Lunes, 03 de febrero de 2014
Lic.Clara Zito Feijoo
- Buenos Aires, (Argentina)
Psicología
- 20 p.m. – Hotel en Taganga, Colombia; accidentalmente, como parte de las situaciones que me cruzan…llega a mi encuentro nuevamente la pregunta que ha despertado mi curiosidad desde al menos mi último viaje. Las mismas palabras, la misma expresión en los ojos de quien la pronuncia…”¿Y?, ¿Fuiste a esta playa?” …- “No, aún no”, “…Porque dicen que es una de las mejores del mundo…Dicen que es imperdible, que la vista es increíble, la arena parece algodón. Una de las mejores del mundo. Sin dudas, no te podes volver sin haber conocido esta playa”
LA PLAYA PERFECTA
Sus ojos brillaban profundamente cuando la describía, se podía oler la adrenalina en cada palabra. Mientras otras personas se sumaban a compartir la charla, empecé a notar como a cada instante esta playa se volvía más y más deseada e ideal…iba cobrando forma el proyecto de viaje en mi mente. Ya había comenzado a imaginar cada instante que pasaría en esa playa-promesa…¿Cómo llegar allí? ¿Qué caminos me acercarían? ¿Habría vuelos disponibles?
De hecho solamente quedaba el viaje, pues yo ya me encontraba allí hace horas…El resto, el resto, simplemente se iría acomodando a esta nueva “aventura”. Defino partir, en el camino, como es de esperar; sigo encontrando personas que opinan sobre esta fantástica playa. Surfers describen sus mágicas olas, turistas hablan de su gastronomía, algunos fotógrafos me muestran incluso placas de bellos instantes y vistas de allí. A cada palabra, a cada gesto se corrobora la decisión. Y ya en el avión rumbo a la promesa, comienzo a sentir que no es la primera vez que me ocurre…¿Alguna vez te has dejado influir por deseos ajenos? ¿Expectativas ajenas?
Finalmente llego al hotel, dejo mis cosas rápidamente, me cambio y parto rumbo a la playa. Al llegar registro que es realmente hermosa, el agua celeste, la arena casi tan suave como la describieron…Y comienzo a caminar, y me encuentro en ese caminar, siguiendo los pasos de aquellos que caminaron antes que yo y marcando nuevas huellas… mientras me pregunto, acaso existe una playa, situación o incluso cualquier cosa que pueda ser descripta como “perfecta”….es decir, esta misma playa que puede ser tan perfecta para algunas personas como imperfecta para otras…¿Existe acaso un criterio que pueda llegar a aunar las diferentes expectativas? ó ¿será que la definición es tan relativa como cada ojo que la observa?…Muchas veces encuentro con que hoy en día, se quiera unificar algunos criterios, algunas etiquetas en pos de llevarnos tras una ilusión de una perfección compartida por muchos.
- De regreso al hotel, en una conversación en la recepción me encuentro con estas palabras “Si, esta playa que has visitado es realmente hermosa, pero dicen que una de las más lindas del mundo está tan sólo a 25 minutos de aquí…”.
En su artículo “The grass is always greener”, el científico James Pomerantz (1983), demuestra que debido a las leyes de la percepción óptica harán parecer el césped que se encuentra a distancia más verde, ya que cuando una persona observa el césped bajo sus pies, lo ve en un ángulo que es más o menos perpendicular al suelo y éste proceso " desatura " el verde, haciéndolo parecer menos intenso. Mientras que, con un ángulo más agudo en la línea de visión hacia por ejemplo el césped vecino, menos de la tierra marrón se puede ver y por tanto el color verde domina la experiencia perceptual creando la ilusión de que el verde de la hierba de aquel es más intenso. Dicho proverbio permite reflexionar sobre la ilusión y la búsqueda de lo “mejor”, lo más “verde” en otro lugar que el que se encuentra precisamente “los propios pies”. En los campos se comprueba la metafórica verdad al observar al ganado buscar la hierba por debajo del alambrado.
