Psicología
Posiblemente usted ha visto o escuchado acerca de panfletos que por lo general suelen encontrarse en clínicas o consultorios privados, los cuales hacen referencia al trastorno bipolar.
En dichos panfletos encontrará preguntas como: a veces se siente sin ánimo de hacer cualquier cosa? Se siente decaído? Se le dificulta conciliar el sueño? Hay días en los que se siente triste y otros alegre sin razón aparente? Experimenta dificultad para el placer sexual?
Estas son algunas de las preguntas que puede encontrar no solo en folletos informativos sino k pueden ser realizadas por un especialista en salud mental.
Ahora, hay que considerar que la respuesta a estas preguntas no implica la existencia de un trastorno bipolar, pero si son respuestas a las que responderá afirmativamente casi cualquier persona por su simple condición de ser humano. Esto último implica que muchas de las personas después de verse frente a esa información sentirán la necesidad de consultar con un especialista, el cual, si es la fuente mediante la cual usted recibió la información, podría hacer s mismas preguntas que usted ya se respondió y acto seguido puede darle un diagnóstico de trastorno bipolar, lo cual obviamente irá acompañado de una recomendación a recibir asistencia psiquiátrica y una receta de psicofármacos (ambos naturalmente con un alto costo económico).
El punto a considerar es que los aspectos mencionados a pesar de ser utilizados muchas veces para dar un diagnóstico no son los apropiados, pues para eso el profesional debe basarse en el manual de diagnóstico psiquiátrico, el cual junto con su observación será el referente para decidir comunicarle al paciente la conclusión a la k ha llegado (lo causará en el mismo un fuerte impacto emocional que requiere de atención inmediata)
Aunque no es necesaria una enumeración y descripción de los criterios diagnósticos en el presente texto, si cabe resaltar que el análisis comprende una investigación de los síntomas, su inicio, desarrollo y cronicidad, sin dejar de lado los antecedentes familiares.
Partiendo de todo lo anterior es recomendable no tomar a la ligera la información contenida en panfletos, cuestionarios de origen dudoso y conclusiones apresuradas de profesionales que le puedan diagnosticar en cuestión de minutos, pues debido a lo aquí mencionado eso no es posible. Recuerde también que todo medicamento tiene efectos secundarios, que al sumarse a un costoso tratamiento psiquiátrico (el cual muchas veces debería ser más bien psicológico), el impacto emocional mencionado y las consecuencias de que se diera el caso de descubrir que tal diagnóstico fue equívoco, vale la pena y usted tiene derecho a buscar segundas opiniones y consultar las veces que lo considere necesario antes de sencillamente aceptar una noticia que puede cambiar radicalmente su vida y traerle un mal innecesario.
No olvide que la información es poder y que el propósito de este artículo no es asustarle ni crearle un mal concepto de la atención específicamente psiquiátrica, más bien es una invitación a que si lo considera pertinente busque ayuda, pero sea precavido(a) No se arriesgue a ser víctima de lo que en los últimos años se ha vuelto en un lucrativo negocio entre psiquiatras, casas farmacéuticas, clínicas privadas e incluso algunos psicólogos.
Infórmese, investigue y tome decisiones con la base más sólida disponible. Se trata de su salud y la de quienes le rodean.
Dr. Hermann Valverde, Psicólogo
Teléfono 2294-5422
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