Jueves, 22 de febrero de 2018
Geo Durán, especialista en familia.
- Toluca de Lerdo, (México)
Niños Adolescentes Familia
Lo difícil es tener equilibrio; como padres queremos el mejor bien para nuestros hijos, sin embargo por el miedo que tenemos a equivocarnos, a parecernos a nuestros padres, por no querer que nuestros hijos padezcan como nosotros, caemos en la saturación y el ahogo.
La sobreprotección probablemente es la consecuencia de la creencia de que queremos proporcionar a nuestros hijos la “ mejor vida” y en realidad en vez de favorecer que se conviertan en personas autónomas y responsables, los hacemos débiles y dependientes.
La sobreprotección tiene en su esencia algo positivo, pues surge del amor que tenemos a nuestros hijos, sin embargo es destructiva, es el peor enemigo, no sólo limita a los hijos de forma física y mental sino también de forma emocional.
El amor que tratamos de dar al sobreproteger esta contaminado de miedo, control, arrogancia, auto importancia y desconfianza.
Las razones por las cuales los padres se vuelven sobreprotectores y permisivos son muchas, pero las más comunes son:
El resultado de ser un padre sobreprotector es que sus hijos ( sobre todo en la adolescencia) sean inhibidos y adultos inmaduros, pasivos con poca creatividad e iniciativa, temen tomar decisiones y poca capacidad para enfrentarse a los cambios.
Hay padres que pretenden ser los mejores amigos de sus hijos, comportándose y vistiéndose como adolescentes perdiendo así su lugar como padres.
Los adolescentes no quieren a un padre que compita con ellos. Los adolescentes necesitan un adulto que los guíe, que tome su papel en serio.
En tu familia actual:
¿Trato a mi hijo de acuerdo a su edad?
¿Tiene las mismas habilidades que los demás niños?
¿Qué miedos tengo en relación a mi hijo?
¿Temo perder su amor y por eso impido poner límites?
¿Pienso con tristeza que el día que me deje perderé la razón de mi existir?
¿Me siento culpable, cuando permito que haga las cosas solo?
¿Se queja mi hijo de que lo controlo?
¿No confió en que pueda tomar las decisiones adecuadas y dudo de sus capacidades?
¿Interfiero en sus asuntos y lo defiendo para que no lo molesten y lastimen?
La realidad es que si nosotros no hubiéramos tenido las experiencias que tuvimos no seríamos los que ahora somos. Estamos haciendo lo mejor que podemos.
El padre ocupa un lugar único en la vida de un hijo. Podemos no ser perfectos, pero si debemos dar todo lo mejor de nosotros con esfuerzo y respeto.
Nuestros hijos no se educan por lo que les decimos sino por lo que nosotros hacemos y somos.
Dejar que nuestros hijos tomen sus decisiones, que se equivoquen, que padezcan un poco solo trae un bien para ellos, se harán fuertes y sabrán estar en la vida.
Es importante dar una distancia adecuada en nuestra relación con nuestros hijos, permitiendo así que noten nuestra presencia, sientan nuestro amor pero con la suficiente distancia para que no se saturen de nuestra presencia y puedan así crecer como seres interdependientes y autónomos.
En tu familia de origen:
¿Mis padres me sobreprotegieron o me abandonaron?
¿Me hubiera gustado sentirme más libre cuando vivía con mi familia de origen?
¿En qué situaciones hubiese deseado tener más libertad?
¿Confiaban en mí? ¿Me celaban o me controlaban?
¿Me hacían sentir culpable cuando los dejaba?
¿Finalmente cuando me fui del hogar cómo fue mi separación?
M.en Ed. Geo Durán, Life Coach
Correo electrónico: coach.geoduran@gmail.com
www.geoduran.com.mx
Cel: 722 2615517
Niños Adolescentes Familia
“ A veces lo mejor que usted puede hacer para ayudar a
alguien es darle un buen empujón”.
Joan Thomas.
Sobreproteger a los hijos
Lo difícil es tener equilibrio; como padres queremos el mejor bien para nuestros hijos, sin embargo por el miedo que tenemos a equivocarnos, a parecernos a nuestros padres, por no querer que nuestros hijos padezcan como nosotros, caemos en la saturación y el ahogo.
