Martes, 07 de noviembre de 2017
maria.andrea.ganoza
Psicología
Psicología
Todos hemos pasado etapas de “depresión” en las que sentimos que ya no podemos más. Que la tristeza nos quita la energía y el gusto por hacer lo que antes disfrutábamos. Algunas personas lo experimentan por un tiempo más prolongado y el discurso médico tradicional les dice : Estas deprimido o tienes depresión.
Cuando estamos en este estado de tristeza y desgano nos falta la energía y sentimos que lo mejor es quedarnos echados, en casa o sin salir. Sin embargo este es el primer error.
Ya he explicado antes mi postura sobre la depresión en otro artículos y secciones de la web. Por ello solo diré que a diferencia de otros psicólogos no considero que sea una enfermedad. Y mucho menos algo que deba ser colocado como una etiqueta inamovible a las personas. Esto no significa que se un proceso muy difícil y doloroso. Lo que significa es que una persona que ha sido diagnosticada con depresión puede empezar a cambiar y convertirse en lo que prefiera ser.
Como vimos en el artículo ¿Cómo salir de la depresión? creernos la etiqueta de qué somos “depresivos” es lo peor que podemos hacernos, pues nos cerramos posibilidades de cambio.
Cuando un médico nos dice algo como: “Tienes depresión o -aun pero- “tienes una personalidad depresiva” le creemos, ¿por qué no creerle si es un especialista y realmente nos sentimos mal? Mi respuesta es que he visto a mucha gente diagnosticada así y sin embargo ahora llevan una vida plena.
Me escriben muchas personas contándome que ya no pueden más, que la tristeza les ha quitado la fuerza y energía preguntándose ¿qué me esta pasando? ¿yo no era así?, ¿por qué no puedo salir de esto?
En mi experiencia he notado dos tipos de inicio:
Tipo 1:
A partir de una situación difícil como la muerte de un familiar, un divorcio o la perdida de un trabajo, empezamos a sentir una tristeza profunda que nos quita la energía. Poco a poco dejamos de hacer las actividades que solían darnos placer y nos vamos apartando sin encontrar mucho sentido a lo que sucede a nuestro alderredor.
Tipo 2
Sin un motivo determinado, dejamos de encontrarle sentido a las cosas, lo que antes nos motivaba ya no nos resulta tan interesante y eso nos da tristeza.
En cualquiera de los dos casos entramos en un circulo de desinterés: lo que antes tenia sabor y color de pronto resulta gris e insípido. Esto lógicamente nos lleva a generar hábitos distintos. Empezamos a pensar mucho más (en porqué no sentimos así, en que sentido tiene la vida, etc.) y a dar mucho espacio a lo que sentimos (somos hiper consientes de lo mal que nos sentimos, de la falta de ganas, etc). Todo esto nos empieza a quitar el sueño (insomnio) o a general ansiedad (comemos de mas o dejamos de comer).
Tampoco tiene que ser necesariamente difícil, pero si será un proceso. Esto quiere decir que debemos ser pacientes con nosotros mismos. No juzgarnos por como nos sentimos. Habrán momentos buenos y momentos de gran tristeza pero ambos pasarán. Finalmente no elegimos las emociones que tenemos, así que no debemos culparnos por tenerlas.
La buena noticia es que si bien no las elegimos, sí podemos elegir cómo reaccionamos a las mismas y como vimos en el articulo anterior podemos entrenarnos para manejarlas mejor.
Dependiendo de la importancia que le demos a la tristeza esta crecerá o ira desapareciendo.
Analizar nuestras emociones es parte importante de lo que la psicología propone para entender lo que nos sucede y mejorar. Sin embargo sobre analizar puede ser justamente la causa del problema:
Investigadores del departamento de psicología de la universidad de Virginia, descubrieron que en cuanto más analizamos las razones por las que nos sentimos tristes, tenderemos a sentirnos aún más tristes.
Enfocarnos demasiado en las emociones que nos perturban lleva a que estas crezcan y a que nuestra capacidad de hallar soluciones se reduzca.
La buena noticia es que sucede lo mismo con la alegría o los estados mentales de tranquilidad, cuanta más energía invirtamos en estar en paz, más tiempo estaremos en ese estado.
“Es más fácil ser sabio para los demás que para nosotros mismos”. Por esta razón es importante aprender a tomar distancia.
Un ejercicio que puede funcionar es describir la situación en tercera persona, como si le estuviera pasando a alguien más. Cuenta lo que te esta pasando, lo que has atravesado pero como si le hubiera o le estuviera pasando a alguien más.
Contar la historia en tercera persona no solo nos da espacio y una perspectiva distinta, sino que no permite liberarnos de la culpa y generar auto compasión sino llegar al victimismo.