EL HÁBITO DE LA ILUSIÓN DE LO PERFECTO
La idea de que lo “mejor” se encuentra en otra parte no es nueva, de hecho, forma parte de nuestro ADN de la cultura occidental. Ya desde la filosofía platónica que planteaba aquel mundo de las ideas como perfecto e ideal en detrimento del mundo sensible, de los sentidos; en otras palabras el real. Según el filósofo, el ser humano toma por realidad lo que no es sino una visión empobrecida del perfecto mundo de las ideas. Por años y años el ser humano ha anhelado esa perfección que se encuentra supuestamente en otra parte incluso ha creído que aquella es real. Sueña el hombre que la alcanza librándose de la situación en la que se encuentra preso en éste momento…Sueña el hombre con que al obtener un producto logrará un estado de “felicidad”, sueña y sufre el hombre con alcanzar ideales aparentemente posibles.
Con el ideal de la profesión, el ideal de la familia, del amor, de los amigos.
Reflexiono sobre la “trampa” cognitiva que presupone siempre ante una realidad dada, la existencia de un “modelo” abstracto del cual ésta es pálido reflejo, lo que en primer lugar lleva a una frustración permanente ante el mundo “real” de una persona. Cuando lo perfecto, “lo verde”, “la playa perfecta” están siempre en otro lado, pasan dos cosas la primera es que no acepto mi realidad, y la segunda (seguida de ésta) es que me frustro, me angustio y sufro. ¿Has pensando en tus ideales? ¿Acaso te liberan o te limitan? ¿Y si lo irreal fuera lo ideal?
Aceptación:
1. Aceptar es recordar volver al momento presente cada vez que anhelo estar en otra parte.
2.Cuando acepto la realidad, cuando observo sin juicio ni evaluación el césped bajo mis pies, es a partir de allí que movilizo las energías necesarias para orientar un cambio.
3. Aceptarme como humano implica la tolerancia necesaria para reconocerme imperfecto.
Lic. Clara Eugenia Zito Feijoo
M.N 45807 / M.P 84042
Psicoterapeuta
Consultas: clarazito@gmail.com
Twitter @clarazito
1James R. Pomerantz, "'The Grass is always Greener': An Ecological Analysis of an Old Aphorism,"Perception, 12 (1983), 501-502.
http://www.perceptionweb.com/abstract.cgi?id=p120501
Psicología
“Cierra los ojos y verás un mundo mejor, un edén sin injusticia, que sólo se halla en tu interior”
- 20 p.m. – Hotel en Taganga, Colombia; accidentalmente, como parte de las situaciones que me cruzan…llega a mi encuentro nuevamente la pregunta que ha despertado mi curiosidad desde al menos mi último viaje. Las mismas palabras, la misma expresión en los ojos de quien la pronuncia…”¿Y?, ¿Fuiste a esta playa?” …- “No, aún no”, “…Porque dicen que es una de las mejores del mundo…Dicen que es imperdible, que la vista es increíble, la arena parece algodón. Una de las mejores del mundo. Sin dudas, no te podes volver sin haber conocido esta playa”
LA PLAYA PERFECTA
Sus ojos brillaban profundamente cuando la describía, se podía oler la adrenalina en cada palabra. Mientras otras personas se sumaban a compartir la charla, empecé a notar como a cada instante esta playa se volvía más y más deseada e ideal…iba cobrando forma el proyecto de viaje en mi mente. Ya había comenzado a imaginar cada instante que pasaría en esa playa-promesa…¿Cómo llegar allí? ¿Qué caminos me acercarían? ¿Habría vuelos disponibles?
De hecho solamente quedaba el viaje, pues yo ya me encontraba allí hace horas…El resto, el resto, simplemente se iría acomodando a esta nueva “aventura”. Defino partir, en el camino, como es de esperar; sigo encontrando personas que opinan sobre esta fantástica playa. Surfers describen sus mágicas olas, turistas hablan de su gastronomía, algunos fotógrafos me muestran incluso placas de bellos instantes y vistas de allí. A cada palabra, a cada gesto se corrobora la decisión. Y ya en el avión rumbo a la promesa, comienzo a sentir que no es la primera vez que me ocurre…¿Alguna vez te has dejado influir por deseos ajenos? ¿Expectativas ajenas?
