Martes, 16 de diciembre de 2014
Coach de Abundancia, Ramiro Sansores
- Mexico DF, (México)
Psicología
Psicología
Regularmente al hablar de amor, se enfatiza en una pareja italiana de tiempos románticos; es decir: Romeo y Julieta. Este idilio es recordado de manera histórica porque se trata de una pasión desmedida, de una relación aparentemente imposible y de la unión hasta la muerte—también se recuerda porque está escrita por Shakespeare, pero ese es otro tema.
Dejemos a un lado la encarnizada lucha de los Capuleto y los Montesco, las prohibiciones, una relación tan efímera que no pudo madurar lo suficiente, pero llevó a la muerte a los protagonistas y mejor pasemos a nuestras épocas.
Veamos qué sucede con Julieta… Julieta nace en un buen hospital en la Ciudad de México, su padre es abogado y su madre activista. Desde pequeña es educada en colegio de monjas y siempre se le ha inculcado la idea del hombre perfecto, del príncipe azul—la relación de Barbie y Ken no puede fallar—, la de aquel sujeto sin defectos capaz de todo, bien parecido y por si fuera poco millonario. El ideal es formar una familia y en estos tiempos modernos, tomarse su espacio para trabajar.
Pasemos con Romeo… Romeo desde el seno materno tiene definida la profesión, en estas épocas no se utilizan espadas o floretes, es más práctico un código civil y un I Phone. Romeo debe ser atento con las mujeres pero tampoco dejarse, tiene que hacerles sentir que él tiene el poder, que es indispensable casi como el aire. No puede llorar ni externar sus sentimientos porque quedaría como un débil. Entre más mujeres tenga Romeo en su harem, más respetado será, pero eso sí, cuando encuentre a Julieta, ella tendrá que ser virgen, buena para la cocina y aficionada al fútbol.
Por azares del destino—en el mejor de los casos—o en alguna noche de copas, estos míticos personajes se conocen y por alguna u otra razón—el tequila suele brindar bastantes en algunas ocasiones— intercambian celulares, Whatsapp, suben 32 fotos al facebook y se enamoran. Comienza el verdadero drama.
A diferencia de la obra de Shakespeare, las disputas no serán a causa de disconformidades familiares como en la antigua Verona, sino por algo más profundo: el Código Postal.
Pero digamos que sortean todas estas dificultades. Julieta está fascinada porque Romeo le regaló orquídeas cuando cumplieron un mes, le puso un mensaje de amor en Twitter y hasta serenata la llevó cantando todas las que se avienta Luis Miguel. Romeo no lo puede creer, a Julieta le fascinan sus partidos de fútbol, le parecen graciosas sus borracheras—porque hasta lo acompaña— y le llena de notitas de amor el coche que aunque se queja, se siente realizado.
Más ingredientes para un amor, imposible. Así las cosas, en una cena romántica, Romeo le propone matrimonio a Julieta a los pocos meses de relación y que el destino los ampare—sí se parece a lo que escribió Don William S.
Súbitamente, Julieta se percata que Romeo conoce más los jugadores de las Águilas del América que de su propia familia y no tiene las posesiones acostumbradas que su Ken tenía cuando era pequeña y jugaba a las muñecas. Se encuentra amargada porque no la dejan trabajar y en cambio tiene que estar encerrada en la casa cuidando a los hijos, viendo la tele y comiendo.
Trágicamente, Romeo cae en cuenta que Julieta crece a lo ancho, que ella se interesa más en la vida sexual de Angelina Jolie y Brad Pitt que en la propia y encima se enoja sí ocasionalmente se echa unas copas o ve los ex amados partidos de fútbol.
Romeo colecciona amantes e inconformidades, Julieta rencores y despecho. Romeo y Julieta no se conocen nada, difícilmente comparten algo más que habitar un mismo espacio del cual quieren huir y algunos "likes" en Instagram.
Las decisiones apresuradas los anclaron. Los prejuicios, los perjudicaron y muy tarde comprendieron que basar una relación en la idealización y en las falsas apariencias sólo conlleva a un rotundo fracaso.
Hoy Julieta consigue un abogado que seguramente estudió en la misma Universidad que Romeo y le demanda una millonaria pensión alimenticia; puesto que no pudo tolerar el hecho que el hombre la haya cambiado por una mujer operada de todas partes menos del cerebro.
Hoy recuerdan las palabras del padre que rezaba “estarán juntos hasta que la muerte los separe”, pero no las entienden de ningún modo.
