Viernes, 17 de agosto de 2018
barnapsico@gmail.com
Psicología Niños Adolescentes Social Familia
En la actualidad hay una gran preocupación por las alarmantes noticias que hemos podido ver en los medios de comunicación o en las redes sociales sobre casos de bullying.
Pero el bullying no es un fenómeno surgido en los últimos años, un ejemplo es que el término fue acuñado por Olweus en los años ochenta, por lo que en algunos países de Europa ya era un motivo de preocupación.
No hace tanto tiempo, a los conflictos entre adolescentes se les restaba importancia considerando que estas situaciones eran “cosas de niños” o que eran situaciones que debían resolver entre ellos sin implicación de los adultos. A día de hoy la sociedad se encuentra más concienciada y está dispuesta a actuar en consecuencia. Pero, a los padres les surgen muchas dudas ¿Cuando una agresión es considerada bullying? ¿Cómo se produce? ¿Cómo se detecta? ¿Qué podemos hacer ante dichas situaciones? ¿Y si nuestro hijo es una víctima, es testigo o es un agresor? A continuación podemos aclarar algunas de estas dudas:
Aunque tenemos tendencia a llamar bullying a cualquier conflicto entre menores, a nivel más teórico, el bullying se produce cuando un menor es sometido o victimizado bajo acciones negativas y de forma repetitiva por parte de uno o más menores. Además estas agresiones son frecuentes a lo largo del tiempo y son intencionadas, lo que nos ayudaría a diferenciar las situaciones de bullying de otros actos ocasionales no graves (conflictos puntuales entre alumnos).
Este tipo de acoso siempre es entre menores, y se produce una relación de desequilibrio real o superficial de poder entre el maltratador y la víctima, lo que hace que la víctima no se vea capaz de encontrar una salida, por lo que normalmente necesita ayuda para poder resolver la situación.
Pero es importante tener en cuenta la necesidad de actuar si se produce una situación grave puntual entre menores aunque no sea una situación de bullying, siempre adaptándola a la situación y a la relación entre los alumnos. Debemos dejarles claro que no se aceptarán ese tipo de actos y que comportan consecuencias.
Las agresiones pueden llevarlas a cabo una sola persona, pero normalmente es un fenómeno grupal. En ocasiones solo pensamos en bullying cuando se produce una agresión directa tanto física como verbal (insultos, intimidaciones), pero puede implicar también agresiones indirectas, las cuales son más sutiles, como el robo, crear rumores, excluir o aislar a la víctima. Aunque es importante remarcar que en todas las situaciones se produce un maltrato psicológico.
Siempre se ha pensado que el motivo primordial es porque tiene alguna característica que lo diferencia de alguna manera o lo hace más “débil” que al resto. Por ejemplo, el físico, el aspecto, la capacidad intelectual, ser introvertido, ser menos sociable, etc.
Muchos estudios han llegado a la conclusión de que no es necesariamente el factor más relevante, el factor decisivo que hace que se perpetúe el bullying es el tener o no el apoyo de los compañeros. Por lo tanto, si el menor posee alguna característica comentada y tiene apoyo de los compañeros, los agresores no tendrán el refuerzo que necesitan para llevarlo a cabo. Este punto nos hace ver que el factor de grupo es lo más importante para que se produzca.
Dentro de un grupo de clase o de un grupo de amistad, todos tienen un papel. Solemos pensar que los menores que no participan no son parte responsable de lo que ocurre, pero el hecho de no intervenir en defensa del compañero/a (demostrar al agresor que está en desacuerdo, avisando al profesor/a o los padres sobre lo que está ocurriendo) estará apoyando de forma silenciosa al agresor o agresores, por lo que éstos proseguirán con el maltrato al no encontrar oposición alguna. Es importante que les enseñemos a identificar estas situaciones y que se encuentren con la libertad de contarlo.
Dependiendo del “papel” que cada alumno adquiera ante el bullying se conforma una dinámica de un grupo, lo que puede hacer fracasar o perpetuar la situación de acoso. Los diferentes papeles que se ejercen es lo que se llama el Círculo del acoso escolar.
