Lunes, 20 de enero de 2014
Teresa
Psicología
Psicología
Qué son los rumores? ¿Para qué sirven? ¿Cuál es su contenido y su función? ¿Son razones y Emociones que se conjuran y conspiran para producir daño? ¿Nos construye o nos destruye y transforma la realidad del ser humano?
El origen del rumor proviene del latín rumor, que significaba ruido confuso de voces. Los rumores se definen como proposiciones o creencias que se transmiten oralmente como ciertos, sin medios probatorios seguros para demostrarlos.
Gran parte de la conversación cotidiana consiste en la transmisión oral, de persona a persona de rumores. Los rumores son la forma de comunicación típica de las conductas colectivas, son noticias improvisadas resultantes de un proceso de deliberación colectivo a partir de un hecho importante y ambiguo.
El rumor sería un proceso de dispersión de la información que permite una resolución colectiva de un problema. Es una acción colectiva para dar un sentido a hechos confusos, aunque muchas veces los rumores son en sí mismos el hecho o crean un hecho, más que responder a uno pre-existente.
El contenido de los rumores se basa generalmente en la negatividad y la tradición cultural.
Los rumores, transmitiendo “verdades extra-oficiales”, son una manifestación de procesos grupales, como las relaciones conflictivas entre grupos, reacciones a las diferencias de estatus y de poder entre grupos. Los rumores constituyen una “caja de herramientas cultural” de los miembros de una sociedad para criticar o cuestionar a los dueños reales o supuestos del poder y la riqueza.
Los siguientes temas recurrentes de los rumores confirman su utilidad como arma crítica:
$1· El complot clandestino para tomar o retomar el poder
$1· Las penurias o racionamientos provocados artificialmente
$1· El miedo a los extranjeros y a las minorías mal integradas culturalmente
$1· Las enfermedades, los vicios privados y el enriquecimiento fraudulento de los poderosos.
Por otro lado, la mayoría de los rumores son de contenido negativo. La mayoría se asocia a la agresividad y a la ansiedad o miedo y una minoría marginal a contenidos optimistas. La explicación de este hecho es la asimetría del impacto a corto plazo de lo negativo en relación con lo positivo. Los estímulos negativos tienen un mayor peso en la percepción social en general, porque son más novedosos o menos frecuentes, tienen mayor valor informativo que estímulos positivos de igual intensidad por lo que tienen un mayor impacto cognitivo y afectivo.
Cuando los rumores retransmiten informaciones de generaciones anteriores son una manifestación de la memoria colectiva. Un ejemplo de esto son las leyendas, que son rumores cristalizados que han pasado a formar parte de los hábitos verbales de una cultura o de la memoria colectiva.
Los rumores circulan en función de tres factores; la incertidumbre general, la credibilidad del rumor y la ansiedad.
La incertidumbre general es sinónimo de una ambigüedad socialmente distribuida en torno a un tema, es decir los rumores emergerían de una atmósfera de incertidumbre, como una forma de resolver la tensión asociada a la ambigüedad cognitiva.
La credibilidad o certeza ante el rumor es la confianza en el rumor, en su veracidad. La retransmisión del rumor sería una manera de validar ciertas emociones y actitudes positivas o negativas. Aunque la mayoría de los autores coinciden en que los rumores contienen un núcleo de verdad y que el resto es falso, para poder validarlos, las personas deben pensar que el rumor tiene algo de verdad.
La ansiedad personal experimentada ante la cuestión del rumor es otro factor explicativo de este.
La ansiedad es un estado afectivo asociado a la aprensión ante un hecho posible negativo o amenazante. Los rumores se retransmiten no sólo por la falta de claridad cognitiva sino porque también expresan las tensiones emocionales de tipo ansiógeno. Se ha confirmado que las personas con alta ansiedad y baja autoestima retransmiten más rumores, y que el rumor se retransmite más cuando se cree menos importante.
La retransmisión del rumor está en función del impacto social recibido. A mayor número de sujetos que han influido sobre la persona, mayor tendencia de esta a retransmitir el rumor. También se ha demostrado que más se cree y se es persuadido por informaciones o rumores cuanto más se han escuchado en el pasado. Inicialmente se planteó que la circulación del rumor se haría siguiendo una ley de economía; el rumor se acorta y se hace más concentrado, planteando tres procesos:
1. Nivelación: se olvida o reprime la memoria de las cosas que no nos interesan.
2. Acentuación: se retienen o recuerdan ciertos elementos que se convierten en asuntos centrales
3. Asimilación, elaboración o reconstrucción: se agregan o reconstruyen atributos congruentes con el asunto central.
Estos procesos se basan en estudios de transmisión de cadenas seriales de rumores que demuestran que sólo un 25% de la información inicial se mantiene después de 3- 5 retransmisiones y que estas sufren una gran transformación y distorsión de la información inicial. Las tres características típicas de los rumores es que se atribuyen a fuentes creíbles “Yo lo se de buena mano”; se reconstruyen o agrega información de carga dramática; y se difunden más que los desmentidos. Mientras que el 80% de las personas de una comunidad que escuchan un rumor lo difunden, sólo el 25% de los que escuchan el desmentido lo difunden. Esto se explica por la asimetría del impacto de lo negativo sobre lo positivo.