Entonces es momento de aclarar la interrogante: las relaciones se acaban hasta que la muerte los separa, la cuestión es que solamente nos enfocamos en el aspecto corporal, sin entender que también puede ser la muerte del amor per se, pero… ¿Qué sucede si nunca existió el amor?
@asesor_vida
Dejemos a un lado la encarnizada lucha de los Capuleto y los Montesco, las prohibiciones, una relación tan efímera que no pudo madurar lo suficiente, pero llevó a la muerte a los protagonistas y mejor pasemos a nuestras épocas.
Veamos qué sucede con Julieta… Julieta nace en un buen hospital en la Ciudad de México, su padre es abogado y su madre activista. Desde pequeña es educada en colegio de monjas y siempre se le ha inculcado la idea del hombre perfecto, del príncipe azul—la relación de Barbie y Ken no puede fallar—, la de aquel sujeto sin defectos capaz de todo, bien parecido y por si fuera poco millonario. El ideal es formar una familia y en estos tiempos modernos, tomarse su espacio para trabajar.
Pasemos con Romeo… Romeo desde el seno materno tiene definida la profesión, en estas épocas no se utilizan espadas o floretes, es más práctico un código civil y un I Phone. Romeo debe ser atento con las mujeres pero tampoco dejarse, tiene que hacerles sentir que él tiene el poder, que es indispensable casi como el aire. No puede llorar ni externar sus sentimientos porque quedaría como un débil. Entre más mujeres tenga Romeo en su harem, más respetado será, pero eso sí, cuando encuentre a Julieta, ella tendrá que ser virgen, buena para la cocina y aficionada al fútbol.
Por azares del destino—en el mejor de los casos—o en alguna noche de copas, estos míticos personajes se conocen y por alguna u otra razón—el tequila suele brindar bastantes en algunas ocasiones— intercambian celulares, Whatsapp, suben 32 fotos al facebook y se enamoran. Comienza el verdadero drama.
A diferencia de la obra de Shakespeare, las disputas no serán a causa de disconformidades familiares como en la antigua Verona, sino por algo más profundo: el Código Postal.
Pero digamos que sortean todas estas dificultades. Julieta está fascinada porque Romeo le regaló orquídeas cuando cumplieron un mes, le puso un mensaje de amor en Twitter y hasta serenata la llevó cantando todas las que se avienta Luis Miguel. Romeo no lo puede creer, a Julieta le fascinan sus partidos de fútbol, le parecen graciosas sus borracheras—porque hasta lo acompaña— y le llena de notitas de amor el coche que aunque se queja, se siente realizado.
Más ingredientes para un amor, imposible. Así las cosas, en una cena romántica, Romeo le propone matrimonio a Julieta a los pocos meses de relación y que el destino los ampare—sí se parece a lo que escribió Don William S.
Súbitamente, Julieta se percata que Romeo conoce más los jugadores de las Águilas del América que de su propia familia y no tiene las posesiones acostumbradas que su Ken tenía cuando era pequeña y jugaba a las muñecas. Se encuentra amargada porque no la dejan trabajar y en cambio tiene que estar encerrada en la casa cuidando a los hijos, viendo la tele y comiendo.
Trágicamente, Romeo cae en cuenta que Julieta crece a lo ancho, que ella se interesa más en la vida sexual de Angelina Jolie y Brad Pitt que en la propia y encima se enoja sí ocasionalmente se echa unas copas o ve los ex amados partidos de fútbol.
Romeo colecciona amantes e inconformidades, Julieta rencores y despecho. Romeo y Julieta no se conocen nada, difícilmente comparten algo más que habitar un mismo espacio del cual quieren huir y algunos "likes" en Instagram.
Las decisiones apresuradas los anclaron. Los prejuicios, los perjudicaron y muy tarde comprendieron que basar una relación en la idealización y en las falsas apariencias sólo conlleva a un rotundo fracaso.
Hoy Julieta consigue un abogado que seguramente estudió en la misma Universidad que Romeo y le demanda una millonaria pensión alimenticia; puesto que no pudo tolerar el hecho que el hombre la haya cambiado por una mujer operada de todas partes menos del cerebro.
Hoy recuerdan las palabras del padre que rezaba “estarán juntos hasta que la muerte los separe”, pero no las entienden de ningún modo.
Entonces es momento de aclarar la interrogante: las relaciones se acaban hasta que la muerte los separa, la cuestión es que solamente nos enfocamos en el aspecto corporal, sin entender que también puede ser la muerte del amor per se, pero… ¿Qué sucede si nunca existió el amor?
@asesor_vida