Martes, 16 de diciembre de 2014
davidsalinasterapeuta
Psicología
Por otra parte, si somos más conscientes de nuestra postura corporal, nuestras expresiones, gestos... De nuestra actitud física en general, también seremos capaces de comunicarnos con los demás de una manera más eficaz y acorde a nuestras intenciones, deseos y expectativas. Por ejemplo: una fotógrafa quiso demostrar que la belleza es una actitud. Y éste fue el resultado:
Podéis ver más fotos y conocer más sobre el "experimento" de la fotógrafa a través de este artículo.
Psicología
Propiocepción. Vaya palabro. ¿Qué significa? Capacidad de percibir las señales de nuestro cuerpo. ¿Por qué es importante desde la Psicología Positiva? Porque esa comunicación entre mente y cuerpo influye de manera clara en nuestras emociones.
Chalie Brown no podría explicarlo mejor:
El cerebro recibe información de nuestro cuerpo: ¡así que cuidado con qué le decimos! |
Por otra parte, si somos más conscientes de nuestra postura corporal, nuestras expresiones, gestos... De nuestra actitud física en general, también seremos capaces de comunicarnos con los demás de una manera más eficaz y acorde a nuestras intenciones, deseos y expectativas. Por ejemplo: una fotógrafa quiso demostrar que la belleza es una actitud. Y éste fue el resultado:
Podéis ver más fotos y conocer más sobre el "experimento" de la fotógrafa a través de este artículo.
Transmitimos a través de nuestro cuerpo y si sabemos hacerlo para seducir, gustar, convencer, dar seguridad o dar una imagen más acorde de lo que esperamos de nosotros mismos, entramos en el terreno de las habilidades sociales: el arte de saber relacionarnos. Y para ello, es imprescindible ser propioceptivos.
Pero volvamos a la relación entre propiocepción y emociones.
La Inteligencia Emocional, nuestra capacidad para percibir, comprender, expresar y regular nuestras emociones y facilitar conductas deseadas a través de ellas, es clave en la gestión de nuestro bienestar y camino del crecimiento personal. Y como ya hemos dicho, la percepción de nuestro cuerpo influye en nuestras emociones. Pongamos varios ejemplos:
- Tienes una entrevista de trabajo. Estás nerviosa, tienes miedo. Normal. Como tu cuerpo se da cuenta de ello, agacha la cabeza, se pone tenso, andas lento (¡porque es que no quieres ni llegar al sitio!). Pero tú no quieres transmitir éso en la entrevista. Así que, ¿por qué no salir ya desde tu casa con la cabeza bien erguida y con andar firme y seguro? Así, cambiamos la información que le mandamos al cerebro.
- Tienes una reunión social con desconocidos. Estás inseguro porque no sabes qué impresión vas a causar. Te das cuenta de que tu expresión facial es más seria de lo corriente... ¿Por qué no llegar con una amplia sonrisa que los deslumbre a todos?
- Tienes una cita. Estás nerviosísimo o nerviosísima por cómo va a transcurrir. ¿No crees que ponerte tu mejor camisa, o usar tu lápiz de labios favorito, o ensayar tu sonrisa más seductora, te aportará confianza?
En definitiva, hacer uso de la propiocepción para regular nuestras emociones se resume en: conviértete en la persona que quieres ser. No es alguien distinto a ti, es tu mejor versión, la que te va a ayudar a superar situaciones más o menos exigentes como una entrevista, una reunión o una cita. Copia sus gestos, su postura, su forma de hablar, de caminar, de vestir...
Tu cerebro entenderá el mensaje.