Lunes, 03 de febrero de 2014
Casa Artemisa Consultoría en psicología
- Los Reyes, La Paz, (México)
Psicología
Psicología
Ahora que llevamos unos cuantos días del año 2014, encuentro a muchos de mis pacientes, amigos, compañeros y familiares con un serio problema: ¡Subieron de peso en estas fiestas decembrinas!.Después de las tamalizas, pozoles, pavos rellenos de más carne, dulces y ponches y la riquísima "Rosca de Reyes", existe un sinfin de culpas, llenas de remordimientos por haber subido más de peso. Mi novio, me dijo que había subido 8 kilos en dos semanas.
Ahora bien, ¿Porqué considero el tema trillado de siempre sobre el incremento de peso corporal? Pues porque al final es un tema universal que tiene que ver no sólo con los medios masivos de la comunicación, sino con una comunicación más íntima, una comunicación con cada uno de nosotros y cómo nos relacionacionamos con el mundo a partir de nuestra corporeidad.
Nuestro cuerpo es nuestro templo como en muchas religiones de predica, somos nosotros mismos sin separaciones entre mente y cuerpo, por lo tanto, el hecho de no sentirnos a gusto con la imagen que vemos en el espejo todos los días porque se ve una talla más grande o que nos notemos con más pesadez cada vez que salimos al trabajo, nos da indicios de que algo en nuestras vidas nos está pesando, nos está haciendo sentir triste o melancólicos, y que algo anda mal.
Es por eso que escribo este pequeño artículo, ya que el exceso de peso, se considero solamente a nivel físico, a un nivel médico en donde nos limitamos a cambiar de dieta, evitar el sedentarismo y a arreglarnos más, pero definitivamente no solamente es importante eso, lo más importante es ¡Que tu peso no te pese!, un pesar de pesadumbre más que de kilos, en donde existen controversias en nuestro psiquismo.
La controversia es si aceptar esa imagen o negarla como posiblemente la negaron nuestros familiares o amigos, una imagen no bien aceptada por la sociedad, pero que al final se considera que las personas con sobrepeso u obesidad es porque decidieron estar así, que en cierta medida si tiene que ver, pero que no es en un cien por cierto, porque el incremento de masa corporal se hace consciente ya cuando la báscula dice que se subió doce o veinte kilos.
Entonces depende de nuestra autoconciencia, de revisar el pasado que nos orilló a estar desconectados del cuerpo. Así, para empezar a trabajar con dicha conexión es importante aceptar que tenemos un problema en este punto, para poder buscar una solución, la cual al final siempre se encuentra en el problema mismo.
¡Aceptar o no aceptar, ese es el problema! Es muy difícil aceptar algo rechazado, pero que al final, al aceptarlo, se podrá querer y el amor mueve montañas, al aceptar un cuerpo voluminoso, podemos querernos y así poder encontrar lo que necesitamos para entender a nuestro cuerpo y porqué ha reaccionado de cierta manera y no de otra.
Así la solución se encuentra en apapacharnos. Imaginate que estas viendo a un niño gordito llorando porque se siente culpable por haberse comido un pastel enorme, si decidimos regañarlo lo más seguro es que se sentirá peor y terminará devorando otro pastel, porque lo dulce es sinónimo de amor y lo que necesita es eso. Sin embargo, si lo vemos llorando y triste lo más seguro es que si lo abrazamos y hacemos que confíe en nosotros, haremos que reciba ese amor que necesitaba y ya no tendrá la necesidad de buscarlo por medio de la comida.
Ahora imagina que ese niño eres tu...
Ahora bien, ¿Porqué considero el tema trillado de siempre sobre el incremento de peso corporal? Pues porque al final es un tema universal que tiene que ver no sólo con los medios masivos de la comunicación, sino con una comunicación más íntima, una comunicación con cada uno de nosotros y cómo nos relacionacionamos con el mundo a partir de nuestra corporeidad.
Nuestro cuerpo es nuestro templo como en muchas religiones de predica, somos nosotros mismos sin separaciones entre mente y cuerpo, por lo tanto, el hecho de no sentirnos a gusto con la imagen que vemos en el espejo todos los días porque se ve una talla más grande o que nos notemos con más pesadez cada vez que salimos al trabajo, nos da indicios de que algo en nuestras vidas nos está pesando, nos está haciendo sentir triste o melancólicos, y que algo anda mal.
Es por eso que escribo este pequeño artículo, ya que el exceso de peso, se considero solamente a nivel físico, a un nivel médico en donde nos limitamos a cambiar de dieta, evitar el sedentarismo y a arreglarnos más, pero definitivamente no solamente es importante eso, lo más importante es ¡Que tu peso no te pese!, un pesar de pesadumbre más que de kilos, en donde existen controversias en nuestro psiquismo.
La controversia es si aceptar esa imagen o negarla como posiblemente la negaron nuestros familiares o amigos, una imagen no bien aceptada por la sociedad, pero que al final se considera que las personas con sobrepeso u obesidad es porque decidieron estar así, que en cierta medida si tiene que ver, pero que no es en un cien por cierto, porque el incremento de masa corporal se hace consciente ya cuando la báscula dice que se subió doce o veinte kilos.
Entonces depende de nuestra autoconciencia, de revisar el pasado que nos orilló a estar desconectados del cuerpo. Así, para empezar a trabajar con dicha conexión es importante aceptar que tenemos un problema en este punto, para poder buscar una solución, la cual al final siempre se encuentra en el problema mismo.
¡Aceptar o no aceptar, ese es el problema! Es muy difícil aceptar algo rechazado, pero que al final, al aceptarlo, se podrá querer y el amor mueve montañas, al aceptar un cuerpo voluminoso, podemos querernos y así poder encontrar lo que necesitamos para entender a nuestro cuerpo y porqué ha reaccionado de cierta manera y no de otra.
Así la solución se encuentra en apapacharnos. Imaginate que estas viendo a un niño gordito llorando porque se siente culpable por haberse comido un pastel enorme, si decidimos regañarlo lo más seguro es que se sentirá peor y terminará devorando otro pastel, porque lo dulce es sinónimo de amor y lo que necesita es eso. Sin embargo, si lo vemos llorando y triste lo más seguro es que si lo abrazamos y hacemos que confíe en nosotros, haremos que reciba ese amor que necesitaba y ya no tendrá la necesidad de buscarlo por medio de la comida.
Ahora imagina que ese niño eres tu...