Viernes, 19 de enero de 2018
Ps. Marisol Pacheco Pacheco
- Arequipa, (Perú)
Pareja
Pareja
Cuando escuchamos hablar de relaciones tóxicas lo primero en lo que pensamos es en una pareja que lleva una relación tan conflictiva al punto de discutir e insultarse casi a diario, pero lo cierto es que el camino que nos lleva a una relación tóxica es sutil y sólo nos damos cuenta de que estamos inmersos en ella cuando el daño está hecho. Una relación tóxica, es una relación que ya no nos hace felices, pero a la que no podemos renunciar, una relación en la que existen más confrontaciones que acuerdos, es decir en la que se sufre más de lo que se goza. Desgraciadamente, a pesar de saber que esto no nos beneficia nos aferramos desesperadamente a la relación, perdiendo la perspectiva de que el objetivo primordial de una relación de pareja es el sentirnos plenos y satisfechos. Pero ¿porque nos obstinamos con dicha situación? La razón principal es la dependencia emocional, que la podríamos definir como una necesidad afectiva extrema que una persona siente hacia otra. Lo complicado es identificar que padecemos de este problema, por la idealización que tenemos en cuanto al amor. Si dejamos de lado a nuestra familia, amigos o actividades que antes realizábamos asumimos que se debe al éxtasis que experimentamos cuando compartimos tiempo con nuestra pareja. Peor aún asumimos que si seguimos con una persona que nos desprecia, o nos humilla es por el inmenso amor que le tenemos, a pesar de lo nocivo de la relación. Otras razones importantes que nos llevan a engancharnos en una relación tóxica también son: el buscar desesperadamente el aprecio de otra persona para confirmar que somos personas dignas de ser amadas, el tener un pobre concepto de uno mismo o baja autoestima que alimenta la idea de que no encontraremos a alguien mejor para nosotros, miedo a la soledad. Por esto debemos estar atentos a los signos de una relación tóxica.
Si te identificamos con la mayoría de los puntos expuesto, debes buscar ayuda para cortar definitivamente con la relación y tomar las riendas de tu vida, recuperar espacio perdido, cultivar tu vida social, reunirse con los amigos sin tu pareja y realizar actividades extras que te produzcan placer, como puede ser el realizar ejercicios. Y si consideras que no puedes realizar estos cambios por ti solo acude a terapia para recibir mayor orientación.
- Se ha perdido la capacidad de disfrutar junto a la pareja
- Las actividades sociales, laborales y de ocio se circunscriben a la pareja, todo gira en torno a ella y se prioriza sobre cualquier otra cosa.
- Temor constante a opinar o decir algo que contradiga a la pareja.
- Dejar de ser uno mismo, en muchas ocasiones, para evitar conflictos con la pareja (por ejemplo, dejar de lado a los amigos, cambiar la forma de vestir, inclusive la forma de hablar)
- El uso de sarcasmo, ironías y burlas como mecanismos de manipulación entre ambos.
- Consultar con la pareja absolutamente todo lo que se desea hacer, pierdes la libertad de decidir por ti mismo.
Si te identificamos con la mayoría de los puntos expuesto, debes buscar ayuda para cortar definitivamente con la relación y tomar las riendas de tu vida, recuperar espacio perdido, cultivar tu vida social, reunirse con los amigos sin tu pareja y realizar actividades extras que te produzcan placer, como puede ser el realizar ejercicios. Y si consideras que no puedes realizar estos cambios por ti solo acude a terapia para recibir mayor orientación.