Miércoles, 27 de abril de 2016
Christian Vera Prado
Psicología
Psicología
Desde hace algún tiempo en Chile se viene discutiendo la posibilidad de generar un proyecto de ley que permita interrumpir el embarazo ante situaciones específicas. En la actualidad este proyecto de ley está en plena tramitación y considera tres causales: Riesgo de muerte de la madre, inviabilidad fetal y violación.
Aprovechando el interés que ha despertado este debate, quisiera abordar desde un enfoque amplio e integral las ideas en torno al inicio de la vida y la gestación, con la intención de poder contribuir a que las personas tengan a la vista un horizonte completo de información al reflexionar sobre estos temas tan fundamentales. En ningún caso pretendo persuadir acerca de cuál sería la postura más apropiada, pues se comprende que son tres causales específicas y en circunstancias extremas a las que nadie quisiera verse enfrentado/a. Menos aún se harán interpretaciones valóricas y/o morales. Solo deseo dar a conocer el proceso de gestación del ser humano desde una perspectiva integradora basada en aportes de diversas disciplinas científicas como la física, las neurociencias, la psiconeuroinmunoendocrinología, la psicología evolutiva y la psicología perinatal.
Gracias al desarrollo en estos y otros campos científicos hoy podemos dar cuenta del surgimiento de nuevos modelos explicativos, interdisciplinarios e integrativos que han hecho posible asumir como objeto de estudio fenómenos hasta hace poco ignorados en el ámbito científico tradicional, tal es el caso de las funciones subjetivas del ser humano, como los procesos psicológicos y mentales. El trabajo interdisciplinario ha permitido generar perspectivas más globales que reconocen la influencia de la salud mental sobre la salud física y el desarrollo de enfermedades, y hoy se cuenta con numerosa evidencia indicando una estrecha relación entre algunas patologías que aparecen en la vida adulta y las experiencias intrauterinas, asociadas a ciertas condiciones psicobiológicas de la mujer durante el embarazo.
El conjunto de estos hallazgos nos muestran a la etapa gestacional como una fase en la que se incuba o programa la salud física y psicológica del ser humano. Aquí se observa un giro de gran relevancia en el modo de comprender la vida intrauterina porque ya no estamos hablando del embrión como una especie de bultito inconsciente y pasivo cuyo cuerpo únicamente se encuentra en desarrollo y crecimiento físico, sino de un ser en gestación que presenta un aspecto de conciencia; introvertida; sensible, que vive; registra y se organiza en función del tipo de relación que se da con su madre y medio circundante.
El surgimiento de comprensiones científicas más integradoras ha permitido ampliar la manera en que nos entendemos como seres vivos, desde esta perspectiva es posible reconocer una dimensión de conciencia que no había sido visualizada por la ciencia oficial. Antes de continuar, hago la salvedad de que cuando hablamos de conciencia no lo hacemos como un equivalente al intelecto o a la mente humana racional, sino a esa dimensión perceptiva presente en el embrión que le permite entrar en diálogo continuo con los estados psicobiológicos de su madre; diálogo a partir del cual comienza a organizarse a un nivel preverbal y tácito; generando referencias propias que condicionan y afectan el despliegue de su patrón genético. A partir de este diálogo molecular, celular y psicológico el bebé intrauterino va estructurando su comportamiento biológico y psicológico a corto y largo plazo, del cual va surgiendo una manera específica de sentirse, adaptarse y comportarse una vez nacido; incubando durante su gestación esquemas psicobiológicos que condicionarán su salud a lo largo de su vida extrauterina.
Incluso, la psicología perinatal si bien visualiza la etapa gestacional como una etapa de formación psicobiológica, es más abarcativa aún en su comprensión de consciencia, incluyendo también en esta a un “sentido de ser”previo, diferenciado e independiente de la concepción del cuerpo humano. Una consciencia presente antes, durante y después de la gestación, que en palabras de la dra. Mc Carty, podríamos entender como un estado sensible en la cual existe un sentido del yo soy, en alusión a un estado de existir con capacidad sensible y subjetiva, el cual persistiría también al proceso de muerte del cuerpo físico.
Desde una u otra perspectiva, se puede concluir que lo realmente relevante y significativo es atender por sobre todo a las condiciones en que se desarrolla un embarazo y cómo es que la madre se siente frente a éste, de manera de estar favoreciendo simultáneamente su bienestar físico, emocional y existencial como también el proceso de formación integral de su bebé en gestación. Este proceso de acompañamiento, necesita incluir un seguimiento casuístico, para abordar cada caso con sus particularidades y desafíos.
Finalmente, como sociedad que avanza hacia una mayor madurez y por ende desea o necesita ejercer su derecho a optar, es imprescindible que en esta área lo haga reconociendo los procesos tempranos de formación del ser humano; la gestación y el parto, como los hitos de mayor sensibilidad en el desarrollo y de gran influencia en la consolidación de la salud física y psicológica de las personas.
Vivir un embarazo consciente debiera constituir la piedra angular de la prevención en salud, el bienestar integral de las personas y de las sociedades depende en gran medida de cómo estas aborden esta etapa vital, reconociendo sus implicaciones profundas sobre las condiciones de salud física y psíquica a corto y largo plazo. El rol de la sociedad y del Estado entonces, es otorgar las condiciones para construir, acompañar y promover el ejercicio de paternidades y maternidades más conscientes.
