Lunes, 27 de octubre de 2014
Centro de Atención Psicológica
- Buenos Aires, (Argentina)
Psicología
Psicología
Síntomas actuales y caracteropatías.
El presente trabajo pretende articular las nuevas formas del síntoma con una interpretación desde las caracteropatías como modalidad de presentación en un análisis. El fenómeno del cutting puede adquirir diversas funciones en las cuales la estructura clínica no es un tema menor. En ocasiones el cutting funciona como pasaje al acto o negativización del goce en la psicosis. Al respecto, un paciente en cierto hospital de día relata que desarma un sacapuntas entra al baño y se corta logrando sentir “calma”. En la neurosis puede ser una puesta en forma de la demanda, un acting out, un intento de separarse del Otro, etc. Muchas veces en la adolescencia cumple una función de pertenencia al grupo.
Caso:
La madre de T. me envía un mensaje de texto preguntándome cuándo puedo ir por su hija o cuándo la trae. Dice que se ha vuelto a cortar y que no sabe qué hacer con ella, le doy una entrevista al día siguiente.
T. tiene 14 años, de nacionalidad española, es traída por la madre al país hace año y medio por su nuevo matrimonio. Es la hija menor de 4 hermanos del primer matrimonio.
Le pregunto si sabe por qué está aquí y responde que la madre le comento algo, así que le pregunto sobre los cortes; comenta que sus padres la agobian, que no la dejan hacer nada, ¿qué es nada?, no la dejan tener amigos, ni salir a tomar un helado. Dice que quiere hacerse un piercing, señalando la oreja, pero que la madre no la deja. Dice que es su cuerpo y que le gustaría disponer de él, pero la madre responde que es su hija y que debe hacer lo que ella (la madre) quiera. Le pregunto en qué ocasiones se corta y responde que se corta en general después de pelearse con la madre, porque la madre le dice palabras que la lastiman, “hija del demonio” “ojala no hubieras nacido”.
- ¿Esas palabras te cortan?
- Sí. No sé qué quiere, saco puro 10 en el colegio, quiere que yo haga los rezos pero no los puedo hacer cada tres horas, si los hago pero cuando yo quiero.
-No se puede satisfacer del todo. (Silencio) ¿Te cortas por algo en particular?
-Es un desahogo
- ¿estás ahogada?
- Sí.
Comenta que el “esposo de su madre” se pica (lo cual quiere decir que se enoja) muy rápido. Ella se mete el dedo. En su antiguo colegio le decían gorda, le pregunto si se siente gorda, me dice que sí. Ahora cambió de colegio y tiene amigos, pero estuvo un tiempo en un foro en donde respondían preguntas anónimas y ahí también le decían gorda. Dice que actuaba como si no le doliera aunque finalmente se salió del foro.
Ella comienza a cortarse a raíz de un chico, estando en España y la primera vez que lo hace en Argentina es porque la madre la descubre teniendo un novio. Los descubre en la calle, la madre le da una bofetada al chico. El padrastro dice que si lo ve lo va a matar, ante lo cual ella formula la pregunta: “¿con qué clase de gente vivo?”. En España la dejaban salir, acá no. Extraña a su familia y no habla con ellos por whatsapp ya que su madre lo aventó y lo rompió cuando ella trató de ahorcarse y se hizo 50 rajadas a raíz de que su hermano de quince años se fue a España con su novia. Le pregunto si le afectó mucho y responde que antes la madre se descargaba con los dos pero que ahora todo el peso recae sobre ella. Usa la computadora ciertas horas al día, sus padres se asoman para mirar con quién habla.
En principio distingo cuatro elementos en relación a la dificultad de hablar; salida de la pubertad, trastornos de alimentación, fenómeno del cutting y ser oriunda de otro país. Recordemos que en la pubertad hay una cierta eclosión al cuerpo, una inversión de la función del espejo; en tanto aparece lo no visible. El espejo le devuelve una extrañeza a su ser de niño. La pubertad, a diferencia de la adolescencia es un concepto freudiano vinculado a las pulsiones y al primado de la zona genital- en este caso hay un tratamiento de la pulsión fuera de discurso-. Es a partir de la pubertad que la sexualidad infantil (misma que sólo contemplaba al genital masculino) se va a conformar definitivamente para el sujeto.
La madre de la consultante me envía un mensaje, no pone el cuerpo, la voz. Hay un encuadre poco claro “te la llevo o pasas por ella”, se lee algo desregulado en esta mujer. Es una madre deslocalizada en la que T. busca signos de deseo por ejemplo al preguntar si puede ponerse un piercing, signos que al parecer no se encuentran. También es importante ubicar la respuesta de T. “es mi cuerpo”, respuesta que es propia de cualquier anoréxica, y es que se tiene un cuerpo del que se es responsable, más no se es dueño del mismo.
