Viernes, 04 de julio de 2014
Psicóloga Montse Jiménez
- Terrassa, (España)
Psicología
Psicología
Cuando una persona se enfrenta a una encrucijada, a un cambio de vida, todos los datos de su mundo se desordenan, y todo parece desestructurarse.
Esta sensación de desorden vital , desgraciadamente a veces se convierte en un estímulo para volver atrás más que para renacer, renovarse y cambiar. El mayor obstáculo para un renacimiento es el miedo a la incertidumbre, al desorden.
Al desorden no se le puede temer, porque es un paso necesario para el aprendizaje. Es cierto que produce angustia, pero si mantenemos una actitud derrotista, el cambio sólo servirá para un retroceso, más que un avance.
Pero siendo normal el desorden, solemos percibirlo como un grave síntoma de nuestra falta de control de la situación. Así se forma una fuente de angustia que no hace otra cosa que incrementar el mismo desorden y tirar de nosotros hacia regresos a ciclos de nuestra infancia.
No solemos tolerar el desorden porque estamos acostumbrados a mantenernos en el orden de las cosas ("cada cosa en su sitio"). Pero cuando las cosas se mueven de su lugar, nuestra mente es incapaz de gestionarlo y volvemos a actitudes inmaduras e infantiles volviendo a adoptar conductas e ideas de otras etapas vitales, dando así un paso atrás, o muchos pasos atrás, en nuestra relación con el mundo.
Mantener este tipo de actitud es muy importante porque las crisis y/o cambios en tu vida llevan a cambios mentales (esquemas cognitivos, definiciones de la realidad, de tu mundo, etc.). Sentimos que somos otr@, sentimos una extrañeza hacia ese nuevo "yo" emeregente que todavía no habíamos conocido bien.
Tal crecimiento personal lleva a un paso más hacia el largo camino pero maravilloso mundo de la sabiduría.
Esta sensación de desorden vital , desgraciadamente a veces se convierte en un estímulo para volver atrás más que para renacer, renovarse y cambiar. El mayor obstáculo para un renacimiento es el miedo a la incertidumbre, al desorden.
Al desorden no se le puede temer, porque es un paso necesario para el aprendizaje. Es cierto que produce angustia, pero si mantenemos una actitud derrotista, el cambio sólo servirá para un retroceso, más que un avance.
El desorden de la realidad o de tu vida es una fase normal de cualquier momento crítico de la vida, cambio o renacimiento. y hay que aceptarlo como normal
Pero siendo normal el desorden, solemos percibirlo como un grave síntoma de nuestra falta de control de la situación. Así se forma una fuente de angustia que no hace otra cosa que incrementar el mismo desorden y tirar de nosotros hacia regresos a ciclos de nuestra infancia.
No solemos tolerar el desorden porque estamos acostumbrados a mantenernos en el orden de las cosas ("cada cosa en su sitio"). Pero cuando las cosas se mueven de su lugar, nuestra mente es incapaz de gestionarlo y volvemos a actitudes inmaduras e infantiles volviendo a adoptar conductas e ideas de otras etapas vitales, dando así un paso atrás, o muchos pasos atrás, en nuestra relación con el mundo.
La persona que mantiene una actitud madura frente a acontecimientos estresantes no se queja de la situación, no culpa a los demás y mira dentro de sí para poder crecer personalmente.
Mantener este tipo de actitud es muy importante porque las crisis y/o cambios en tu vida llevan a cambios mentales (esquemas cognitivos, definiciones de la realidad, de tu mundo, etc.). Sentimos que somos otr@, sentimos una extrañeza hacia ese nuevo "yo" emeregente que todavía no habíamos conocido bien.
Tal crecimiento personal lleva a un paso más hacia el largo camino pero maravilloso mundo de la sabiduría.