Viernes, 05 de time.september de 2014
Psic. Carlos Reyes Monter.
- Puebla, (México)
Psicología
Psicología
En los últimos 50 años ha habido una revolución social, por medio de la cual las mujeres han ido ocupando un lugar más equitativo en la sociedad: cada vez son más las mujeres que terminan estudios universitarios y también las que acceden al mercado laboral, cada vez con posiciones de mayor poder y responsabilidad en las organizaciones. También es innegable que en la actualidad un solo sueldo en casa suele ser insuficiente, razones que nos dan como resultado un mayor número de madres que trabajan, muchas de ellas son “jefes” de familia y/o de familias Mono parentales (de un solo padre).
Si bien es cierto que los varones también estamos cambiando, y ahora es mucho más común que los esposos colaboren en las faenas domesticas, muchas mujeres todavía llevan la mayor parte de esta carga, y además de trabajar, suelen también llevar la responsabilidad del cuidado de los hijos.
Una de las consecuencias indeseables de tomar toda la responsabilidad por los hijos es la culpa por no estar siempre con ellos.
Muchas mujeres tienen que enfrentarse a la culpa por trabajar, sin embargo la sola idea de dejar de trabajar suele acarrear a nuestra mente consecuencias aún peores que la culpa, por ejemplo, la primera en la que se piensa es en las carencias económicas que afectarían la calidad de vida de los propios hijos. Sin embargo no es esta la única razón. El trabajo es una fuente de satisfacción y de seguridad. Una madre que gana autoconfianza en su trabajo, en su profesión, en su realización personal, suele ser una persona que también ganará en su capacidad de ser una buena mamá. Incluso cuando llega el momento de enfrentar alguna crisis en la vida personal (una separación, por ejemplo), el trabajo, con la satisfacción y el apoyo económico que da, puede ayudarte a recuperar el equilibrio, y por ende beneficiar a tus hijos también.
De hecho un aspecto poco difundido, es que las generaciones de niños que ahora son adultos, suelen sentirse orgullosos de sus madres y a hasta llegar a “presumir” de los talentos profesionales y/o laborales de sus mamás. Para los niños de hoy es común que su mama trabaje. La visón de maternidad es distinta a la que manejaban nuestro padres cuando éramos pequeños.
Sin embargo, es cierto que el “gusanito” de la culpa anda suelto en muchas madres que trabajan, y también empieza a ocurrir, aunque en menor medida en los padres también. Y esta culpa puede ir más allá de una emoción y pensamientos negativos, frecuentemente se transforma en conductas “compensatorias”, por ejemplo dejar de poner límites en casa; lo cual como mencionamos en el #1 de Psi es perjudicial para la integración y autoestima de los hijos.
Lo ideal es que como mama equilibres el trabajo profesional y el de casa, para tener espacio para ambos sin que te estreses y te permita alcanzar tus metas personales y profesionales.
Sabemos que lo que importa es La calidad del tiempo y no la cantidad de este. Pero ¿Cómo específicamente podemos dar pasos en este sentido?
Algunas ideas y técnicas provenientes del trabajo con mis consultantes, ya que ellas son las mayores expertas en la materia, son:
-Una Excelente manera de afrontar la culpa por la ausencia es convivir con tu hijo el mayor tiempo que te sea posible, sin descuidar t u profesión y tu persona. Si tu economía te lo permite, contrata a alguien para que realice aquellas tareas que te quitan tiempo como las domesticas, y si no fuera posible trata que esas tareas, las hagas a manera de juego con tu hijo como tender la cama entre los dos, encestar la ropa sucia, etc. Se consciente de que tus valores, tu amor y esa convivencia con tu hijo, son la fortaleza que lo guiara durante toda su vida. No olvides también que parte fundamental en cualquier relación es la comunicación, así que acaricia a tu hijo verbalmente para que él se sienta acompañado en calidad cuando no estés y no se sienta aislado. No se trata de hacer grandes cosas, pueden jugar y divertirse lanzándose almohadas mientras limpian su cuarto, haciéndose cosquillas en el sofá mientras ven un programa de tv, etc.
