Miércoles, 27 de abril de 2016
Ainara Lopez de Mendiguren
Psicología
Psicología
¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando escuchas la palabra “sexo”? Puede que en ese momento pienses en prácticas eróticas, en lo que popularmente se conoce como “practicar sexo”, “hacerlo”, “acostarse”, “follar”, “hacer el amor”, etc. O puede que acudan a tu mente imágenes de genitales externos, esto es, del “sexo femenino” (vulva) y del “sexo masculino” (pene y escroto). También es posible que supongas que se está hablando de identidad masculina y femenina: hombre/mujer. O bien puedes considerar que se está haciendo alusión al sexo como “categoría” o “concepto amplio” y pensar aquello de “el sexo es un tema complejo: para algunos es tabú, mientras que para otros es fuente de placer y conocimiento”.
Sea cual sea el significado de los anteriormente descritos con el que has relacionado la palabra “sexo”, estás en lo cierto. Sí, lo estás, porque la palabra “sexo” es una palabra polisémica, esto es, con varios significados.
Sin embargo, a pesar de su riqueza semántica, el sexo suele ser sometido a reduccionismos varios. Así, por ejemplo, es común vincular el término “sexo” con las prácticas eróticas y, más concretamente, con aquellas en las que están implícitos los genitales y/o el coito.
Este tipo de reduccionismos también perjudica, por extensión, a la ciencia o disciplina dedicada al estudio del “sexo”.
Existe la creencia equivocada, relativamente extendida, de que la Sexología se dirige principalmente al estudio de lo que comúnmente se conoce como “el acto sexual”, y más concretamente, a aquello que concierne a los genitales y al coito. Sin embargo, con esta suposición nos estamos quedando cortos. Por poner un sencillo ejemplo, sería equivalente a definir la odontología como el área de la medicina dedicada a la extracción de muelas.
¡Es hora de aclarar conceptos!
La palabra “sexo” proviene del verbo latín secare, el cual significa separar o seccionar. El sexo hace referencia a la división del género humano en dos grupos distintos: femenino y masculino. El sexo se construye a partir de una serie compleja de sucesos biológicos, psicológicos y sociales que hace que seamos (de manera irremediable) seres sexuados: mujeres u hombres; siendo el resultado diferente en cada uno de nosotros (no hay dos mujeres iguales ni dos hombres iguales, aunque se comparta un mismo sexo).
La Sexología es la disciplina científica que se encarga de estudiar el “sexo”, el sexo que “se es”. Es decir, le interesa conocer aquellos mecanismos que nos construyen como mujeres o como hombres, siendo éstos muy amplios y complejos (hormonas, crianza diferencial, identidad sexual, deseo erótico, afectividad…). En cuanto al sexo “que se practica” o a los “genitales que se tienen”, también interesan a la Sexología pero considerándolos “parcelas” o “componentes” del sexo que “se es”, y no tanto como un objeto de estudio en sí mismos.
La Sexología atiende demandas relacionadas con:
– Las conductas: Expresiones sexuales diversas (besos, caricias, abrazos, coitos…).
– La orientación: Hacia dónde se dirigen mis preferencias, en función de mi propio sexo (mujer, hombre) y el de las personas con las que me relaciono.
– La interacción: Todo aquello que implica la relación entre una mujer y un hombre (afectos, pareja, crianza de los/as hijos/as, tareas domésticas, planes de futuro, rupturas…).
Espero que, tras leer esto, tengas una visión más clara y amplia de lo que es el sexo y del marco de intervención de la Sexología.
¡Un saludo!
Ainara López de Mendiguren - Psicóloga y Sexóloga
http//:www.ainaralopezdemendiguren.com
Sea cual sea el significado de los anteriormente descritos con el que has relacionado la palabra “sexo”, estás en lo cierto. Sí, lo estás, porque la palabra “sexo” es una palabra polisémica, esto es, con varios significados.
Sin embargo, a pesar de su riqueza semántica, el sexo suele ser sometido a reduccionismos varios. Así, por ejemplo, es común vincular el término “sexo” con las prácticas eróticas y, más concretamente, con aquellas en las que están implícitos los genitales y/o el coito.
Este tipo de reduccionismos también perjudica, por extensión, a la ciencia o disciplina dedicada al estudio del “sexo”.
Existe la creencia equivocada, relativamente extendida, de que la Sexología se dirige principalmente al estudio de lo que comúnmente se conoce como “el acto sexual”, y más concretamente, a aquello que concierne a los genitales y al coito. Sin embargo, con esta suposición nos estamos quedando cortos. Por poner un sencillo ejemplo, sería equivalente a definir la odontología como el área de la medicina dedicada a la extracción de muelas.
¡Es hora de aclarar conceptos!
La palabra “sexo” proviene del verbo latín secare, el cual significa separar o seccionar. El sexo hace referencia a la división del género humano en dos grupos distintos: femenino y masculino. El sexo se construye a partir de una serie compleja de sucesos biológicos, psicológicos y sociales que hace que seamos (de manera irremediable) seres sexuados: mujeres u hombres; siendo el resultado diferente en cada uno de nosotros (no hay dos mujeres iguales ni dos hombres iguales, aunque se comparta un mismo sexo).
La Sexología es la disciplina científica que se encarga de estudiar el “sexo”, el sexo que “se es”. Es decir, le interesa conocer aquellos mecanismos que nos construyen como mujeres o como hombres, siendo éstos muy amplios y complejos (hormonas, crianza diferencial, identidad sexual, deseo erótico, afectividad…). En cuanto al sexo “que se practica” o a los “genitales que se tienen”, también interesan a la Sexología pero considerándolos “parcelas” o “componentes” del sexo que “se es”, y no tanto como un objeto de estudio en sí mismos.
La Sexología atiende demandas relacionadas con:
– Las conductas: Expresiones sexuales diversas (besos, caricias, abrazos, coitos…).
– La orientación: Hacia dónde se dirigen mis preferencias, en función de mi propio sexo (mujer, hombre) y el de las personas con las que me relaciono.
– La interacción: Todo aquello que implica la relación entre una mujer y un hombre (afectos, pareja, crianza de los/as hijos/as, tareas domésticas, planes de futuro, rupturas…).
Espero que, tras leer esto, tengas una visión más clara y amplia de lo que es el sexo y del marco de intervención de la Sexología.
¡Un saludo!
Ainara López de Mendiguren - Psicóloga y Sexóloga
http//:www.ainaralopezdemendiguren.com