Los rumores también cumplen sus funciones:
1. Descargar la emoción; mediante la expresión verbal, se descarga la ansiedad y el enojo
2. La justificación y explicación de la emoción; se expresa y valida socialmente una emoción
3. Esfuerzo en busca del significado o en busca de la explicación, la atribución de significado o interpretar el hecho problemático
4. Excitación estética; el rumor rompe la rutina y transmite de forma socialmente aceptable una información novedosa y que produce un efecto dramático.
5. Se siente placer al conocer a distancia el sufrimiento de alguien.
Estas funciones psicológicas también se pueden extrapolar socialmente. Al poner en circulación un rumor negativo sobre alguien a quien se odia, la persona expresa su emoción. Estas personas que tienden a difundir rumores suelen ser personas desconfiadas, irresponsables e incoherentes. Tienen baja autoestima y su vida no les gusta. Son personas manipuladoras que les gusta controlar a los demás. Denigran a los demás, les agreden verbalmente, les acusan y se valen del miedo y la mentira para hacer que otros les presten atención. El rumor se difunde de una forma inconsciente, indiscriminada y frívola y la consecuencia más inmediata es el daño moral y la pérdida en salud para la persona que lo practica.
Cuando no somos capaces de ver nuestros propios defectos, cuando no somos capaces de soportar esa carga crítica destructiva que llevamos dentro de nosotros, desplazamos la atención hacia los demás, sacando conclusiones de nosotros mismos y proyectándolas en otros. No sabemos tratamos con respeto y empleamos esa capacidad destructiva que solo posee el ser humano para hacer el mal. Los prejuicios, las etiquetas mentales, la envidia, el odio, los celos, los intereses desencadenan rumores que aniquila, transforman la realidad de las personas y con frecuencia despiertan resentimientos negativos, que pueden durar toda una vida.
María Teresa Vallejo Laso
Referencias Bibliográficas
Páez D. y Márquez, J., Conductas colectivas: rumores, catástrofes y movimientos de masas
Ovejero, A., El individuo en la Masa, psicología del comportamiento colectivo.
El origen del rumor proviene del latín rumor, que significaba ruido confuso de voces. Los rumores se definen como proposiciones o creencias que se transmiten oralmente como ciertos, sin medios probatorios seguros para demostrarlos.
Gran parte de la conversación cotidiana consiste en la transmisión oral, de persona a persona de rumores. Los rumores son la forma de comunicación típica de las conductas colectivas, son noticias improvisadas resultantes de un proceso de deliberación colectivo a partir de un hecho importante y ambiguo.
El rumor sería un proceso de dispersión de la información que permite una resolución colectiva de un problema. Es una acción colectiva para dar un sentido a hechos confusos, aunque muchas veces los rumores son en sí mismos el hecho o crean un hecho, más que responder a uno pre-existente.
El contenido de los rumores se basa generalmente en la negatividad y la tradición cultural.
Los rumores, transmitiendo “verdades extra-oficiales”, son una manifestación de procesos grupales, como las relaciones conflictivas entre grupos, reacciones a las diferencias de estatus y de poder entre grupos. Los rumores constituyen una “caja de herramientas cultural” de los miembros de una sociedad para criticar o cuestionar a los dueños reales o supuestos del poder y la riqueza.
Los siguientes temas recurrentes de los rumores confirman su utilidad como arma crítica:
$1· El complot clandestino para tomar o retomar el poder
$1· Las penurias o racionamientos provocados artificialmente
$1· El miedo a los extranjeros y a las minorías mal integradas culturalmente
$1· Las enfermedades, los vicios privados y el enriquecimiento fraudulento de los poderosos.
Por otro lado, la mayoría de los rumores son de contenido negativo. La mayoría se asocia a la agresividad y a la ansiedad o miedo y una minoría marginal a contenidos optimistas. La explicación de este hecho es la asimetría del impacto a corto plazo de lo negativo en relación con lo positivo. Los estímulos negativos tienen un mayor peso en la percepción social en general, porque son más novedosos o menos frecuentes, tienen mayor valor informativo que estímulos positivos de igual intensidad por lo que tienen un mayor impacto cognitivo y afectivo.
Cuando los rumores retransmiten informaciones de generaciones anteriores son una manifestación de la memoria colectiva. Un ejemplo de esto son las leyendas, que son rumores cristalizados que han pasado a formar parte de los hábitos verbales de una cultura o de la memoria colectiva.
