TRASTORNOS DE PERSONALIDAD: MODELOS CATEGORIALES O DIMENSIONALES
Los modelos categoriales consideran distintos grupos de signos y síntomas para identificar un trastorno de personalidad, requiriendo la presencia de algunos de estos grupos para diagnosticarlos. Las clasificaciones internacionales DSM y CIE son ejemplos de estas aproximaciones categoriales, fieles seguidores de la tradición médica, y que, en este tipo de alteraciones, inauguró Kurt Schneider. El considerarlas como categorías implica que una simple decisión diagnóstica colocará a los pacientes dentro o fuera del ámbito de trastorno que corresponda. Esto tiene la ventaja de que facilita la tarea de adjudicar a los sujetos a una categoría diagnóstica u otra, pero cae en el error de perder su índole idiográfica, alejándose de la consideración de ser humano como ser individual, dictando normas generales de pertenencia a un grupo u otro.
Los modelos dimensionales sitúan al sujeto en un continuo que permite definir la presencia de un trastorno en función de la intensidad, frecuencia o duración de determinados rasgos. Estos modelos se basan en la idea de que la estructura de la personalidad es común a todas las personas y lo que varía es la combinación de rasgos. Estos modelos se basan en la idea de que la estructura de la personalidad es común a todas las personas y lo que varía es la combinación de rasgos, asumiendo que hay una relación continua entre rasgos de personalidad y trastornos, de tal forma que los rasgos de personalidad y trastornos, de tal forma que los trastornos sólo representan los extremos de un continuo. Para estos modelos, los rasgos de personalidad son la unidad conceptual del análisis, definiéndose como modelos de conducta, emoción y cognición que son consistentes en distintas situaciones, estables en el tiempo y que pueden ser identificados en la infancia. Los trastornos de personalidad se definen como configuraciones multidimensionales extremas, variantes "maladaptativas" de rasgos de personalidad normal con una distribución continua. El diagnóstico se realizaría en función de determinados puntos de corte dentro de dimensiones principales, o bien por rangos de segundo orden que determinen un nivel clínicamente significativo de estrés o disfunción.
Rodrigo Córdoba Sanz. Zaragoza (Zona Centro). Psicólogo y Psicoterapeuta