podría ser "lavarse los dientes después de cada comida". Inmediatamente después de la conducta esperada se le da al niño un reforzador simbólico, que puede ser una ficha o una pegatina, colocado en la tabla de registro. Al inicio de todo, hay que pactar con el niño el premio y el número de puntos a obtener por conseguirlo. Es importante recalcar que el premio pactado debe ser realista y debe respetarse cuando se le da porque de no ser así, la técnica dejaría de ser efectiva.
Los premios no deben ser únicamente materiales, también pueden ser sociales, como salir con los amigos en caso de que sean adolescentes o hacer alguna salida que el niño desea con la familia.
Muchas veces como profesionales nos encontramos ante la pregunta de muchos padres sobre "No se les debería premiar por estas conductas, ¿debería salir del niño, no?".
Todos, y quiero decir también los adultos, nos movemos por algo o para conseguir algún tipo de beneficio que puede ser económico, de realización personal, etc. En determinadas edades, los niños aún no tienen la madurez suficiente para mostrar una motivación interna y para ello se deben buscar reforzadores externos. A medida que las conductas deseadas se vayan instaurando, los objetivos irán variando, aumentando el grado de complejidad o añadiendo tareas nuevas.
Por último, es muy importante ser constante en su aplicación. Esta responsabilidad no recae sólo sobre el niño, sino también por parte del adulto, que debe reforzar siempre que se dé la conducta deseada. Por otra parte, si aparecen conductas no deseadas que no se han pactado, no deben interferir en la economía. Por estas conductas, se pueden establecer otras consecuencias, sin tocar los puntos conseguidos. Por último, el acompañamiento de esta técnica con el refuerzo positivo (elogios, felicitaciones, abrazos ...) es mucho más efectivo, ya que el niño/a coge más seguridad en sí mismo y más motivación a la hora de realizar la conducta deseada.
En definitiva, para que la economía de fichas sea efectiva es necesario:
- Comenzar con la elección de 3 o 4 conductas que se quieran modificar
- Los objetivos deben ser claros, concretos y realistas, es decir, que el niño los pueda realizar
- Evitar plantear los objetivos de manera negativa, es decir, en lugar de escribir "No gritar a los compañeros" se puede plantear el objetivo como "Hablar a los compañeros con un tono de voz adecuado"
- Concretar con el niño el número de puntos totales a conseguir para obtener la recompensa final
- En los más pequeños intentar que la recompensa a conseguir no sea a largo plazo, es decir, hacerla por ejemplo semanalmente para evitar cansancio y falta de efectividad.
- No sacar puntos si la conducta no deseada no está pactada a la economía de fichas
- La recompensa puede ser material (cromos, golosinas ...) o social (hacer alguna actividades con la familia que el niño desee o, en el caso de tratarse de adolescentes, salir con los amigos)
- Dar el reforzador inmediatamente después de cumplir con la conducta deseada (la ficha, pegatina...)
Para saber más sobre la aplicación de esta técnica de modificación de conducta puede contactar con nosotros vía correo electrónico a: info@centrepip.com