Lunes, 24 de marzo de 2014
Eobana García Riquelme
- Callosa de Segura, (España)
Psicología Social
Psicología Social
Por: Eobana García
Existen diferentes tipos de adicciones, entre ellas la adicción a sustancias químicas por ejemplo las drogas, alcoholismo y tabaquismo; y otras más modernas y contemporáneas como son las TIC esto es… adicción a las tecnologías de la información y la comunicación, por ejemplo, los teléfonos cada día más sofisticados y cómo no!, Internet. Es conocido por todos que las adicciones no respetan edad, sexo, ni clase social….¿entonces?
Por lo general son los jóvenes quienes históricamente han sido más vulnerables a las modas de cualquier tipo, bien porque las hormonas los revolucionan o bien porque están en esa etapa de la vida en la que se piensa que todo es posible y entre ellos está el ir en contra de cualquier norma impuesta….no sé, realmente es complicado entrar en la mente de un joven. Pero….en el caso de los teléfonos móviles, por ejemplo, no son los jóvenes, ni los niños, ni los adultos, exclusivamente. Es toda una sociedad la que se ha puesto en marcha, a todas horas, en cualquier lugar, llevar el teléfono en la mano mientras se camina por la calle, estar chateando mientras estas sentado a la mesa, o contestar mensajes y mensajes mientras se comparte ese ratito de la peli nocturna al final del día…
Esta acción se vuelve adictiva cuando la persona no sólo utiliza el teléfono para emergencias, sino además cuando se siente aislada del mundo simplemente por olvidar el teléfono en casa, o bien cuando el móvil se convierte en parte esencial de la vida de un individuo, por ejemplo, existe la posibilidad de que una persona no se sienta deprimida, triste o en soledad si tiene un móvil con ella.
Sin embargo, el joven o el adulto adicto al móvil ¿suele aislarse de la sociedad?, ¿fracasar en la escuela o tener problemas de conducta en casa el trabajo o en cualquier lugar?
Hay ocasiones en las que si podemos decir que se crea una adicción….
Pero lo más significativo de todo este proceso es que…. Esa adicción nos la han creado, nos han creado una necesidad que ha dado paso a una adicción, y esta a su vez genera beneficios a otros….Os suena de algo ¿verdad?
Como sabemos, el tener un teléfono “multicapaz” genera seguridad pero al mismo tiempo puede someter al usuario que lo utiliza, anulando en ocasiones su decisión y en otras sus propias relaciones sociales.
Según los expertos, la adicción al móvil la sufren 1 de cada 1.000 personas que utilizan el móvil, y dicen que está afectando principalmente a jóvenes y adolescentes.
A diferencia de otras adicciones, como el alcoholismo o la adicción al juego (ludopatía), etc. la edad en la que comienza es muy baja, desde los once o doce años, pues es muy fácil el tener un móvil, ya existen incluso móviles especialmente para los niños con dibujitos para ellos.
Por lo tanto, no se trata de un problema de tomar una sustancia, como puede ser la droga, sino que el problema es la CONDUCTA.
Una conducta irreprimible, incontrolable y exagerada que hace que dejemos otras actividades, como pueden ser la lectura, la conversación de tú a tú con nuestra familia, nuestros amigos, vecinos, etc...
Las adicciones provocan distorsión en la realidad de quienes las practican y por otro lado, la gente que los rodea puede llegar a ser igualmente vulnerable o susceptible de caer en cualquiera de estas adicciones, ya sea por el constante acercamiento a las ya nombradas adicciones, o por imitación.
Frente a las personas que utilizan de una forma adecuada el móvil, en las personas con adicción podemos ver cómo están de forma continua “vigilando” el aparatito, esperando siempre cualquier señal; cada muy poco tiempo, de forma compulsiva e incontrolada, consultando el móvil, aunque esté haciendo otra cosa.
Otros estudios recientes han demostrado que personas “adictas” que dejan de usar sus móviles, tienen como consecuencia lo que se puede llamar el “Síndrome de abstinencia psicológica y física”. Este síndrome presenta síntomas como una gran angustia, ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, etc. Y todo ello desaparece cuando, de nuevo, tienen oportunidad de usar su móvil.