-Una acción que se ha revelado como bastante saludable en este tema, es que se de ese dialogo madre e hijos, en donde hablen, escuchen y puedas explicarles que trabajas por que necesitan el dinero, porque es algo que te gusta y que te ayuda para desarrollarte como persona, y que entiendan que no por eso los quieres menos, pero que necesitas su apoyo para lograrlo, pídeles su ayuda. Seguramente te llevaras una agradable sorpresa, al darte cuenta cuantas cosas son capaces de hacer los niños cuando se sienten participes, obvio adecuadas para su edad, y lo mucho que eso te ayuda para dejar de lado la culpa materna, encontrando un sano equilibrio, y sobre todo, ayudando a tus hijos a ganar seguridad en sí mismos a través de estas responsabilidades en casa.
-Está más que comprobado que la participación de ambos en las tareas del hogar, ayuda a mejorar la relación como pareja y la comunicación, atención y acercamiento con los niños.
No siempre se puede estar de acuerdo con la pareja, en ocasiones no hay agrado de cómo realizan tal o cual cosa; sin embargo, es importante reconocer el esfuerzo, “échale flores” de la participación que hace en el hogar. Si percibe que aprecias su esfuerzo, no solo lo seguirá haciendo sino que hará aún más. También es bueno e importante que la pareja desarrolle tareas o acciones en casa a su manera y a su estilo; es decir, que descubra sus propias técnicas para las faenas domésticas
-Suele ser de gran ayuda tener una red de apoyo entre amigos y familiares. Por ejemplo, para recoger a tu hijo en la escuela en caso de que tu no puedas hacerlo por compromisos laborales. En situaciones así, por ejemplo tu mama, hermana, u otras mamás que trabajan en quienes confíes claro está, pueden ayudarte. Obvio tu regresaras el favor cuando ellas lo necesiten.
Por último y a manera de resumen, si tienes que trabajar, ¿Cómo puedes conseguir más tiempo libre para estar con tu hijo? Tengan “rituales” de unión, como por ejemplo hacerle mimos, leerle o contarle un cuento a la hora de dormir, comer juntos, o apartar momentos en el fin de semana solo para ustedes.
Recuerda entre más feliz y realizada estés, mejor persona podrás ser y una mejor persona siempre será una mejor madre.
Si bien es cierto que los varones también estamos cambiando, y ahora es mucho más común que los esposos colaboren en las faenas domesticas, muchas mujeres todavía llevan la mayor parte de esta carga, y además de trabajar, suelen también llevar la responsabilidad del cuidado de los hijos.
Una de las consecuencias indeseables de tomar toda la responsabilidad por los hijos es la culpa por no estar siempre con ellos.
Muchas mujeres tienen que enfrentarse a la culpa por trabajar, sin embargo la sola idea de dejar de trabajar suele acarrear a nuestra mente consecuencias aún peores que la culpa, por ejemplo, la primera en la que se piensa es en las carencias económicas que afectarían la calidad de vida de los propios hijos. Sin embargo no es esta la única razón. El trabajo es una fuente de satisfacción y de seguridad. Una madre que gana autoconfianza en su trabajo, en su profesión, en su realización personal, suele ser una persona que también ganará en su capacidad de ser una buena mamá. Incluso cuando llega el momento de enfrentar alguna crisis en la vida personal (una separación, por ejemplo), el trabajo, con la satisfacción y el apoyo económico que da, puede ayudarte a recuperar el equilibrio, y por ende beneficiar a tus hijos también.
De hecho un aspecto poco difundido, es que las generaciones de niños que ahora son adultos, suelen sentirse orgullosos de sus madres y a hasta llegar a “presumir” de los talentos profesionales y/o laborales de sus mamás. Para los niños de hoy es común que su mama trabaje. La visón de maternidad es distinta a la que manejaban nuestro padres cuando éramos pequeños.
