Viernes, 27 de marzo de 2015
terapiadepareja
Psicología
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Según las estadísticas, las tasas de éxito en los matrimonios está en declive. Atendiéndonos a los datos, el 50 por ciento de los primeros matrimonios terminan en divorcio, y ese número se ha mantenido sin cambios durante los últimos 30 años. Estos altos porcentajes de divorcio también varían con el tipo de educación, creencias religiosas y muchos otros factores, como por ejemplo que se decida ir a un tratamiento de terapia de pareja para intentar poner fin a los problemas conyugales.
Sin embargo, cuando finalmente la pareja se separa, tenemos numerosas dificultades para la misma y para sus hijos. Para los adultos, el divorcio puede ser uno de los eventos más estresantes de la vida, ya que a menudo, dicha separación va seguida de una incertidumbre sobre el futuro. Si los niños están involucrados, éstos pueden experimentar efectos negativos, tales como negación, sentimientos de abandono, ira o culpa entre otros.
Mientras que el divorcio puede ser necesario y la opción más saludable en algunos casos, en la mayoría lo mejor es intentar salvar lo que queda de la relación. Como dicen en terapia-depareja.com, cuando surgen los conflictos de pareja, lo ideal es preguntarse seriamente en ese momento si debemos ir a una terapia de pareja.
Todos los matrimonios no son recuperables. En el tratamiento de la terapia de pareja, algunas matrimonios pueden descubrir que es más saludable estar separados. Sin embargo, para esas relaciones que pueden salvarse y para esas parejas dispuestas a comprometerse con el proceso, la consejería matrimonial será capaz de hacerles recordar el por qué se enamoraron y mantener ese estado siempre así.
Sin embargo, cuando finalmente la pareja se separa, tenemos numerosas dificultades para la misma y para sus hijos. Para los adultos, el divorcio puede ser uno de los eventos más estresantes de la vida, ya que a menudo, dicha separación va seguida de una incertidumbre sobre el futuro. Si los niños están involucrados, éstos pueden experimentar efectos negativos, tales como negación, sentimientos de abandono, ira o culpa entre otros.
Mientras que el divorcio puede ser necesario y la opción más saludable en algunos casos, en la mayoría lo mejor es intentar salvar lo que queda de la relación. Como dicen en terapia-depareja.com, cuando surgen los conflictos de pareja, lo ideal es preguntarse seriamente en ese momento si debemos ir a una terapia de pareja.
Siete buenas razones para ir a la terapia de pareja.
- La comunicación se ha convertido en algo negativo. Una vez que la comunicación se ha deteriorado, es difícil dar marcha atrás en la dirección correcta. La mala comunicación puede incluir todo lo referente a cuando una pareja se siente deprimida, insegura, ignorada, o simplemente quiere dejar de hablar. Esto puede incluir también el tono de la conversación. Es importante recordar que no siempre el mensaje de lo que dices llega, sino lo que más se entiende cómo se dice.La mala comunicación también puede incluir cualquier comunicación que no sólo conduce a herir sentimientos, podría ser el maltrato psíquico o físico, así como la comunicación no verbal.
- Cuando se ha producido una infidelidad.Superar una infidelidad no es imposible, pero requiere de mucho trabajo y esfuerzo. Es imprescindible compromiso y una voluntad de perdonar y seguir adelante. No hay ninguna fórmula mágica para superar la infidelidad. Pero si ambos cónyuges están comprometidos con un tratamiento, como en este caso el de las terapias de pareja, y además están siendo honestos, el matrimonio puede ser rescatado. Por lo menos, se podrá determinar que es más saludable para ambos individuos para intentar seguir adelante.
- Cuando la relación parece más una convivencia que una pareja en sí. Cuando las parejas se vuelven más como compañeros de cuarto que una pareja casada, esto puede indicar la necesidad de tener que ir a una terapia de pareja. Si hay una falta de comunicación e intimidad, o la ausencia de cualquier otro elemento que la pareja siente que es importante, puede ser un indicio de que un psicoterapeuta puede ayudar a resolver lo que le falta para recuperarlo.
- Cuando no se pueden resolver las diferencias. En el momento en que una pareja comienza a tener conflictos y son conscientes de la discordia, la batalla está superada al 50%. Muchas veces las parejas dicen, "sabemos lo que está mal, pero no sabemos cómo arreglarlo.". Este es un momento perfecto para tratarlo en la psicoterapia para parejas. Si una relación está atascada, un psicoterapeuta puede ser capaz de conseguir la misma en la dirección correcta.
- Cuando empezamos a tener sentimientos negativos. Yo creo que lo que sentimos en el interior siempre se muestra de alguna manera en el exterior. Incluso si somos capaces de ocultar estos sentimientos por un tiempo, al final acaban saliendo. El resentimiento o decepción pueden convertirnos en personas hirientes y dañinas. Un psicoterapeuta calificado puede ayudar a la pareja a clasificar sus sentimientos negativos y encontrar mejores formas de expresarlos.
- Cuando la solución sólo parece ser la separación. Si después de un conflicto lo que sucede es que uno de los dos cónyuges pasa la noche fuera de casa, o se produce una separación temporal, es un indicativo claro de la necesidad de terapia. Irte de casa generalmente no sirve para resolver los conflictos. Por el contrario, puede reforzar la idea de que estar fuera es útil, lo que conduce a más ausencias. Sin embargo, aunque regresemos el problema sigue ahí.
- Cuando se llega al acuerdo de permanecer juntos sólo por el bien de los niños. A menudo las parejas creen que están haciendo lo correcto cuando en realidad permanecer juntos es perjudicial para los niños. Por el contrario, si la pareja es capaz de resolver el problema y avanzar hacia una relación positiva y saludable, esto puede ser la mejor decisión para todos los involucrados. En mi opinión, los niños nunca deben ser el factor decisivo cuando un matrimonio está pensando en separarse ya que ellos son muy intuitivos e inteligentes. No importa que creáis que sois capaces de fingir felicidad, ya que la mayoría de los niños seguramente se den cuenta de que algo no marcha bien.
Conclusión
Todos los matrimonios no son recuperables. En el tratamiento de la terapia de pareja, algunas matrimonios pueden descubrir que es más saludable estar separados. Sin embargo, para esas relaciones que pueden salvarse y para esas parejas dispuestas a comprometerse con el proceso, la consejería matrimonial será capaz de hacerles recordar el por qué se enamoraron y mantener ese estado siempre así.