La sobreprotección probablemente es la consecuencia de la creencia de que queremos proporcionar a nuestros hijos la “ mejor vida” y en realidad en vez de favorecer que se conviertan en personas autónomas y responsables, los hacemos débiles y dependientes.
La sobreprotección tiene en su esencia algo positivo, pues surge del amor que tenemos a nuestros hijos, sin embargo es destructiva, es el peor enemigo, no sólo limita a los hijos de forma física y mental sino también de forma emocional.
El amor que tratamos de dar al sobreproteger esta contaminado de miedo, control, arrogancia, auto importancia y desconfianza.
Las razones por las cuales los padres se vuelven sobreprotectores y permisivos son muchas, pero las más comunes son:
- El padre que sufrió carencias económicas en su infancia ahora da en exceso a sus hijos, y si les niega algo se siente culpable.
- El que tuvo padres autoritarios ahora educa al hijo en total libertinaje sin poner ningún tipo de límite.
- Los padres que crecieron abandonados ahora no se separan de los hijos.
El resultado de ser un padre sobreprotector es que sus hijos ( sobre todo en la adolescencia) sean inhibidos y adultos inmaduros, pasivos con poca creatividad e iniciativa, temen tomar decisiones y poca capacidad para enfrentarse a los cambios.
Hay padres que pretenden ser los mejores amigos de sus hijos, comportándose y vistiéndose como adolescentes perdiendo así su lugar como padres.
Los adolescentes no quieren a un padre que compita con ellos. Los adolescentes necesitan un adulto que los guíe, que tome su papel en serio.
Características y actitudes de padres sobreprotectores y permisivos
Causas de sobreprotección | Creencias equivocadas de los padres | Sentimientos y creencias de los padres sobreprotectores y permisivos |
Confundo la sobreprotección con amor | Mi hijo sólo puede hacer las cosas bien si yo le ayudo | Se sienten inseguros como padres |
La sobreprotección me da una razón de ser. | El mundo es un lugar peligroso y sólo está seguro conmigo | Temen equivocarse y lastimar a sus hijos |
Me hace sentir importante | Yo soy culpable si las cosas salen mal | Se sienten impotentes ante la rabia y descontento del hijo |
La sobreprotección me permite controlar | Sólo yo sé hacer las cosas bien | Minimizan los problemas |
Sobreprotejo por miedo | Mi familia y mis hijos tienen que ser perfectos | Evitan a toda costa el conflicto |
Sobreprotejo por desconfianza | Siempre les seré indispensable a mis hijos | Delegan su responsabilidad |
Mi papá y mamá me abandonaron | Mis hijos no son dignos de confianza | Quieren ser “ buena onda” |
Sufrí económicamente | Mis hijos son mi razón de existir | Ceden ante el miedo a perder el cariño de sus hijos. mi da la ir mi raza que el do impido poner lan? l hijo si podemos dar todo lo mejor de nosotros con esfuerzo, respeto y lo me |
Mi felicidad fue construida o destruida por mis padres | De mí depende que estén contentos | Se sienten culpables si les ponen límites o no los complacen. |
Yo sufrí tanto que no quiero que pasen lo mismo | Es mi responsabilidad evitarles cualquier sufrimiento | Complacen para “ lle- var la fiesta en paz” |
Tengo que igualar a mis padres | Debo ser la madre/ padre perfecto | Lo que ellos hagan o dejen de hacer será lo que los demás vean de mi |
Sin sacrificio no seré una buena persona | Debo sacrificarme para ser una buena madre/ padre | Piensan que si disfrutan ser padres no serán valorados. |
En tu familia actual:
¿Trato a mi hijo de acuerdo a su edad?
¿Tiene las mismas habilidades que los demás niños?
¿Qué miedos tengo en relación a mi hijo?
¿Temo perder su amor y por eso impido poner límites?
¿Pienso con tristeza que el día que me deje perderé la razón de mi existir?
¿Me siento culpable, cuando permito que haga las cosas solo?
¿Se queja mi hijo de que lo controlo?