Los rumores circulan en función de tres factores; la incertidumbre general, la credibilidad del rumor y la ansiedad.
La incertidumbre general es sinónimo de una ambigüedad socialmente distribuida en torno a un tema, es decir los rumores emergerían de una atmósfera de incertidumbre, como una forma de resolver la tensión asociada a la ambigüedad cognitiva.
La credibilidad o certeza ante el rumor es la confianza en el rumor, en su veracidad. La retransmisión del rumor sería una manera de validar ciertas emociones y actitudes positivas o negativas. Aunque la mayoría de los autores coinciden en que los rumores contienen un núcleo de verdad y que el resto es falso, para poder validarlos, las personas deben pensar que el rumor tiene algo de verdad.
La ansiedad personal experimentada ante la cuestión del rumor es otro factor explicativo de este.
La ansiedad es un estado afectivo asociado a la aprensión ante un hecho posible negativo o amenazante. Los rumores se retransmiten no sólo por la falta de claridad cognitiva sino porque también expresan las tensiones emocionales de tipo ansiógeno. Se ha confirmado que las personas con alta ansiedad y baja autoestima retransmiten más rumores, y que el rumor se retransmite más cuando se cree menos importante.
La retransmisión del rumor está en función del impacto social recibido. A mayor número de sujetos que han influido sobre la persona, mayor tendencia de esta a retransmitir el rumor. También se ha demostrado que más se cree y se es persuadido por informaciones o rumores cuanto más se han escuchado en el pasado. Inicialmente se planteó que la circulación del rumor se haría siguiendo una ley de economía; el rumor se acorta y se hace más concentrado, planteando tres procesos:
1. Nivelación: se olvida o reprime la memoria de las cosas que no nos interesan.
2. Acentuación: se retienen o recuerdan ciertos elementos que se convierten en asuntos centrales
3. Asimilación, elaboración o reconstrucción: se agregan o reconstruyen atributos congruentes con el asunto central.
Estos procesos se basan en estudios de transmisión de cadenas seriales de rumores que demuestran que sólo un 25% de la información inicial se mantiene después de 3- 5 retransmisiones y que estas sufren una gran transformación y distorsión de la información inicial. Las tres características típicas de los rumores es que se atribuyen a fuentes creíbles “Yo lo se de buena mano”; se reconstruyen o agrega información de carga dramática; y se difunden más que los desmentidos. Mientras que el 80% de las personas de una comunidad que escuchan un rumor lo difunden, sólo el 25% de los que escuchan el desmentido lo difunden. Esto se explica por la asimetría del impacto de lo negativo sobre lo positivo.
Los rumores también cumplen sus funciones:
1. Descargar la emoción; mediante la expresión verbal, se descarga la ansiedad y el enojo
2. La justificación y explicación de la emoción; se expresa y valida socialmente una emoción
3. Esfuerzo en busca del significado o en busca de la explicación, la atribución de significado o interpretar el hecho problemático
4. Excitación estética; el rumor rompe la rutina y transmite de forma socialmente aceptable una información novedosa y que produce un efecto dramático.
5. Se siente placer al conocer a distancia el sufrimiento de alguien.
Estas funciones psicológicas también se pueden extrapolar socialmente. Al poner en circulación un rumor negativo sobre alguien a quien se odia, la persona expresa su emoción. Estas personas que tienden a difundir rumores suelen ser personas desconfiadas, irresponsables e incoherentes. Tienen baja autoestima y su vida no les gusta. Son personas manipuladoras que les gusta controlar a los demás. Denigran a los demás, les agreden verbalmente, les acusan y se valen del miedo y la mentira para hacer que otros les presten atención. El rumor se difunde de una forma inconsciente, indiscriminada y frívola y la consecuencia más inmediata es el daño moral y la pérdida en salud para la persona que lo practica.
Cuando no somos capaces de ver nuestros propios defectos, cuando no somos capaces de soportar esa carga crítica destructiva que llevamos dentro de nosotros, desplazamos la atención hacia los demás, sacando conclusiones de nosotros mismos y proyectándolas en otros. No sabemos tratamos con respeto y empleamos esa capacidad destructiva que solo posee el ser humano para hacer el mal. Los prejuicios, las etiquetas mentales, la envidia, el odio, los celos, los intereses desencadenan rumores que aniquila, transforman la realidad de las personas y con frecuencia despiertan resentimientos negativos, que pueden durar toda una vida.
María Teresa Vallejo Laso
Referencias Bibliográficas
Páez D. y Márquez, J., Conductas colectivas: rumores, catástrofes y movimientos de masas
Ovejero, A., El individuo en la Masa, psicología del comportamiento colectivo.