Algunos afirman “dedicar todo su tiempo libre” a manejar el móvil. Es muy usual encontrar a adolescentes y niños “tecleando” durante minutos y minutos,…o jugando a algún videojuego,…o comunicándose con desconocidos,…o tomando fotos y vídeos para luego colgarlos en Internet,… Usando el móvil a todas horas: en casa, en el aula, entre clase y clase, con los amigos,… no se pueden separar del móvil. Consideran que sin el móvil no podrían tener amigos. Lo relacionan con “ser más importantes”. Toman fotos constantemente. Se intercambian vídeos a todas horas. Mandan mensajes y oyen música durante todo su tiempo libre.
Y, ¿Qué es todo esto? Efectivamente, un uso compulsivo y repetitivo del móvil, que en muchos momentos no tiene ni sentido. ¿Acaso te voy a llamar para decirte que nos vemos en 5 minutos…? pero….si ya habíamos quedado en eso!!
Quizá deberíamos plantearnos que cada vez que decimos a alguien que nos habla “espera un momento…!” mientras tecleamos frenéticamente, estamos posponiendo o desperdiciando una oportunidad de interactuar con alguien próximo, a cambio de mandar “algo” por escrito que tal vez pueda esperar, o que quizá sea leído más tarde….
Quizá, deberíamos replantearnos que las personas somos seres sociales, no virtuales ni cibernéticos y que el cariño y la ternura que puede transmitir una mirada a lo largo de una conversación no puede ser sustituida por muchos párrafos escritos aunque sea con todo el afecto del mundo.
Y quizá y solo quizá, deberíamos pensar que no disfrutar de quien está a tu lado por estar en el teléfono de otra persona no hace sino que pasemos por encima y de puntillas por nuestro presente….intentando, no estar en nuestro futuro, sino en el teléfono de otro.
Existen diferentes tipos de adicciones, entre ellas la adicción a sustancias químicas por ejemplo las drogas, alcoholismo y tabaquismo; y otras más modernas y contemporáneas como son las TIC esto es… adicción a las tecnologías de la información y la comunicación, por ejemplo, los teléfonos cada día más sofisticados y cómo no!, Internet. Es conocido por todos que las adicciones no respetan edad, sexo, ni clase social….¿entonces?
¿Qué está ocurriendo en la actualidad con el uso de los teléfonos móviles? ¿El uso excesivo de los llamados teléfonos inteligentes entre los jóvenes y los ya no tan jóvenes es realmente preocupante?
Por lo general son los jóvenes quienes históricamente han sido más vulnerables a las modas de cualquier tipo, bien porque las hormonas los revolucionan o bien porque están en esa etapa de la vida en la que se piensa que todo es posible y entre ellos está el ir en contra de cualquier norma impuesta….no sé, realmente es complicado entrar en la mente de un joven. Pero….en el caso de los teléfonos móviles, por ejemplo, no son los jóvenes, ni los niños, ni los adultos, exclusivamente. Es toda una sociedad la que se ha puesto en marcha, a todas horas, en cualquier lugar, llevar el teléfono en la mano mientras se camina por la calle, estar chateando mientras estas sentado a la mesa, o contestar mensajes y mensajes mientras se comparte ese ratito de la peli nocturna al final del día…
Esta acción se vuelve adictiva cuando la persona no sólo utiliza el teléfono para emergencias, sino además cuando se siente aislada del mundo simplemente por olvidar el teléfono en casa, o bien cuando el móvil se convierte en parte esencial de la vida de un individuo, por ejemplo, existe la posibilidad de que una persona no se sienta deprimida, triste o en soledad si tiene un móvil con ella.
Sin embargo, el joven o el adulto adicto al móvil ¿suele aislarse de la sociedad?, ¿fracasar en la escuela o tener problemas de conducta en casa el trabajo o en cualquier lugar?
Hay ocasiones en las que si podemos decir que se crea una adicción….
