Jueves, 09 de febrero de 2017
Psicóloga/Sexóloga. Verónica Vivero
- Barcelona, (España)
Psicología
Psicología
“A tí “
“Y a lo que habríamos sido de no ser por los dos”
A lo largo de mi trayectoria como psicóloga clínica, me he encontrado en numerosas ocasiones, con personas aquejadas de la extraña sensación de haber quedado “ancladas” en un momento concreto de sus vidas. Pese a las diferencias interindividuales que puedan presentar las historias narradas, todas guardan cierta similitud en cuanto al dolor que produce, la sensación de no poder avanzar. En la mayoría de ocasiones, el consejo que les doy a estas personas es que de algún modo busquen retomar el contacto y que no se queden con ese malestar, pero lamentablemente, esta situación no siempre es posible (A veces debido a fallecimiento o a que el otro no está dispuesto a ello).
Este post está especialmente dedicado a todas aquellas personas que se quedaron con la sensación de no haber expresado algo en un momento dado y que transcurrido el tiempo, les acompaña ese peso. Veremos que no siempre es posible retomar la conversación y qué tipo de estrategias podemos utilizar para seguir con nuestras vidas. Haremos una especial mención al tema de los duelos y a la importancia de procesarlos, de las emociones que produce el no poder hacerlo y de técnicas y recursos para solventarlo. ¿Me acompañas?
La importancia de: “Dejar ir”
Es posible que todos en algún momento nos hayamos preguntado “Qué hubiera pasado sí” o tener la sensación de no haber expresado todo lo que queríamos. Pero, ¿Qué ocurre si transcurrido el tiempo, seguimos sintiendo esto? Frustración, ira, enojo o tristeza serán algunas de las emociones que podemos experimentar y que mantenidas en el tiempo puede dar lugar a dolencias mayores. Los duelos, como su nombre da a entender, duelen, e implican la elaboración mental de que una etapa se ha acabado. A lo largo de la vida, nos vamos a ver expuestos a la “pérdida” en multitud de ocasiones, algunas serán más dolorosas, otras, apenas implicarán nada y otras, lo harán llevándose un pedacito de nosotros.
Ser capaces de comprender la situación, perdonar y perdonarse es esencial para poder avanzar. La lectura que consigamos hacer de las situaciones será de vital importancia para aprender y seguir adelante. No podemos controlar todo lo que nos sucede, pero si podemos aprender a afrontar las situaciones con la mejor de la actitudes saliendo fortalecidos de ello y mejorándonos. “Dejar ir” como el título indica, implica aceptar que no siempre todo será como queremos y que lamentablemente es ley de vida despedirnos de todos, incluidos de aquellos a los que más hemos amado. Sólo habrá una persona que te acompañe el resto de tu vida y ese serás, tú mismo. Interiorizar esto último, no siempre le produce a uno la mejor sensación, pero al menos relaja.
Consecuencias de no procesar bien los duelos
La elaboración de un duelo lleva un promedio de entre 1-3 años. Si transcurrido ese tiempo no hemos sido capaces de elaborarlo de forma correcta podemos vernos expuestos a numerosas dolencias psíquicas como las que comentaremos a continuación.
--Estado anímico bajo con tendencia a trastornos ansiosos y depresivos. La no elaboración de un proceso de duelo, nos puede llevar a pensamientos de tipo obsesivo entorno al suceso, que hará que nos sintamos ansiosos y deprimidos. La sensación de desesperanza y vacío que acompaña a una pérdida, se ven incrementadas con el transcurso del tiempo si estás no han sido elaboradas correctamente.
--Sentimiento de culpa. En los estadios iniciales del duelo, es posible que aparezca la culpa, nos sentimos responsables de ese vacío y nos lastimamos pensando que podríamos haber hecho o dicho otros cosas, este aspecto de enfado con nosotros nos perjudica gravemente y nos impide vivir en el “aquí y ahora”.
--Menosprecio y baja autoestima. Nuestra propia valía se ve cruelmente juzgada ante estas situaciones vitales que conllevan pérdida, la interpretación errónea de estas situaciones puede dejarle a uno la autoestima muy minada. Es importante tratarnos con cierta condescendencia.