Muchas veces es difícil detectarlo y puede pasar desapercibido, ya que en muchas ocasiones las víctimas no cuentan lo que le pasa por miedo, vergüenza y/o incluso porque llegan a creer que se lo merecen.
Por lo tanto se tiene que estar atento a los cambios que se puedan producir en el menor, como los siguientes:
El hecho de que se vea alguna o algunas de estas señales no quiere decir que el niño/a esté necesariamente sufriendo bullying, pero no está de más averiguar que le puede pasar hablando con él o ella.
En definitiva queda claro que es importante educar a los menores en la convivencia y en el respeto, mejorar la comunicación para aumentar su confianza y hacerles conocer la importancia de su participación para el inicio y el mantenimiento del bullying.
Marta Gómez
Psicóloga
www.barnapsico.com
Psicología Niños Adolescentes Social Familia
En la actualidad hay una gran preocupación por las alarmantes noticias que hemos podido ver en los medios de comunicación o en las redes sociales sobre casos de bullying.
Pero el bullying no es un fenómeno surgido en los últimos años, un ejemplo es que el término fue acuñado por Olweus en los años ochenta, por lo que en algunos países de Europa ya era un motivo de preocupación.
No hace tanto tiempo, a los conflictos entre adolescentes se les restaba importancia considerando que estas situaciones eran “cosas de niños” o que eran situaciones que debían resolver entre ellos sin implicación de los adultos. A día de hoy la sociedad se encuentra más concienciada y está dispuesta a actuar en consecuencia. Pero, a los padres les surgen muchas dudas ¿Cuando una agresión es considerada bullying? ¿Cómo se produce? ¿Cómo se detecta? ¿Qué podemos hacer ante dichas situaciones? ¿Y si nuestro hijo es una víctima, es testigo o es un agresor? A continuación podemos aclarar algunas de estas dudas:
¿Qué es el Bullying?
Aunque tenemos tendencia a llamar bullying a cualquier conflicto entre menores, a nivel más teórico, el bullying se produce cuando un menor es sometido o victimizado bajo acciones negativas y de forma repetitiva por parte de uno o más menores. Además estas agresiones son frecuentes a lo largo del tiempo y son intencionadas, lo que nos ayudaría a diferenciar las situaciones de bullying de otros actos ocasionales no graves (conflictos puntuales entre alumnos).
Este tipo de acoso siempre es entre menores, y se produce una relación de desequilibrio real o superficial de poder entre el maltratador y la víctima, lo que hace que la víctima no se vea capaz de encontrar una salida, por lo que normalmente necesita ayuda para poder resolver la situación.
Pero es importante tener en cuenta la necesidad de actuar si se produce una situación grave puntual entre menores aunque no sea una situación de bullying, siempre adaptándola a la situación y a la relación entre los alumnos. Debemos dejarles claro que no se aceptarán ese tipo de actos y que comportan consecuencias.
¿Cómo se produce el Bullying?
Las agresiones pueden llevarlas a cabo una sola persona, pero normalmente es un fenómeno grupal. En ocasiones solo pensamos en bullying cuando se produce una agresión directa tanto física como verbal (insultos, intimidaciones), pero puede implicar también agresiones indirectas, las cuales son más sutiles, como el robo, crear rumores, excluir o aislar a la víctima. Aunque es importante remarcar que en todas las situaciones se produce un maltrato psicológico.
¿Cuál es el motivo que a un niño/a le hagan bullying?
Siempre se ha pensado que el motivo primordial es porque tiene alguna característica que lo diferencia de alguna manera o lo hace más “débil” que al resto. Por ejemplo, el físico, el aspecto, la capacidad intelectual, ser introvertido, ser menos sociable, etc.
Muchos estudios han llegado a la conclusión de que no es necesariamente el factor más relevante, el factor decisivo que hace que se perpetúe el bullying es el tener o no el apoyo de los compañeros. Por lo tanto, si el menor posee alguna característica comentada y tiene apoyo de los compañeros, los agresores no tendrán el refuerzo que necesitan para llevarlo a cabo. Este punto nos hace ver que el factor de grupo es lo más importante para que se produzca.
