Martes, 20 de diciembre de 2016
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Psicología
Psicología
Cumplimos años y son 50 desde que el 1965 se fundaran las escuelas de psicología tanto de la Universidad de Panamá, como de la Universidad Santa María la Antigua.
Muchos cambios hemos visto, hoy ya se enseña esta carrera en muchas otras universidades y cuentan hoy día con idoneidad para ejercer la profesión un poco menos de 5,000 psicólogos.
Hemos trascendido, hay escuelas en todo el país y parece ir viento en popa el interés por esta noble profesión de parte de la juventud estudiosa de este maravilloso país.
Así como han estudiado muchos colegas especialidades fuera del país, se han creado especialidades aquí en Panamá con el fin de dar un mejor servicio a las personas que lo requieran.
Considero que mucho hemos avanzado en nuestra carrera, respeto y felicito a todos los que han contribuido a una mejor Psicología en nuestro país. Sin embargo debo ser ética y exponer también lo que pienso aún necesita trabajo y cambios profundos.
Nuestra psicología fue heredada de otras culturas; por años, tal vez demasiados ese ha sido el norte y corte de la carrera en cualquier universidad y aunque no dudo del parecido de los humanos como pobladores del planeta y sus grandes similitudes, considero que es prudente diferenciar dado que somos entes biopsicosociales; es decir que somos un cuerpo físico que se desarrolla en un ambiente y produce su psiquis o mente propia, que no es igual a otro, aunque se parezca en otras. Esto hace que generalizar no sea lo correcto.
Por lo que usar teorías de otras culturas y de épocas lejanas debe hacerse con prudencia y científicamente.
Hemos usado teorías y pruebas psicológicas casi igualando sus aportes, baremos o medidas a la gente de nuestro país.
Hay, me alegro de ello bastante producción de nuestros psicólogos; pero en materia de nuestra cultura muy poco, en test con baremos y medidas poblacionales que respondan a nuestra gente y sus características o perfiles, también reconozco que salvo algunos casos es muy escasa.
La investigación, la adaptación y la producción se ha concentrado en momentos históricos, puede remitirse al libro del Dr. Jorge Cisneros: La Psicología en panamá pasado, presente y futuro. 2004.
En el siglo XXI, pleno 2015, nos requiere, nos obliga a una Psicología nueva, científica, adaptada a la realidad nacional, los cambios en la personalidad del panameño, las mezclas sociales, El impacto de la tecnología, la geopolítica, la necesidad de enfrentar el cambio climático, la economía y sus vaivenes, los nuevos sueños, las nuevas estructuras y una nueva psicología.
Pertenezco a esta nueva psicología, la llamo Psicología de la salud y el Bienestar; emulando un poco y en parte a la psicología Positiva de Martin Seligman de USA, pero para Panamá, trabajo en estén concepto hace cinco años y estoy próxima a publicar dicho trabajo.
Este concepto parte de una hipótesis de la felicidad del panameño de las explicaciones de sus comportamientos, pensamientos e ideas, basadas en observación, evaluación, análisis de antecedentes históricos sociales y etnografía que he realizado durante 20 años.
La psicología anormal agotó gran parte de su producción, las psicopatologías y enfermedades mentales no explican o terminan con el estudio del ser humano, la Psicología no es sinónimo de enfermedad mental, pero aún resuena en la gente que sí, no hemos superado que nos vean como los “loqueros”, que a veces se abstengan de ir y solicitar ayuda por pena a ser visto como enfermos mentales o no confiar por no sentirse a gusto.
Esta Psicología del bienestar intenta revertir esta idea errada de la profesión esperando tener éxito al enfocar el lente de esta maravillosa profesión en las infinitas capacidades humanas que aun cuando se hable de enfermedad o traumas, aun cuando exista la patología o el daño emocional, nuestras estrategias psicológicas estén focalizadas en las fortalezas humanas que todos afortunadamente poseemos y que por largos siglos, fuerzas han operado por lo menos en la cultura nuestra mucho más que otras y más tiempo también, minándonos, haciéndonos ver o creer de manera corta o poco válida que somos un producto acabado o que somos un número, un diagnóstico, una carrera, una vocación, un ser unidimensional o sin escapatoria del destino.