--Dificultades para conciliar el sueño: Los pensamientos obsesivos y recurrentes entorno a la pérdida y el vacío asociado, conllevan dificultades para conciliar el sueño así como la falta de sensación de un sueño reparador.
--Trastornos psicosomáticos, Todo aquello que no seamos capaces de expresar por la vía emocional si o si, acabará saliendo en forma de dolencia somática. Los duelos llevan asociados trastornos del aparato digestivo. Aunque en función de nuestro “punto débil” puede afectarnos a uno y otros órganos.
Técnicas para afrontar correctamente los duelos
Cuando no es posible retomar el contacto sea porque la persona nos ha dejado para siempre o porque no está dispuesta a tenerlo, existen algunos recursos que podemos poner en práctica para gestionar mejor esta situación. Veamos algunos de ellos:
--La técnica de la silla vacía: Se trata de un tipo de terapia vivencial que procede de la orientación Gestáltica, consiste en colocar literalmente una silla en una habitación y visualizar la persona en cuestión con quien queramos tener el contacto. Allí podremos decirle todo aquello que guardamos dentro. Pese al escepticismo que muchas lectores puedan sentir al leer esto, lo cierto es que produce un gran alivio en muchas personas que han sufrido una pérdida fugaz y quieren vaciarse de todo ello.
--Escribir: Utilizar la escritura como vía de canalización del malestar es un recurso que se utiliza desde antaño y nos permite liberarnos.
--Grupos de autoayuda: Recurrir a grupos donde diferentes personas puedan haber vivido una situación similar a las nuestra supone un gran apoyo para muchas personas.
--Terapia narrativa: A través de cartas y relatos personales el paciente asume un rol activo en su proceso de cambio y le ayuda a tomar mayor consciencia de su vivencia.
A modo de conclusión
Si te has sentido identificado con algo de lo aquí expuesto, estás atravesando un momento difícil y te estás planteado acudir a terapia, tal vez, yo sea la persona que pueda ayudarte. No dudes en ponerte en contacto conmigo: presbiciaemocional@gmail.com
“Y a lo que habríamos sido de no ser por los dos”
A lo largo de mi trayectoria como psicóloga clínica, me he encontrado en numerosas ocasiones, con personas aquejadas de la extraña sensación de haber quedado “ancladas” en un momento concreto de sus vidas. Pese a las diferencias interindividuales que puedan presentar las historias narradas, todas guardan cierta similitud en cuanto al dolor que produce, la sensación de no poder avanzar. En la mayoría de ocasiones, el consejo que les doy a estas personas es que de algún modo busquen retomar el contacto y que no se queden con ese malestar, pero lamentablemente, esta situación no siempre es posible (A veces debido a fallecimiento o a que el otro no está dispuesto a ello).
Este post está especialmente dedicado a todas aquellas personas que se quedaron con la sensación de no haber expresado algo en un momento dado y que transcurrido el tiempo, les acompaña ese peso. Veremos que no siempre es posible retomar la conversación y qué tipo de estrategias podemos utilizar para seguir con nuestras vidas. Haremos una especial mención al tema de los duelos y a la importancia de procesarlos, de las emociones que produce el no poder hacerlo y de técnicas y recursos para solventarlo. ¿Me acompañas?
La importancia de: “Dejar ir”
Es posible que todos en algún momento nos hayamos preguntado “Qué hubiera pasado sí” o tener la sensación de no haber expresado todo lo que queríamos. Pero, ¿Qué ocurre si transcurrido el tiempo, seguimos sintiendo esto? Frustración, ira, enojo o tristeza serán algunas de las emociones que podemos experimentar y que mantenidas en el tiempo puede dar lugar a dolencias mayores. Los duelos, como su nombre da a entender, duelen, e implican la elaboración mental de que una etapa se ha acabado. A lo largo de la vida, nos vamos a ver expuestos a la “pérdida” en multitud de ocasiones, algunas serán más dolorosas, otras, apenas implicarán nada y otras, lo harán llevándose un pedacito de nosotros.