En cuanto al fenómeno de los cortes tienen distintas funciones, en este caso, una de ellas es ser un significante de la demanda, no quedar ahogada como objeto del Otro. Los cortes no se presentan en o real del cuerpo sino más bien en la superficie corporal, escribe en esa superficie lo que no puede ser escuchado por el Otro. ¿Hay una demanda de que alguien lea ese testimonio? La demanda se articula al sujeto dividido en la fórmula de la pulsión y que se satisface en el orden de una satisfacción silenciosa.
Lacan en el seminario 11 formaliza que la incisión tiene la función de ser para el Otro situando en él su lugar de sujeto. El sujeto se sitúa como algo que es y más que inscribir su falta, inscribe su puesto. Lacan en este seminario formaliza la operación de alienación y separación. La separación es un momento sincrónico, no para siempre; el sujeto responde con su falta ante la falta en el otro con la pregunta “¿puede perderme?”. En el caso de la consultante no ubico una respuesta por el lado de su propia falta sino como se mencionó anteriormente, asegurándose un puesto, un puesto ahí donde su madre la ha objetalizado. Lacan en el seminario 14 especifica que la alienación no significa que seamos representados en el Otro sino más bien se funda en un rechazo (verwerfung) del Otro en tanto viene a ocupar la interrogación por el ser. El del es un genitivo que produce cierta equivocidad pues puede ser objetivo o subjetivo, es decir que no queda determinado si es un rechazo del Otro siendo el Otro lo que se rechaza (genitivo objetivo) o es un rechazo del Otro en tanto podría ser el que rechaza. En tanto genitivo objetivo el Otro queda rechazado como campo cerrado ya que al preguntar por el ser del sujeto, este responde con su propio ser para el Otro colmando su falta pero a su vez señalándola. En tanto genitivo subjetivo es un rechazo del Otro en tanto viene con la interrogación del Ser rechazando el no soy, entiéndase, el no soy Je[1]. Lacan en la misma clase lo homologa con el efecto sorpresa pues en ambos el fundamento es la dimensión del no soy (Je).
La verdad de la alienación se muestra en lo que se pierde, y más adelante, en el seminario 16 la verdad es concebida como lo que hace agujero en el Otro. Es sobre esta pérdida que se funda la ganancia de goce, los modos de recuperación de goce pueden ser como a o como (-φ). Si, como se propone, la consultante inscribe los cortes como modo de asegurarse un lugar en el Otro, se pueden pensar las modalidades de dirección del sujeto al Otro y es en este punto que podemos hablar de las caracteropatías.
Las caracteropatías se distinguen por ser una identificación al objeto en su función de plus-de gozar, el sujeto se presenta con determinada impulsión de la cual tiene cierta conciencia, es más a nivel del moi. En el seminario 16 Lacan ubica que le dan unidad al sujeto “preconciente” (en tanto es el moi el que habla presentándose con cierta conciencia de lo que le pasa, la consultante dice “es un desahogo que me funciona” sin ninguna angustia o pregunta por lo que le pasa. “Es en torno del ser del a, del plus-de-gozar, como se constituye la relación que hasta cierto punto nos permite ver cumplirse esta soldadura, esta precipitación, este congelamiento que hace posible unificar un sujeto como sujeto de todo discurso”[2].
Esta identificación obtura lo que Lacan llama la verdad, en esta época, que es como se mencionó, el agujero del Otro. Diana Rabinovich trabaja las caracteropatías en su articulación a la respuesta subjetiva ubicada en s(A) según el grafo del deseo. Lacan señala que es ahí donde podemos captar lo que se refiere al plus-de-gozar. De acuerdo al seminario 16, dicho matema refiere a una significación en cuanto que está profundamente alienada y es por aquí, por donde va a entrar la definición del plus-de-gozar que enmascara “las consecuencias mayores del discurso, la exclusión de goce”[3]. Se presenta así el desdoblamiento (entzweiung)[4] entre el Otro de la verdad y el lugar donde en apariencia el goce espera al sujeto y es allí donde es siervo. Recordemos que el siervo sirve de mediador entre el Señor y la cosa, o lo que Hegel llama goce. El deseo, según Hegel, a causa de la independencia de la cosa no logra la satisfacción en el goce, el señor, quien ha intercalado al siervo entre éste y la cosa, “no hace con ello más que unirse a la dependencia de la cosa y gozarla puramente”[5]
La realización del corte no se presenta como enigma ni como algo desconocido, es más bien un alivio, no un sentido. A pesar de que haya un significante puesto ahí “ahogada”, no es un significante reprimido. El corte es una respuesta consciente. Si bien en algunos casos el cutting permite sostenerse en cierta nominación grupal “cutters”, acá se trata más bien de un acto solipsista en el sentido yoico del término en tanto funciona como remedo, remedo que no indica una causa, sino un plus de gozar. En tanto “character” que hace consistir al Otro desde una posición de rechazo, bien alienante que, a diferencia del síntoma que en el registro económico conlleva su dosis de sufrimiento y displacer. En el caso, no se lee un empobrecimiento yoico como efecto de un goce sintomático.
