Viernes, 06 de abril de 2018
Clinifem Psicólogos
- Merida, (España)
Depresión
Depresión
Las previsiones de la Organización Mundial de la Salud estiman que para el año 2020 la depresión será la tercera causa de mortalidad junto con las enfermedades coronarias y los accidentes de tráfico, y la primera causa de incapacidad.
Estamos ante una enfermedad que ocasiona problemas subjetivos y emocionales y en la que, en la mayoría de los casos, se desarrollan los llamados síntomas de evitación, es decir, los conocidos síntomas fóbicos por los cuales las personas empiezan a tener un miedo irracional y exagerado, que les conduce a una serie de limitaciones que son evidentemente invalidantes para quien los padece.
Las crisis de angustia y ansiedad no son nuevas en nuestra sociedad, lo que sí es cierto es que últimamente estamos sometidos a un estrés continuo; toda la problemática de nuestra sociedad en cierto modo nos afecta de un modo u otro y se agrava con los problemas cotidianos a los que nos tenemos que enfrentar, como pérdida de empleo, crisis familiares, problemas económicos y, si bien es cierto que el estrés de forma moderada activa nuestro organismo, cuando éste se prolonga en el tiempo podemos desarrollar trastornos de ansiedad que pueden conducirnos a la siguiente etapa, la depresión, que causa mella tanto a nivel físico como psíquico.
Diferenciar entre ansiedad y depresión no siempre resulta sencillo por la similitud de algunos de sus síntomas e incluso de sus causas, ya que en el fondo ambas patologías son formas de adaptarse al entorno.
Entre los síntomas más comunes de ambas patologías se encuentran la falta de energía, el agotamiento, los patrones de sueño alterado, las preocupaciones excesivas, la irritabilidad, el aislamiento, los dolores musculares, los sentimientos de culpa e, incluso, el desarrollo de una baja autoestima.
A pesar de la coexistencia de manifestaciones entre la ansiedad y depresión, o de que no siempre se presentan claramente, lo que sí es cierto es que existen muchas formas de combatirlas, entre ellas las conocidas Terapias conductuales, Terapias cognitivas, e incluso la Hipnosis. Particularmente me decanto por las Terapias de Tercera Generación, entre ellas el Mindfulness, las cuales están demostrando una gran efectividad en todos los ámbitos de la vida.
Además de reducir el estrés y la ansiedad, la aplicación de la Terapia de Mindfulness de manera continuada aumenta nuestra capacidad de perspectiva, mejora el rendimiento académico, protege el cerebro de enfermedades mentales, previene las recaídas de las personas con problemas adictivos, tanto con el alcohol como con las drogas, es muy efectiva en el tratamiento de los trastornos obsesivos compulsivos, reduce el riesgo de depresión en los adolescentes e incluso entre las mujeres embarazadas, nos permite perder peso de manera equilibrada y nos ayuda a dormir mejor.
Los beneficios son extraordinarios, siempre que se dedique el tiempo necesario y la persona se implique activamente en la Terapia.
Ana Mª Carroza Pacheco
Psicóloga
Col. EX01686
Estamos ante una enfermedad que ocasiona problemas subjetivos y emocionales y en la que, en la mayoría de los casos, se desarrollan los llamados síntomas de evitación, es decir, los conocidos síntomas fóbicos por los cuales las personas empiezan a tener un miedo irracional y exagerado, que les conduce a una serie de limitaciones que son evidentemente invalidantes para quien los padece.
Las crisis de angustia y ansiedad no son nuevas en nuestra sociedad, lo que sí es cierto es que últimamente estamos sometidos a un estrés continuo; toda la problemática de nuestra sociedad en cierto modo nos afecta de un modo u otro y se agrava con los problemas cotidianos a los que nos tenemos que enfrentar, como pérdida de empleo, crisis familiares, problemas económicos y, si bien es cierto que el estrés de forma moderada activa nuestro organismo, cuando éste se prolonga en el tiempo podemos desarrollar trastornos de ansiedad que pueden conducirnos a la siguiente etapa, la depresión, que causa mella tanto a nivel físico como psíquico.
Diferenciar entre ansiedad y depresión no siempre resulta sencillo por la similitud de algunos de sus síntomas e incluso de sus causas, ya que en el fondo ambas patologías son formas de adaptarse al entorno.
Entre los síntomas más comunes de ambas patologías se encuentran la falta de energía, el agotamiento, los patrones de sueño alterado, las preocupaciones excesivas, la irritabilidad, el aislamiento, los dolores musculares, los sentimientos de culpa e, incluso, el desarrollo de una baja autoestima.
A pesar de la coexistencia de manifestaciones entre la ansiedad y depresión, o de que no siempre se presentan claramente, lo que sí es cierto es que existen muchas formas de combatirlas, entre ellas las conocidas Terapias conductuales, Terapias cognitivas, e incluso la Hipnosis. Particularmente me decanto por las Terapias de Tercera Generación, entre ellas el Mindfulness, las cuales están demostrando una gran efectividad en todos los ámbitos de la vida.
Además de reducir el estrés y la ansiedad, la aplicación de la Terapia de Mindfulness de manera continuada aumenta nuestra capacidad de perspectiva, mejora el rendimiento académico, protege el cerebro de enfermedades mentales, previene las recaídas de las personas con problemas adictivos, tanto con el alcohol como con las drogas, es muy efectiva en el tratamiento de los trastornos obsesivos compulsivos, reduce el riesgo de depresión en los adolescentes e incluso entre las mujeres embarazadas, nos permite perder peso de manera equilibrada y nos ayuda a dormir mejor.
Los beneficios son extraordinarios, siempre que se dedique el tiempo necesario y la persona se implique activamente en la Terapia.
Ana Mª Carroza Pacheco
Psicóloga
Col. EX01686