Christian Vera Prado
Psicólogo Clínico
Especialista en Salud Perinatal
Aprovechando el interés que ha despertado este debate, quisiera abordar desde un enfoque amplio e integral las ideas en torno al inicio de la vida y la gestación, con la intención de poder contribuir a que las personas tengan a la vista un horizonte completo de información al reflexionar sobre estos temas tan fundamentales. En ningún caso pretendo persuadir acerca de cuál sería la postura más apropiada, pues se comprende que son tres causales específicas y en circunstancias extremas a las que nadie quisiera verse enfrentado/a. Menos aún se harán interpretaciones valóricas y/o morales. Solo deseo dar a conocer el proceso de gestación del ser humano desde una perspectiva integradora basada en aportes de diversas disciplinas científicas como la física, las neurociencias, la psiconeuroinmunoendocrinología, la psicología evolutiva y la psicología perinatal.
Gracias al desarrollo en estos y otros campos científicos hoy podemos dar cuenta del surgimiento de nuevos modelos explicativos, interdisciplinarios e integrativos que han hecho posible asumir como objeto de estudio fenómenos hasta hace poco ignorados en el ámbito científico tradicional, tal es el caso de las funciones subjetivas del ser humano, como los procesos psicológicos y mentales. El trabajo interdisciplinario ha permitido generar perspectivas más globales que reconocen la influencia de la salud mental sobre la salud física y el desarrollo de enfermedades, y hoy se cuenta con numerosa evidencia indicando una estrecha relación entre algunas patologías que aparecen en la vida adulta y las experiencias intrauterinas, asociadas a ciertas condiciones psicobiológicas de la mujer durante el embarazo.
El conjunto de estos hallazgos nos muestran a la etapa gestacional como una fase en la que se incuba o programa la salud física y psicológica del ser humano. Aquí se observa un giro de gran relevancia en el modo de comprender la vida intrauterina porque ya no estamos hablando del embrión como una especie de bultito inconsciente y pasivo cuyo cuerpo únicamente se encuentra en desarrollo y crecimiento físico, sino de un ser en gestación que presenta un aspecto de conciencia; introvertida; sensible, que vive; registra y se organiza en función del tipo de relación que se da con su madre y medio circundante.
El surgimiento de comprensiones científicas más integradoras ha permitido ampliar la manera en que nos entendemos como seres vivos, desde esta perspectiva es posible reconocer una dimensión de conciencia que no había sido visualizada por la ciencia oficial. Antes de continuar, hago la salvedad de que cuando hablamos de conciencia no lo hacemos como un equivalente al intelecto o a la mente humana racional, sino a esa dimensión perceptiva presente en el embrión que le permite entrar en diálogo continuo con los estados psicobiológicos de su madre; diálogo a partir del cual comienza a organizarse a un nivel preverbal y tácito; generando referencias propias que condicionan y afectan el despliegue de su patrón genético. A partir de este diálogo molecular, celular y psicológico el bebé intrauterino va estructurando su comportamiento biológico y psicológico a corto y largo plazo, del cual va surgiendo una manera específica de sentirse, adaptarse y comportarse una vez nacido; incubando durante su gestación esquemas psicobiológicos que condicionarán su salud a lo largo de su vida extrauterina.
Incluso, la psicología perinatal si bien visualiza la etapa gestacional como una etapa de formación psicobiológica, es más abarcativa aún en su comprensión de consciencia, incluyendo también en esta a un “sentido de ser”previo, diferenciado e independiente de la concepción del cuerpo humano. Una consciencia presente antes, durante y después de la gestación, que en palabras de la dra. Mc Carty, podríamos entender como un estado sensible en la cual existe un sentido del yo soy, en alusión a un estado de existir con capacidad sensible y subjetiva, el cual persistiría también al proceso de muerte del cuerpo físico.
Desde una u otra perspectiva, se puede concluir que lo realmente relevante y significativo es atender por sobre todo a las condiciones en que se desarrolla un embarazo y cómo es que la madre se siente frente a éste, de manera de estar favoreciendo simultáneamente su bienestar físico, emocional y existencial como también el proceso de formación integral de su bebé en gestación. Este proceso de acompañamiento, necesita incluir un seguimiento casuístico, para abordar cada caso con sus particularidades y desafíos.
Finalmente, como sociedad que avanza hacia una mayor madurez y por ende desea o necesita ejercer su derecho a optar, es imprescindible que en esta área lo haga reconociendo los procesos tempranos de formación del ser humano; la gestación y el parto, como los hitos de mayor sensibilidad en el desarrollo y de gran influencia en la consolidación de la salud física y psicológica de las personas.
Vivir un embarazo consciente debiera constituir la piedra angular de la prevención en salud, el bienestar integral de las personas y de las sociedades depende en gran medida de cómo estas aborden esta etapa vital, reconociendo sus implicaciones profundas sobre las condiciones de salud física y psíquica a corto y largo plazo. El rol de la sociedad y del Estado entonces, es otorgar las condiciones para construir, acompañar y promover el ejercicio de paternidades y maternidades más conscientes.
Christian Vera Prado
Psicólogo Clínico
Especialista en Salud Perinatal