Miércoles, 27 de abril de 2016
Jessika Vital González
- Queretaro, (México)
Psicología
Psicología
En la actualidad, los ritmos de vida en grandes ciudades se encuentran, las más de las veces, saturados de actividades entre el trabajo, las tareas del hogar, la atención a los hijos, el practicar alguna actividad física (sea ésta al aire libre o en gimnasio), la vida social, las revisiones médicas, todo lo cual nos puede reportar satisfacciones en diferentes planos pero con sensaciones y emociones que pueden llegar a ser efímeras, es decir, desvanecerse apenas las vivimos y volteamos a mirar nuevamente el reloj porque ya debemos o tenemos que estar en la siguiente actividad. La percepción del tiempo se vive tan rápidamente que en muchos casos no alcanzamos a percatarnos o a ser concientes de ciertos signos y síntomas que nuestra mente (y por consecuencia nuestro comportamiento) están presentando y que pueden constituir un trastorno de ansiedad. Por ello es importante hacer una descripción general de los más frecuentes para que quien se dé el tiempo de regalarse 5 minutos de atención, pueda identificar si ha sentido o presentado alguno:
La ansiedad se caracteriza por generar una sensación, estado o condición donde la persona experimenta conmoción, angustia, intranquilidad, nerviosismo o preocupación, cuyos síntomas van desde sudoración, sequedad de boca, mareo, inestabilidad, temblor, tensión muscular, dolor de cabeza, hormigueo o adormecimiento de alguna parte del cuerpo, palpitaciones, taquicardias, sensación molesta en la parte del pecho que corresponde al corazón, dificultad para respirar, náuseas, vómitos, orina frecuente hasta problemas en el plano sexual, preocupación, sensación de agobio, irritabilidad, inquietud, desasosiego, miedo a perder el control, dificultad para concentrarse, evitación de ciertos espacios o situaciones, entre otros.
Es importante mencionar que en algún momento de nuestra vida, todas las personas hemos experimentado alguno de los síntomas anteriores, debido a que ciertos niveles de ansiedad son naturalmente necesarios para anticipar un daño, un peligro o un riesgo y que en esa medida hemos podido estar alerta y actuar en consecuencia; sin embargo cuando los síntomas son muy intensos y nos impiden llevar una vida tranquila y feliz en nuestros diferentes ámbitos (casa, pareja, familia, trabajo, amistades, etc.) es cuando se torna en un comportamiento patológico, es decir, enfermo, no sano para la persona y para quienes le rodean.
Si Ud. identifica un acelerado ritmo de vida, no practica ejercicio y ha sentido alguno de los síntomas descritos, puede tener trastorno de ansiedad. El primer paso ya está dado: identificar el problema. Dése la oportunidad de vivir una vida sana, plena, productiva y creativa, tomando terapia como segundo paso. Estoy segura que acercarse a un profesional de la salud mental le ayudará a lograr su objetivo.
La ansiedad se caracteriza por generar una sensación, estado o condición donde la persona experimenta conmoción, angustia, intranquilidad, nerviosismo o preocupación, cuyos síntomas van desde sudoración, sequedad de boca, mareo, inestabilidad, temblor, tensión muscular, dolor de cabeza, hormigueo o adormecimiento de alguna parte del cuerpo, palpitaciones, taquicardias, sensación molesta en la parte del pecho que corresponde al corazón, dificultad para respirar, náuseas, vómitos, orina frecuente hasta problemas en el plano sexual, preocupación, sensación de agobio, irritabilidad, inquietud, desasosiego, miedo a perder el control, dificultad para concentrarse, evitación de ciertos espacios o situaciones, entre otros.
Es importante mencionar que en algún momento de nuestra vida, todas las personas hemos experimentado alguno de los síntomas anteriores, debido a que ciertos niveles de ansiedad son naturalmente necesarios para anticipar un daño, un peligro o un riesgo y que en esa medida hemos podido estar alerta y actuar en consecuencia; sin embargo cuando los síntomas son muy intensos y nos impiden llevar una vida tranquila y feliz en nuestros diferentes ámbitos (casa, pareja, familia, trabajo, amistades, etc.) es cuando se torna en un comportamiento patológico, es decir, enfermo, no sano para la persona y para quienes le rodean.
Si Ud. identifica un acelerado ritmo de vida, no practica ejercicio y ha sentido alguno de los síntomas descritos, puede tener trastorno de ansiedad. El primer paso ya está dado: identificar el problema. Dése la oportunidad de vivir una vida sana, plena, productiva y creativa, tomando terapia como segundo paso. Estoy segura que acercarse a un profesional de la salud mental le ayudará a lograr su objetivo.