Finalmente llego al hotel, dejo mis cosas rápidamente, me cambio y parto rumbo a la playa. Al llegar registro que es realmente hermosa, el agua celeste, la arena casi tan suave como la describieron…Y comienzo a caminar, y me encuentro en ese caminar, siguiendo los pasos de aquellos que caminaron antes que yo y marcando nuevas huellas… mientras me pregunto, acaso existe una playa, situación o incluso cualquier cosa que pueda ser descripta como “perfecta”….es decir, esta misma playa que puede ser tan perfecta para algunas personas como imperfecta para otras…¿Existe acaso un criterio que pueda llegar a aunar las diferentes expectativas? ó ¿será que la definición es tan relativa como cada ojo que la observa?…Muchas veces encuentro con que hoy en día, se quiera unificar algunos criterios, algunas etiquetas en pos de llevarnos tras una ilusión de una perfección compartida por muchos.
- De regreso al hotel, en una conversación en la recepción me encuentro con estas palabras “Si, esta playa que has visitado es realmente hermosa, pero dicen que una de las más lindas del mundo está tan sólo a 25 minutos de aquí…”.
En su artículo “The grass is always greener”, el científico James Pomerantz (1983), demuestra que debido a las leyes de la percepción óptica harán parecer el césped que se encuentra a distancia más verde, ya que cuando una persona observa el césped bajo sus pies, lo ve en un ángulo que es más o menos perpendicular al suelo y éste proceso " desatura " el verde, haciéndolo parecer menos intenso. Mientras que, con un ángulo más agudo en la línea de visión hacia por ejemplo el césped vecino, menos de la tierra marrón se puede ver y por tanto el color verde domina la experiencia perceptual creando la ilusión de que el verde de la hierba de aquel es más intenso. Dicho proverbio permite reflexionar sobre la ilusión y la búsqueda de lo “mejor”, lo más “verde” en otro lugar que el que se encuentra precisamente “los propios pies”. En los campos se comprueba la metafórica verdad al observar al ganado buscar la hierba por debajo del alambrado.
EL HÁBITO DE LA ILUSIÓN DE LO PERFECTO
La idea de que lo “mejor” se encuentra en otra parte no es nueva, de hecho, forma parte de nuestro ADN de la cultura occidental. Ya desde la filosofía platónica que planteaba aquel mundo de las ideas como perfecto e ideal en detrimento del mundo sensible, de los sentidos; en otras palabras el real. Según el filósofo, el ser humano toma por realidad lo que no es sino una visión empobrecida del perfecto mundo de las ideas. Por años y años el ser humano ha anhelado esa perfección que se encuentra supuestamente en otra parte incluso ha creído que aquella es real. Sueña el hombre que la alcanza librándose de la situación en la que se encuentra preso en éste momento…Sueña el hombre con que al obtener un producto logrará un estado de “felicidad”, sueña y sufre el hombre con alcanzar ideales aparentemente posibles.
Con el ideal de la profesión, el ideal de la familia, del amor, de los amigos.
Reflexiono sobre la “trampa” cognitiva que presupone siempre ante una realidad dada, la existencia de un “modelo” abstracto del cual ésta es pálido reflejo, lo que en primer lugar lleva a una frustración permanente ante el mundo “real” de una persona. Cuando lo perfecto, “lo verde”, “la playa perfecta” están siempre en otro lado, pasan dos cosas la primera es que no acepto mi realidad, y la segunda (seguida de ésta) es que me frustro, me angustio y sufro. ¿Has pensando en tus ideales? ¿Acaso te liberan o te limitan? ¿Y si lo irreal fuera lo ideal?
Aceptación:
1. Aceptar es recordar volver al momento presente cada vez que anhelo estar en otra parte.
2.Cuando acepto la realidad, cuando observo sin juicio ni evaluación el césped bajo mis pies, es a partir de allí que movilizo las energías necesarias para orientar un cambio.
3. Aceptarme como humano implica la tolerancia necesaria para reconocerme imperfecto.
¡Conócete, Acéptate, Supérate! (San Agustín)
Lic. Clara Eugenia Zito Feijoo
M.N 45807 / M.P 84042
Psicoterapeuta
Consultas: clarazito@gmail.com
Twitter @clarazito
1James R. Pomerantz, "'The Grass is always Greener': An Ecological Analysis of an Old Aphorism,"Perception, 12 (1983), 501-502.
http://www.perceptionweb.com/abstract.cgi?id=p120501