Psicología
A menudo acuden personas a mi consulta haciéndose esta pregunta, es algo que a muchos les ha pasado, en algunos casos solo ocurre en una etapa de la vida; como en la adolescencia o en la juventud, en otros casos esto se extiende acompañando a la persona a lo largo de su vida.
En ocasiones las personas simplemente dejan un proyecto, una terea, o alguna actividad sencilla a la mitad, en el momento, esto no cobra mayor importancia y simplemente sobran razones para justificar por qué dejó de hacerse algo, que para nosotros son justificaciones totalmente validas, en algunos casos así es, pero en muchos otros son más las razones que existían para continuar y culminar algo que para dejarlo a medias. Al repetirse este patrón conductual en otras áreas más relevantes de la vida, como una carrera universitaria, un trabajo, o hasta en relaciones sentimentales, compromisos o actividades que requieran mayor responsabilidad de nuestra parte, es cuando comienzan a pasar factura todas esas pequeñas cosas que no se terminaron, y es que al darse cuenta que no solo ha ocurrido esto, con algo "grande" o "importante" que no hemos culminado, sino que es algo que se ha repetido con pequeñas cosas, suele tomar partido la baja autoestima, la autocrítica, la comparación (negativa) y el desánimo.
Pero cómo fue que llegamos hasta ese punto. Puede deberse a muchas razones, circunstancias, experiencias, etc. Pero la principal, es la "BAJA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN". Es decir, nuestra capacidad para hacer afronte al malestar producido por una situación desfavorable se ve tan disminuida, que buscamos "evitar" a toda costa la posibilidad de que dicho malestar aumente, por lo cual, terminamos huyendo, abandonando o evitando continuar esforzándonos por lo que queremos.
Baja tolerancia a la frustración es un concepto introducido por Albert Ellis, quien lo define como "la búsqueda del placer inmediato o la evitación del dolor a costa del estrés y derrotismo a largo plazo".
La baja tolerancia a la frustración puede tener sus inicios desde la niñez debido al mal manejo de los padres al brindar todo lo que el niño solicita sin esfuerzo alguno de su parte, por lo cual los niños pueden llegar a creerse merecedores de todo lo que deseen con sólo pedirlo. No sabe manejar tiempos ni horarios. Por lo cual crece con esa equivocada creencia que lo hace ser una persona irritable y sin capacidad para la solución de problemas. Al creer que la vida debe ser fácil y placentera abandona sus proyectos personales o ciertas situaciones por no saber cómo conducirse sin angustiarse. Suelen interpretar la realidad de forma disfuncional adoptando conductas infantiles. Así también creen que tienen que obtener todo lo que quieren y para ello exigen, ordenan e insisten para que se satisfagan sus deseos a toda costa. Suelen creer que es necesario que la vida sea siempre fácil y cómoda, que cualquier dificultad, demora, fracaso, etc., es demasiado estresante para soportarlo.
Acá te propongo algunas técnicas que te ayudaran si presentas las características que se han mencionado en el artículo:
Frase llave: consiste en una autoverbalización significativa para que la persona abandone los pensamientos que le llevarían a conductas inadaptadas y sustituirlos por otros que le lleven a afrontar la situación, buscar alternativas de solución etc. De esta manera la persona no focaliza la atención en el malestar si no en la solución del problema.
Enfriamiento emocional: se busca reducir el impacto emocional y darse el tiempo necesario para tomar decisiones.
Técnica del ramillete o de las 5 alternativas (solución de problemas): consiste en buscar 5 alternativas para conseguir la meta, y valorar sus ventajas e inconvenientes. Es necesario tener en cuenta que la solución ideal no existe, por lo que buscaremos la que tenga más ventajas, o la que nos suponga inconvenientes más soportables.
Lic. Jessica Jiménez
Psicóloga
2015