Esta Psicología de la que hablo, trabaja para todos, opera con cualquier persona, no debe esperar “sentirse y mal o necesitar un psicólogo”, no debe reconocer enfermedad alguna o patologías no necesita esta “loco” como se dice común y coloquialmente.
En esta psicología están todos invitados, les ánimo a hacerlo, allí encontraran fortalezas que tal vez no sabían que poseían, que de otro modo no se hubieran hecho visibles por concentrar la atención en el trauma o en la enfermedad que le aqueja, si es que lo reconoció y entonces al psicólogo visitó.
En esta psicología usted puede ir cuando quiera, no requiere condición alguna, usted va a buscar lo que posee, va a reconocerlo y así usarlo en su crecimiento personal, en el éxito que hasta ahora no había probado, pese a que este usted enfermo o tenga una mal llamada “enfermedad mental”, la Psicología de la Salud y el Bienestar estará enfocando su lente lo maravilloso, especial y único que es usted y el desarrollo de esas capacidades para que venza una posible enfermedad o para que obtenga todo el potencial del que usted es capaz para convertirlo en su mayor fortaleza y crear más posibilidades.
En los 50 años de la Psicología en Panamá, en honor a ella, me avoco a felicitar a todos los colegas, a los involucrados en nuestro éxito hasta fecha. En honor a ella también aporto con esta Psicología, que en realidad no es tan nueva y que no es sólo mía, sino más bien una recopilación de saberes y de muchos aportes de pensadores, pero que me parece ineludible dada la época y la necesidad en la que vive la humanidad hoy día, de soltar la historia que nos atrapo en la enfermedad, los números, las limitaciones a que nos han sometido las fuerzas de toda índole a la raza humana y a nuestro país que tenga una salida más de las que seguro contamos, en este caso desde la psicología como estudio de la conducta humana, su mejor aporte al llevarnos hasta lo más profundo de nuestras habilidades y poder usarlas en nuestro eterno progreso y felicidad.
Muchos cambios hemos visto, hoy ya se enseña esta carrera en muchas otras universidades y cuentan hoy día con idoneidad para ejercer la profesión un poco menos de 5,000 psicólogos.
Hemos trascendido, hay escuelas en todo el país y parece ir viento en popa el interés por esta noble profesión de parte de la juventud estudiosa de este maravilloso país.
Así como han estudiado muchos colegas especialidades fuera del país, se han creado especialidades aquí en Panamá con el fin de dar un mejor servicio a las personas que lo requieran.
Considero que mucho hemos avanzado en nuestra carrera, respeto y felicito a todos los que han contribuido a una mejor Psicología en nuestro país. Sin embargo debo ser ética y exponer también lo que pienso aún necesita trabajo y cambios profundos.
Nuestra psicología fue heredada de otras culturas; por años, tal vez demasiados ese ha sido el norte y corte de la carrera en cualquier universidad y aunque no dudo del parecido de los humanos como pobladores del planeta y sus grandes similitudes, considero que es prudente diferenciar dado que somos entes biopsicosociales; es decir que somos un cuerpo físico que se desarrolla en un ambiente y produce su psiquis o mente propia, que no es igual a otro, aunque se parezca en otras. Esto hace que generalizar no sea lo correcto.
Por lo que usar teorías de otras culturas y de épocas lejanas debe hacerse con prudencia y científicamente.
Hemos usado teorías y pruebas psicológicas casi igualando sus aportes, baremos o medidas a la gente de nuestro país.
Hay, me alegro de ello bastante producción de nuestros psicólogos; pero en materia de nuestra cultura muy poco, en test con baremos y medidas poblacionales que respondan a nuestra gente y sus características o perfiles, también reconozco que salvo algunos casos es muy escasa.
La investigación, la adaptación y la producción se ha concentrado en momentos históricos, puede remitirse al libro del Dr. Jorge Cisneros: La Psicología en panamá pasado, presente y futuro. 2004.