Pero lo más significativo de todo este proceso es que…. Esa adicción nos la han creado, nos han creado una necesidad que ha dado paso a una adicción, y esta a su vez genera beneficios a otros….Os suena de algo ¿verdad?
Como sabemos, el tener un teléfono “multicapaz” genera seguridad pero al mismo tiempo puede someter al usuario que lo utiliza, anulando en ocasiones su decisión y en otras sus propias relaciones sociales.
Según los expertos, la adicción al móvil la sufren 1 de cada 1.000 personas que utilizan el móvil, y dicen que está afectando principalmente a jóvenes y adolescentes.
A diferencia de otras adicciones, como el alcoholismo o la adicción al juego (ludopatía), etc. la edad en la que comienza es muy baja, desde los once o doce años, pues es muy fácil el tener un móvil, ya existen incluso móviles especialmente para los niños con dibujitos para ellos.
Por lo tanto, no se trata de un problema de tomar una sustancia, como puede ser la droga, sino que el problema es la CONDUCTA.
Una conducta irreprimible, incontrolable y exagerada que hace que dejemos otras actividades, como pueden ser la lectura, la conversación de tú a tú con nuestra familia, nuestros amigos, vecinos, etc...
Las adicciones provocan distorsión en la realidad de quienes las practican y por otro lado, la gente que los rodea puede llegar a ser igualmente vulnerable o susceptible de caer en cualquiera de estas adicciones, ya sea por el constante acercamiento a las ya nombradas adicciones, o por imitación.
¿Cómo saber cuando se es un adicto?
Frente a las personas que utilizan de una forma adecuada el móvil, en las personas con adicción podemos ver cómo están de forma continua “vigilando” el aparatito, esperando siempre cualquier señal; cada muy poco tiempo, de forma compulsiva e incontrolada, consultando el móvil, aunque esté haciendo otra cosa.
Otros estudios recientes han demostrado que personas “adictas” que dejan de usar sus móviles, tienen como consecuencia lo que se puede llamar el “Síndrome de abstinencia psicológica y física”. Este síndrome presenta síntomas como una gran angustia, ansiedad, nerviosismo, irritabilidad, etc. Y todo ello desaparece cuando, de nuevo, tienen oportunidad de usar su móvil.
Algunos afirman “dedicar todo su tiempo libre” a manejar el móvil. Es muy usual encontrar a adolescentes y niños “tecleando” durante minutos y minutos,…o jugando a algún videojuego,…o comunicándose con desconocidos,…o tomando fotos y vídeos para luego colgarlos en Internet,… Usando el móvil a todas horas: en casa, en el aula, entre clase y clase, con los amigos,… no se pueden separar del móvil. Consideran que sin el móvil no podrían tener amigos. Lo relacionan con “ser más importantes”. Toman fotos constantemente. Se intercambian vídeos a todas horas. Mandan mensajes y oyen música durante todo su tiempo libre.
Y, ¿Qué es todo esto? Efectivamente, un uso compulsivo y repetitivo del móvil, que en muchos momentos no tiene ni sentido. ¿Acaso te voy a llamar para decirte que nos vemos en 5 minutos…? pero….si ya habíamos quedado en eso!!
Quizá deberíamos plantearnos que cada vez que decimos a alguien que nos habla “espera un momento…!” mientras tecleamos frenéticamente, estamos posponiendo o desperdiciando una oportunidad de interactuar con alguien próximo, a cambio de mandar “algo” por escrito que tal vez pueda esperar, o que quizá sea leído más tarde….
Quizá, deberíamos replantearnos que las personas somos seres sociales, no virtuales ni cibernéticos y que el cariño y la ternura que puede transmitir una mirada a lo largo de una conversación no puede ser sustituida por muchos párrafos escritos aunque sea con todo el afecto del mundo.
Y quizá y solo quizá, deberíamos pensar que no disfrutar de quien está a tu lado por estar en el teléfono de otra persona no hace sino que pasemos por encima y de puntillas por nuestro presente….intentando, no estar en nuestro futuro, sino en el teléfono de otro.