Ser capaces de comprender la situación, perdonar y perdonarse es esencial para poder avanzar. La lectura que consigamos hacer de las situaciones será de vital importancia para aprender y seguir adelante. No podemos controlar todo lo que nos sucede, pero si podemos aprender a afrontar las situaciones con la mejor de la actitudes saliendo fortalecidos de ello y mejorándonos. “Dejar ir” como el título indica, implica aceptar que no siempre todo será como queremos y que lamentablemente es ley de vida despedirnos de todos, incluidos de aquellos a los que más hemos amado. Sólo habrá una persona que te acompañe el resto de tu vida y ese serás, tú mismo. Interiorizar esto último, no siempre le produce a uno la mejor sensación, pero al menos relaja.
Consecuencias de no procesar bien los duelos
La elaboración de un duelo lleva un promedio de entre 1-3 años. Si transcurrido ese tiempo no hemos sido capaces de elaborarlo de forma correcta podemos vernos expuestos a numerosas dolencias psíquicas como las que comentaremos a continuación.
--Estado anímico bajo con tendencia a trastornos ansiosos y depresivos. La no elaboración de un proceso de duelo, nos puede llevar a pensamientos de tipo obsesivo entorno al suceso, que hará que nos sintamos ansiosos y deprimidos. La sensación de desesperanza y vacío que acompaña a una pérdida, se ven incrementadas con el transcurso del tiempo si estás no han sido elaboradas correctamente.
--Sentimiento de culpa. En los estadios iniciales del duelo, es posible que aparezca la culpa, nos sentimos responsables de ese vacío y nos lastimamos pensando que podríamos haber hecho o dicho otros cosas, este aspecto de enfado con nosotros nos perjudica gravemente y nos impide vivir en el “aquí y ahora”.
--Menosprecio y baja autoestima. Nuestra propia valía se ve cruelmente juzgada ante estas situaciones vitales que conllevan pérdida, la interpretación errónea de estas situaciones puede dejarle a uno la autoestima muy minada. Es importante tratarnos con cierta condescendencia.
--Dificultades para conciliar el sueño: Los pensamientos obsesivos y recurrentes entorno a la pérdida y el vacío asociado, conllevan dificultades para conciliar el sueño así como la falta de sensación de un sueño reparador.
--Trastornos psicosomáticos, Todo aquello que no seamos capaces de expresar por la vía emocional si o si, acabará saliendo en forma de dolencia somática. Los duelos llevan asociados trastornos del aparato digestivo. Aunque en función de nuestro “punto débil” puede afectarnos a uno y otros órganos.
Técnicas para afrontar correctamente los duelos
Cuando no es posible retomar el contacto sea porque la persona nos ha dejado para siempre o porque no está dispuesta a tenerlo, existen algunos recursos que podemos poner en práctica para gestionar mejor esta situación. Veamos algunos de ellos:
--La técnica de la silla vacía: Se trata de un tipo de terapia vivencial que procede de la orientación Gestáltica, consiste en colocar literalmente una silla en una habitación y visualizar la persona en cuestión con quien queramos tener el contacto. Allí podremos decirle todo aquello que guardamos dentro. Pese al escepticismo que muchas lectores puedan sentir al leer esto, lo cierto es que produce un gran alivio en muchas personas que han sufrido una pérdida fugaz y quieren vaciarse de todo ello.
--Escribir: Utilizar la escritura como vía de canalización del malestar es un recurso que se utiliza desde antaño y nos permite liberarnos.
--Grupos de autoayuda: Recurrir a grupos donde diferentes personas puedan haber vivido una situación similar a las nuestra supone un gran apoyo para muchas personas.
--Terapia narrativa: A través de cartas y relatos personales el paciente asume un rol activo en su proceso de cambio y le ayuda a tomar mayor consciencia de su vivencia.
A modo de conclusión
Si te has sentido identificado con algo de lo aquí expuesto, estás atravesando un momento difícil y te estás planteado acudir a terapia, tal vez, yo sea la persona que pueda ayudarte. No dudes en ponerte en contacto conmigo: presbiciaemocional@gmail.com