Bibliografía:
Jacques, Lacan, el seminario, libro 16, de Otro al otro, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2008
Jacques, Lacan, el seminario, libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2010
Jacques, Lacan, el seminario, libro 14, la lógica del fantasma. Inédito.
Freud, Sigmund, Tres ensayos de teoría sexual, Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 2007.
Hegel, F.G.W., Fenomenología del espíritu, Editorial Fondo de Cultura Econonómica, México, 2000
Rabinovich, Diana, Una clínica de la pulsión, las impulsiones, Editorial Manantial, Buenos Aires, 1992
Dartiguelongue, Josefina, El sujeto y los cortes en el cuerpo, Editorial, Letra Viva, Buenos Aires, 2012
[1] Lacan ubica a la alienación como un no pienso, soy, no je.
[2] Jacques, Lacan, el seminario, libro 16, de otro al otro, pág. 21. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2008
[3] Ibid, pág. 93
[4] Lacan habla del concepto Hegeliano, que se encuentra en el prólogo de la fenomenología del espíritu. Hegel trata de dar cuenta de la imposibilidad de que haya un ser idéntico a sí mismo dado de antemano; preciso es que pase por el desdoblamiento de sí mismo como otro. La verdad no se expresa sólo como sustancia, debe expresarse en la misma medida como sujeto. La sustancia puede ser sujeto solo en tanto deviene otro de sí misma. La fuerza motriz del proceso es la pura negatividad. Hegel va a intentar llegar a la unidad por vía de la dialéctica pero se va a encontrar con que siempre hay un desfasaje, léase al respecto la conciencia desventurada.
[5] Hegel, G.W.F, Fenomenología del Espíritu, pág. 118, editorial Fondo de Cultura Económica, México, 2000
El presente trabajo pretende articular las nuevas formas del síntoma con una interpretación desde las caracteropatías como modalidad de presentación en un análisis. El fenómeno del cutting puede adquirir diversas funciones en las cuales la estructura clínica no es un tema menor. En ocasiones el cutting funciona como pasaje al acto o negativización del goce en la psicosis. Al respecto, un paciente en cierto hospital de día relata que desarma un sacapuntas entra al baño y se corta logrando sentir “calma”. En la neurosis puede ser una puesta en forma de la demanda, un acting out, un intento de separarse del Otro, etc. Muchas veces en la adolescencia cumple una función de pertenencia al grupo.
Caso:
La madre de T. me envía un mensaje de texto preguntándome cuándo puedo ir por su hija o cuándo la trae. Dice que se ha vuelto a cortar y que no sabe qué hacer con ella, le doy una entrevista al día siguiente.
T. tiene 14 años, de nacionalidad española, es traída por la madre al país hace año y medio por su nuevo matrimonio. Es la hija menor de 4 hermanos del primer matrimonio.
Le pregunto si sabe por qué está aquí y responde que la madre le comento algo, así que le pregunto sobre los cortes; comenta que sus padres la agobian, que no la dejan hacer nada, ¿qué es nada?, no la dejan tener amigos, ni salir a tomar un helado. Dice que quiere hacerse un piercing, señalando la oreja, pero que la madre no la deja. Dice que es su cuerpo y que le gustaría disponer de él, pero la madre responde que es su hija y que debe hacer lo que ella (la madre) quiera. Le pregunto en qué ocasiones se corta y responde que se corta en general después de pelearse con la madre, porque la madre le dice palabras que la lastiman, “hija del demonio” “ojala no hubieras nacido”.
- ¿Esas palabras te cortan?
- Sí. No sé qué quiere, saco puro 10 en el colegio, quiere que yo haga los rezos pero no los puedo hacer cada tres horas, si los hago pero cuando yo quiero.
-No se puede satisfacer del todo. (Silencio) ¿Te cortas por algo en particular?
-Es un desahogo
- ¿estás ahogada?
- Sí.