¿No confió en que pueda tomar las decisiones adecuadas y dudo de sus capacidades?
¿Interfiero en sus asuntos y lo defiendo para que no lo molesten y lastimen?
Resultados de la sobreprotección
Actitudes del niño sobreprotegido | Actitudes de los padres sobreprotectores |
Le cuesta trabajo adaptarse a nuevas situaciones y depende del adulto | Le hago la tarea y sus proyectos del colegio |
Está acostumbrado a que le hagan las cosas y le sirvan | Si lo molestan otros niños, intervengo para defenderlo |
Nunca se ofrece a ayudar, no es servicial | Cuando me pide las cosas lloriqueando, respondo automáticamente y soluciono su problema |
No hace la tarea sin ayuda | Les cargo sus cosas cuando sale del colegio: mochila, libros, suéter, etc. |
Los niños de parientes y amistades de la misma edad son más independientes que él | Le doy de comer en la boca, lo visto, baño y peino. |
Sólo hace las cosas si se le recuerda o si se le ayuda | No le permito que participe en excursiones o acontecimientos a los que asisten sus demás compañeros, por miedo a que le pase algo |
Se pone de mal humor y se queja cuando tiene que esforzarse | Reviso todo lo que hace. Siempre encuentro algo que corregir |
Es miedoso e inseguro | Para protegerlo le advierto de los peligros “ Si no te fijas, te van a tropellar y ¡te vas a morir!” |
Se queja constantemente de que lo molestan los demás niños | Contesto por él |
Pide las cosas lloriqueando | Escucho conversaciones y registro sus cosas |
Es torpe e inútil | Le “adivino el pensamiento”. Estoy al pendiente de todas sus necesidades y deseos |
No tiene iniciativa | Me siento agobiada y exhausta al final del día |
Tiene dificultad para relacionarse y se queja de que lo excluyen | Estoy ansiosa y preocupada cuando estoy lejos de él |
Se acobarda con facilidad | Mi mayor y único interés son mis hijos. Vivo por ellos. |
Es flojo y caprichoso | Selecciono sus amistades |
Es egoísta e insensible ante las necesidades de los demás | Le llamo por apodos o diminutivos aun cuando se queja |
Es demandante y exigente | Ignoro, tapo o justifico sus errores “ es que está cansado” |
No tiene imagen de autoridad, pensando que puede hacer lo que quiera sin respetar a los demás | Nunca permito que otros adultos lo corrijan |
Se excusa y no se hace responsable e sus acciones | Lo defiendo frente a sus maestros |
Tiende a tener poca o nula Iniciativa | Me encanta que dependa de mí |
Carecen de decisión propia y les cuesta solucionar sus problemas | Yo les arreglo sus cosas aun cuando son adolescentes |
La realidad es que si nosotros no hubiéramos tenido las experiencias que tuvimos no seríamos los que ahora somos. Estamos haciendo lo mejor que podemos.
El padre ocupa un lugar único en la vida de un hijo. Podemos no ser perfectos, pero si debemos dar todo lo mejor de nosotros con esfuerzo y respeto.
Nuestros hijos no se educan por lo que les decimos sino por lo que nosotros hacemos y somos.
Dejar que nuestros hijos tomen sus decisiones, que se equivoquen, que padezcan un poco solo trae un bien para ellos, se harán fuertes y sabrán estar en la vida.
Es importante dar una distancia adecuada en nuestra relación con nuestros hijos, permitiendo así que noten nuestra presencia, sientan nuestro amor pero con la suficiente distancia para que no se saturen de nuestra presencia y puedan así crecer como seres interdependientes y autónomos.
Preguntas para reflexionar:
En tu familia de origen:
¿Mis padres me sobreprotegieron o me abandonaron?
¿Me hubiera gustado sentirme más libre cuando vivía con mi familia de origen?
¿En qué situaciones hubiese deseado tener más libertad?
¿Confiaban en mí? ¿Me celaban o me controlaban?
¿Me hacían sentir culpable cuando los dejaba?
¿Finalmente cuando me fui del hogar cómo fue mi separación?
M.en Ed. Geo Durán, Life Coach
Correo electrónico: coach.geoduran@gmail.com
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