En el siglo XXI, pleno 2015, nos requiere, nos obliga a una Psicología nueva, científica, adaptada a la realidad nacional, los cambios en la personalidad del panameño, las mezclas sociales, El impacto de la tecnología, la geopolítica, la necesidad de enfrentar el cambio climático, la economía y sus vaivenes, los nuevos sueños, las nuevas estructuras y una nueva psicología.
Pertenezco a esta nueva psicología, la llamo Psicología de la salud y el Bienestar; emulando un poco y en parte a la psicología Positiva de Martin Seligman de USA, pero para Panamá, trabajo en estén concepto hace cinco años y estoy próxima a publicar dicho trabajo.
Este concepto parte de una hipótesis de la felicidad del panameño de las explicaciones de sus comportamientos, pensamientos e ideas, basadas en observación, evaluación, análisis de antecedentes históricos sociales y etnografía que he realizado durante 20 años.
La psicología anormal agotó gran parte de su producción, las psicopatologías y enfermedades mentales no explican o terminan con el estudio del ser humano, la Psicología no es sinónimo de enfermedad mental, pero aún resuena en la gente que sí, no hemos superado que nos vean como los “loqueros”, que a veces se abstengan de ir y solicitar ayuda por pena a ser visto como enfermos mentales o no confiar por no sentirse a gusto.
Esta Psicología del bienestar intenta revertir esta idea errada de la profesión esperando tener éxito al enfocar el lente de esta maravillosa profesión en las infinitas capacidades humanas que aun cuando se hable de enfermedad o traumas, aun cuando exista la patología o el daño emocional, nuestras estrategias psicológicas estén focalizadas en las fortalezas humanas que todos afortunadamente poseemos y que por largos siglos, fuerzas han operado por lo menos en la cultura nuestra mucho más que otras y más tiempo también, minándonos, haciéndonos ver o creer de manera corta o poco válida que somos un producto acabado o que somos un número, un diagnóstico, una carrera, una vocación, un ser unidimensional o sin escapatoria del destino.
Esta Psicología de la que hablo, trabaja para todos, opera con cualquier persona, no debe esperar “sentirse y mal o necesitar un psicólogo”, no debe reconocer enfermedad alguna o patologías no necesita esta “loco” como se dice común y coloquialmente.
En esta psicología están todos invitados, les ánimo a hacerlo, allí encontraran fortalezas que tal vez no sabían que poseían, que de otro modo no se hubieran hecho visibles por concentrar la atención en el trauma o en la enfermedad que le aqueja, si es que lo reconoció y entonces al psicólogo visitó.
En esta psicología usted puede ir cuando quiera, no requiere condición alguna, usted va a buscar lo que posee, va a reconocerlo y así usarlo en su crecimiento personal, en el éxito que hasta ahora no había probado, pese a que este usted enfermo o tenga una mal llamada “enfermedad mental”, la Psicología de la Salud y el Bienestar estará enfocando su lente lo maravilloso, especial y único que es usted y el desarrollo de esas capacidades para que venza una posible enfermedad o para que obtenga todo el potencial del que usted es capaz para convertirlo en su mayor fortaleza y crear más posibilidades.
En los 50 años de la Psicología en Panamá, en honor a ella, me avoco a felicitar a todos los colegas, a los involucrados en nuestro éxito hasta fecha. En honor a ella también aporto con esta Psicología, que en realidad no es tan nueva y que no es sólo mía, sino más bien una recopilación de saberes y de muchos aportes de pensadores, pero que me parece ineludible dada la época y la necesidad en la que vive la humanidad hoy día, de soltar la historia que nos atrapo en la enfermedad, los números, las limitaciones a que nos han sometido las fuerzas de toda índole a la raza humana y a nuestro país que tenga una salida más de las que seguro contamos, en este caso desde la psicología como estudio de la conducta humana, su mejor aporte al llevarnos hasta lo más profundo de nuestras habilidades y poder usarlas en nuestro eterno progreso y felicidad.