Comenta que el “esposo de su madre” se pica (lo cual quiere decir que se enoja) muy rápido. Ella se mete el dedo. En su antiguo colegio le decían gorda, le pregunto si se siente gorda, me dice que sí. Ahora cambió de colegio y tiene amigos, pero estuvo un tiempo en un foro en donde respondían preguntas anónimas y ahí también le decían gorda. Dice que actuaba como si no le doliera aunque finalmente se salió del foro.
Ella comienza a cortarse a raíz de un chico, estando en España y la primera vez que lo hace en Argentina es porque la madre la descubre teniendo un novio. Los descubre en la calle, la madre le da una bofetada al chico. El padrastro dice que si lo ve lo va a matar, ante lo cual ella formula la pregunta: “¿con qué clase de gente vivo?”. En España la dejaban salir, acá no. Extraña a su familia y no habla con ellos por whatsapp ya que su madre lo aventó y lo rompió cuando ella trató de ahorcarse y se hizo 50 rajadas a raíz de que su hermano de quince años se fue a España con su novia. Le pregunto si le afectó mucho y responde que antes la madre se descargaba con los dos pero que ahora todo el peso recae sobre ella. Usa la computadora ciertas horas al día, sus padres se asoman para mirar con quién habla.
En principio distingo cuatro elementos en relación a la dificultad de hablar; salida de la pubertad, trastornos de alimentación, fenómeno del cutting y ser oriunda de otro país. Recordemos que en la pubertad hay una cierta eclosión al cuerpo, una inversión de la función del espejo; en tanto aparece lo no visible. El espejo le devuelve una extrañeza a su ser de niño. La pubertad, a diferencia de la adolescencia es un concepto freudiano vinculado a las pulsiones y al primado de la zona genital- en este caso hay un tratamiento de la pulsión fuera de discurso-. Es a partir de la pubertad que la sexualidad infantil (misma que sólo contemplaba al genital masculino) se va a conformar definitivamente para el sujeto.
La madre de la consultante me envía un mensaje, no pone el cuerpo, la voz. Hay un encuadre poco claro “te la llevo o pasas por ella”, se lee algo desregulado en esta mujer. Es una madre deslocalizada en la que T. busca signos de deseo por ejemplo al preguntar si puede ponerse un piercing, signos que al parecer no se encuentran. También es importante ubicar la respuesta de T. “es mi cuerpo”, respuesta que es propia de cualquier anoréxica, y es que se tiene un cuerpo del que se es responsable, más no se es dueño del mismo.
En cuanto al fenómeno de los cortes tienen distintas funciones, en este caso, una de ellas es ser un significante de la demanda, no quedar ahogada como objeto del Otro. Los cortes no se presentan en o real del cuerpo sino más bien en la superficie corporal, escribe en esa superficie lo que no puede ser escuchado por el Otro. ¿Hay una demanda de que alguien lea ese testimonio? La demanda se articula al sujeto dividido en la fórmula de la pulsión y que se satisface en el orden de una satisfacción silenciosa.
Lacan en el seminario 11 formaliza que la incisión tiene la función de ser para el Otro situando en él su lugar de sujeto. El sujeto se sitúa como algo que es y más que inscribir su falta, inscribe su puesto. Lacan en este seminario formaliza la operación de alienación y separación. La separación es un momento sincrónico, no para siempre; el sujeto responde con su falta ante la falta en el otro con la pregunta “¿puede perderme?”. En el caso de la consultante no ubico una respuesta por el lado de su propia falta sino como se mencionó anteriormente, asegurándose un puesto, un puesto ahí donde su madre la ha objetalizado. Lacan en el seminario 14 especifica que la alienación no significa que seamos representados en el Otro sino más bien se funda en un rechazo (verwerfung) del Otro en tanto viene a ocupar la interrogación por el ser. El del es un genitivo que produce cierta equivocidad pues puede ser objetivo o subjetivo, es decir que no queda determinado si es un rechazo del Otro siendo el Otro lo que se rechaza (genitivo objetivo) o es un rechazo del Otro en tanto podría ser el que rechaza. En tanto genitivo objetivo el Otro queda rechazado como campo cerrado ya que al preguntar por el ser del sujeto, este responde con su propio ser para el Otro colmando su falta pero a su vez señalándola. En tanto genitivo subjetivo es un rechazo del Otro en tanto viene con la interrogación del Ser rechazando el no soy, entiéndase, el no soy Je[1]. Lacan en la misma clase lo homologa con el efecto sorpresa pues en ambos el fundamento es la dimensión del no soy (Je).