¿Qué papel juega nuestro hijo si solo es testigo de lo que ocurre?
Dentro de un grupo de clase o de un grupo de amistad, todos tienen un papel. Solemos pensar que los menores que no participan no son parte responsable de lo que ocurre, pero el hecho de no intervenir en defensa del compañero/a (demostrar al agresor que está en desacuerdo, avisando al profesor/a o los padres sobre lo que está ocurriendo) estará apoyando de forma silenciosa al agresor o agresores, por lo que éstos proseguirán con el maltrato al no encontrar oposición alguna. Es importante que les enseñemos a identificar estas situaciones y que se encuentren con la libertad de contarlo.
Dependiendo del “papel” que cada alumno adquiera ante el bullying se conforma una dinámica de un grupo, lo que puede hacer fracasar o perpetuar la situación de acoso. Los diferentes papeles que se ejercen es lo que se llama el Círculo del acoso escolar.
- Acosador: Empieza el acoso y participa activamente.
- Seguidor: Participan activamente pero no empiezan el acoso.
- Partidarios: No participan, pero muestran abiertamente su apoyo.
- Partidarios/posible acosador: Disfruta con el acoso, pero no muestra apoyo abiertamente.
- Espectadores/Observador despreocupado: Observan pero no se posicionan. El pensamiento es: “no es mi problema”.
- Posibles defensores: Les desagrada y piensan que se tendría que ayudar a la víctima, pero no lo hacen.
- Defensores: No les gusta el acoso y ayudan a la víctima o lo intentan.
¿Cómo detectarlo?
Muchas veces es difícil detectarlo y puede pasar desapercibido, ya que en muchas ocasiones las víctimas no cuentan lo que le pasa por miedo, vergüenza y/o incluso porque llegan a creer que se lo merecen.
Por lo tanto se tiene que estar atento a los cambios que se puedan producir en el menor, como los siguientes:
- Puede sufrir cambios en el estado de ánimo: está más triste, angustiado y deprimido.
- Se muestra extraño y huidizo, está distraído, ausente, olvida cosas, más asustadizo, etc.
- Parece más nervioso, puede estar más irritable y puede que muestre problemas para dormir.
- Puede traer marcas físicas, prendas de ropa dañadas o traer objetos rotos.
- Intenta no ir a clase (hace ver que está enfermo o falta a clase).
- Normalmente está solo o sola y no se relaciona con amigos y amigas en su tiempo libre.
- Empeoramiento de los resultados académicos.
- Victimizan a otros menores más pequeños o más débiles.
El hecho de que se vea alguna o algunas de estas señales no quiere decir que el niño/a esté necesariamente sufriendo bullying, pero no está de más averiguar que le puede pasar hablando con él o ella.
Creo que mi hijo/a se encuentra en una situación de acoso escolar ¿qué puedo hacer?
- Es posible que lo niegue, pero no se le puede forzar a hablar. Le debemos mostrar nuestra preocupación y mostrar que se le quiere ayudar sea cual sea el problema.
- Preguntarle si ha ocurrido otras veces, quienes han participado, dónde ha ocurrido, quién lo ha visto, quién lo sabe y que hizo él. Según lo que nos explique se podrá evaluar la gravedad de la situación.
- No culpabilizar, hacer reproches o quitarle importancia a lo que ocurre.
- Se le tiene que intentar tranquilizar, escuchar y apoyar.
- Hacerle ver que ser diferente no es malo.
- Si ocurre en el centro educativo se tiene que avisar a la escuela para que intervenga, no se debe intentar enfrentarse al agresor o a sus padres porque es el centro el que tiene que intervenir en estas situaciones.
- También pueden denunciarse los hechos si estos son graves, los llevan a cabo menores de otros centros educativos o participan adultos.
En definitiva queda claro que es importante educar a los menores en la convivencia y en el respeto, mejorar la comunicación para aumentar su confianza y hacerles conocer la importancia de su participación para el inicio y el mantenimiento del bullying.
Marta Gómez
Psicóloga
www.barnapsico.com