Psicología Depresión
Mi madre es depresiva, ¿puedo transmitir el trastorno a mis hijos?
A medida que la sociedad empieza a conocer que hay muchas enfermedades que tienen un origen o un componente genético, surge una nueva demanda de la sociedad respecto a la transmisión de éstas: queremos saber si la que nos preocupa, ya sea porque la sufrimos nosotros o algún familiar, se puede transmitir a nuestra descendencia, y, si así fuera, de qué forma se transmite.
Todos los trastornos mentales son llamadas enfermedades poligénicas, ya que el hecho de sufrir este trastorno o no dependerá de si heredamos diversos genes, y no un único gen (como ocurre con enfermedades con muy baja aparición en la población como la fenilcetonuria o el retraso mental).
En el caso de la depresión, un solo gen, por si solo, no puede provocar el trastorno, hará falta que sume sus efectos al del resto de genes para que se manifieste el trastorno y/o fruto de la interacción con el ambiente.
La depresión formaría parte de “trastornos complejos” en el sentido que implican la interacción de múltiples factores genéticos y ambientales a través de mecanismos complejos.
Una pareja que quiere tener un hijo me pidió consejo genético ya que la madre del marido sufría crisis depresivas.
En esta situación, la enfermedad tiene un origen multifactorial, es decir, el origen de este trastorno lo hallamos tanto en factores genéticos como ambientales. Además lo que se hereda es la susceptibilidad de sufrir el trastorno. No es la presencia en el genoma de un gen concreto o la presencia de un solo factor de riesgo ambiental concreto el que determina que se sufra un trastorno del estado de ánimo, sino que se han de producir una serie de condicionantes, tanto genéticos como ambientales, y, de forma importante, las interacciones entre ellos para que este trastorno se manifieste.
Un factor de riesgo es toda circunstancia o situación que aumenta las probabilidades de manifestar una enfermedad o de que ocurra un evento adverso. Los factores de riesgo no son necesariamente las causas, sino que se asocian con el evento, y, como tienen valor predictivo, pueden usarse para la prevención.
Dado este mencionado origen multifactorial, la valoración del riesgo que el hombre, el marido, sufra también crisis depresivas o que su hijo las vaya a padecer es poco probable.
Aún así se conoce que contar con un progenitor afectado aumenta el riesgo de padecer el trastorno. También se sabe que es un trastorno más frecuente en mujeres que en hombres y además en la poblacion general su prevalencia oscila entre el 3% y el 5%.
Entre los factores de riesgo ambientales que intervienen en la manifestación de un trastorno del estado de ánimo (que aumentan la predisposición general, pero rara vez provocan directamente la enfermedad) resaltarían las situaciones estresantes (eventos vitales negativos como el divorcio, la muerte de un familiar, acoso, humillaciones…) y los ambientes deprimentes o desestructurados (conflictos conyugales, dificultades emocionales entre uno de los padres y el niño…).
Los factores de riesgo ambientales pueden potenciar los factores genéticos de riesgo que tiene presentes la persona en su genoma (interacción genes-ambiente).
FACTORES DE PROTECCIÓN (disminuyen la probabilidad de depresión en presencia de factores de riesgo):
- Buen sentido del humor
- Relaciones de amistad armoniosas
- Relaciones estrechas con uno o más miembros de la familia
- Logros personales valorados socialmente
- Nivel de inteligencia normal-alto
- Práctica de algún deporte o actividad física
- Participación en clubes escolares/sociales o en voluntariado