La verdad de la alienación se muestra en lo que se pierde, y más adelante, en el seminario 16 la verdad es concebida como lo que hace agujero en el Otro. Es sobre esta pérdida que se funda la ganancia de goce, los modos de recuperación de goce pueden ser como a o como (-φ). Si, como se propone, la consultante inscribe los cortes como modo de asegurarse un lugar en el Otro, se pueden pensar las modalidades de dirección del sujeto al Otro y es en este punto que podemos hablar de las caracteropatías.
Las caracteropatías se distinguen por ser una identificación al objeto en su función de plus-de gozar, el sujeto se presenta con determinada impulsión de la cual tiene cierta conciencia, es más a nivel del moi. En el seminario 16 Lacan ubica que le dan unidad al sujeto “preconciente” (en tanto es el moi el que habla presentándose con cierta conciencia de lo que le pasa, la consultante dice “es un desahogo que me funciona” sin ninguna angustia o pregunta por lo que le pasa. “Es en torno del ser del a, del plus-de-gozar, como se constituye la relación que hasta cierto punto nos permite ver cumplirse esta soldadura, esta precipitación, este congelamiento que hace posible unificar un sujeto como sujeto de todo discurso”[2].
Esta identificación obtura lo que Lacan llama la verdad, en esta época, que es como se mencionó, el agujero del Otro. Diana Rabinovich trabaja las caracteropatías en su articulación a la respuesta subjetiva ubicada en s(A) según el grafo del deseo. Lacan señala que es ahí donde podemos captar lo que se refiere al plus-de-gozar. De acuerdo al seminario 16, dicho matema refiere a una significación en cuanto que está profundamente alienada y es por aquí, por donde va a entrar la definición del plus-de-gozar que enmascara “las consecuencias mayores del discurso, la exclusión de goce”[3]. Se presenta así el desdoblamiento (entzweiung)[4] entre el Otro de la verdad y el lugar donde en apariencia el goce espera al sujeto y es allí donde es siervo. Recordemos que el siervo sirve de mediador entre el Señor y la cosa, o lo que Hegel llama goce. El deseo, según Hegel, a causa de la independencia de la cosa no logra la satisfacción en el goce, el señor, quien ha intercalado al siervo entre éste y la cosa, “no hace con ello más que unirse a la dependencia de la cosa y gozarla puramente”[5]
La realización del corte no se presenta como enigma ni como algo desconocido, es más bien un alivio, no un sentido. A pesar de que haya un significante puesto ahí “ahogada”, no es un significante reprimido. El corte es una respuesta consciente. Si bien en algunos casos el cutting permite sostenerse en cierta nominación grupal “cutters”, acá se trata más bien de un acto solipsista en el sentido yoico del término en tanto funciona como remedo, remedo que no indica una causa, sino un plus de gozar. En tanto “character” que hace consistir al Otro desde una posición de rechazo, bien alienante que, a diferencia del síntoma que en el registro económico conlleva su dosis de sufrimiento y displacer. En el caso, no se lee un empobrecimiento yoico como efecto de un goce sintomático.
Bibliografía:
Jacques, Lacan, el seminario, libro 16, de Otro al otro, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2008
Jacques, Lacan, el seminario, libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2010
Jacques, Lacan, el seminario, libro 14, la lógica del fantasma. Inédito.
Freud, Sigmund, Tres ensayos de teoría sexual, Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 2007.
Hegel, F.G.W., Fenomenología del espíritu, Editorial Fondo de Cultura Econonómica, México, 2000
Rabinovich, Diana, Una clínica de la pulsión, las impulsiones, Editorial Manantial, Buenos Aires, 1992
Dartiguelongue, Josefina, El sujeto y los cortes en el cuerpo, Editorial, Letra Viva, Buenos Aires, 2012
[1] Lacan ubica a la alienación como un no pienso, soy, no je.
[2] Jacques, Lacan, el seminario, libro 16, de otro al otro, pág. 21. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2008
[3] Ibid, pág. 93
[4] Lacan habla del concepto Hegeliano, que se encuentra en el prólogo de la fenomenología del espíritu. Hegel trata de dar cuenta de la imposibilidad de que haya un ser idéntico a sí mismo dado de antemano; preciso es que pase por el desdoblamiento de sí mismo como otro. La verdad no se expresa sólo como sustancia, debe expresarse en la misma medida como sujeto. La sustancia puede ser sujeto solo en tanto deviene otro de sí misma. La fuerza motriz del proceso es la pura negatividad. Hegel va a intentar llegar a la unidad por vía de la dialéctica pero se va a encontrar con que siempre hay un desfasaje, léase al respecto la conciencia desventurada.
[5] Hegel, G.W.F, Fenomenología del Espíritu, pág. 118, editorial Fondo de Cultura Económica, México, 2000