Sin embargo, es cierto que el “gusanito” de la culpa anda suelto en muchas madres que trabajan, y también empieza a ocurrir, aunque en menor medida en los padres también. Y esta culpa puede ir más allá de una emoción y pensamientos negativos, frecuentemente se transforma en conductas “compensatorias”, por ejemplo dejar de poner límites en casa; lo cual como mencionamos en el #1 de Psi es perjudicial para la integración y autoestima de los hijos.
Lo ideal es que como mama equilibres el trabajo profesional y el de casa, para tener espacio para ambos sin que te estreses y te permita alcanzar tus metas personales y profesionales.
Sabemos que lo que importa es La calidad del tiempo y no la cantidad de este. Pero ¿Cómo específicamente podemos dar pasos en este sentido?
Algunas ideas y técnicas provenientes del trabajo con mis consultantes, ya que ellas son las mayores expertas en la materia, son:
-Una Excelente manera de afrontar la culpa por la ausencia es convivir con tu hijo el mayor tiempo que te sea posible, sin descuidar t u profesión y tu persona. Si tu economía te lo permite, contrata a alguien para que realice aquellas tareas que te quitan tiempo como las domesticas, y si no fuera posible trata que esas tareas, las hagas a manera de juego con tu hijo como tender la cama entre los dos, encestar la ropa sucia, etc. Se consciente de que tus valores, tu amor y esa convivencia con tu hijo, son la fortaleza que lo guiara durante toda su vida. No olvides también que parte fundamental en cualquier relación es la comunicación, así que acaricia a tu hijo verbalmente para que él se sienta acompañado en calidad cuando no estés y no se sienta aislado. No se trata de hacer grandes cosas, pueden jugar y divertirse lanzándose almohadas mientras limpian su cuarto, haciéndose cosquillas en el sofá mientras ven un programa de tv, etc.
-Una acción que se ha revelado como bastante saludable en este tema, es que se de ese dialogo madre e hijos, en donde hablen, escuchen y puedas explicarles que trabajas por que necesitan el dinero, porque es algo que te gusta y que te ayuda para desarrollarte como persona, y que entiendan que no por eso los quieres menos, pero que necesitas su apoyo para lograrlo, pídeles su ayuda. Seguramente te llevaras una agradable sorpresa, al darte cuenta cuantas cosas son capaces de hacer los niños cuando se sienten participes, obvio adecuadas para su edad, y lo mucho que eso te ayuda para dejar de lado la culpa materna, encontrando un sano equilibrio, y sobre todo, ayudando a tus hijos a ganar seguridad en sí mismos a través de estas responsabilidades en casa.
-Está más que comprobado que la participación de ambos en las tareas del hogar, ayuda a mejorar la relación como pareja y la comunicación, atención y acercamiento con los niños.
No siempre se puede estar de acuerdo con la pareja, en ocasiones no hay agrado de cómo realizan tal o cual cosa; sin embargo, es importante reconocer el esfuerzo, “échale flores” de la participación que hace en el hogar. Si percibe que aprecias su esfuerzo, no solo lo seguirá haciendo sino que hará aún más. También es bueno e importante que la pareja desarrolle tareas o acciones en casa a su manera y a su estilo; es decir, que descubra sus propias técnicas para las faenas domésticas
-Suele ser de gran ayuda tener una red de apoyo entre amigos y familiares. Por ejemplo, para recoger a tu hijo en la escuela en caso de que tu no puedas hacerlo por compromisos laborales. En situaciones así, por ejemplo tu mama, hermana, u otras mamás que trabajan en quienes confíes claro está, pueden ayudarte. Obvio tu regresaras el favor cuando ellas lo necesiten.
Por último y a manera de resumen, si tienes que trabajar, ¿Cómo puedes conseguir más tiempo libre para estar con tu hijo? Tengan “rituales” de unión, como por ejemplo hacerle mimos, leerle o contarle un cuento a la hora de dormir, comer juntos, o apartar momentos en el fin de semana solo para ustedes.
Recuerda entre más feliz y realizada estés, mejor persona podrás ser y una mejor persona siempre será una mejor madre.