Como vimos en el punto 2, sobreanalizar nos lleva a sentir más dolor. Por esta razón es bueno aprender a controlar y desviar la mente. Enfocarnos en lo qué sí queremos.
Como vimos en el articulo ¿Como dejar de pensar en mi ex? diversos estudios muestran que evitar pensar en algo lleva al efecto opuesto: que pensemos aun más.
Por ello es importante enfocarnos en algo más, distrayendo nuestra mente con juegos de memoria, organizando mentalmente las vacaciones, jugando sudoku, etc. La idea es aprender poco a poco a cortar con los pensamientos obsesivos.
Y si el tiempo no lo permite incluso ar una actividad fuera del ambiente usual:
Si deseas hacerme una consulta puedes escribir en la casilla de comentarios (abajo de todo) y pronto te responderé.
Escrito por la terapeuta Maria Andrea Ganoza
*https://terapiapsicologicalima.com/consejos-depresion-psicologo-lima/
Cuando estamos en este estado de tristeza y desgano nos falta la energía y sentimos que lo mejor es quedarnos echados, en casa o sin salir. Sin embargo este es el primer error.
Empecemos con lo primero: ¿Qué significa estar deprimido?
Ya he explicado antes mi postura sobre la depresión en otro artículos y secciones de la web. Por ello solo diré que a diferencia de otros psicólogos no considero que sea una enfermedad. Y mucho menos algo que deba ser colocado como una etiqueta inamovible a las personas. Esto no significa que se un proceso muy difícil y doloroso. Lo que significa es que una persona que ha sido diagnosticada con depresión puede empezar a cambiar y convertirse en lo que prefiera ser.
Como vimos en el artículo ¿Cómo salir de la depresión? creernos la etiqueta de qué somos “depresivos” es lo peor que podemos hacernos, pues nos cerramos posibilidades de cambio.
Cuando un médico nos dice algo como: “Tienes depresión o -aun pero- “tienes una personalidad depresiva” le creemos, ¿por qué no creerle si es un especialista y realmente nos sentimos mal? Mi respuesta es que he visto a mucha gente diagnosticada así y sin embargo ahora llevan una vida plena.
Entonces… ¿Por qué nos deprimimos?
Me escriben muchas personas contándome que ya no pueden más, que la tristeza les ha quitado la fuerza y energía preguntándose ¿qué me esta pasando? ¿yo no era así?, ¿por qué no puedo salir de esto?
En mi experiencia he notado dos tipos de inicio:
Tipo 1:
A partir de una situación difícil como la muerte de un familiar, un divorcio o la perdida de un trabajo, empezamos a sentir una tristeza profunda que nos quita la energía. Poco a poco dejamos de hacer las actividades que solían darnos placer y nos vamos apartando sin encontrar mucho sentido a lo que sucede a nuestro alderredor.
Tipo 2
Sin un motivo determinado, dejamos de encontrarle sentido a las cosas, lo que antes nos motivaba ya no nos resulta tan interesante y eso nos da tristeza.
En cualquiera de los dos casos entramos en un circulo de desinterés: lo que antes tenia sabor y color de pronto resulta gris e insípido. Esto lógicamente nos lleva a generar hábitos distintos. Empezamos a pensar mucho más (en porqué no sentimos así, en que sentido tiene la vida, etc.) y a dar mucho espacio a lo que sentimos (somos hiper consientes de lo mal que nos sentimos, de la falta de ganas, etc). Todo esto nos empieza a quitar el sueño (insomnio) o a general ansiedad (comemos de mas o dejamos de comer).
¿Cómo vencer el circulo vicioso de la depresión?
1.- Entender que va a ser un proceso y no va a ser fácil
Tampoco tiene que ser necesariamente difícil, pero si será un proceso. Esto quiere decir que debemos ser pacientes con nosotros mismos. No juzgarnos por como nos sentimos. Habrán momentos buenos y momentos de gran tristeza pero ambos pasarán. Finalmente no elegimos las emociones que tenemos, así que no debemos culparnos por tenerlas.
La buena noticia es que si bien no las elegimos, sí podemos elegir cómo reaccionamos a las mismas y como vimos en el articulo anterior podemos entrenarnos para manejarlas mejor.
Dependiendo de la importancia que le demos a la tristeza esta crecerá o ira desapareciendo.
2.- Dejar de analizar cómo nos sentimos
Analizar nuestras emociones es parte importante de lo que la psicología propone para entender lo que nos sucede y mejorar. Sin embargo sobre analizar puede ser justamente la causa del problema:
Investigadores del departamento de psicología de la universidad de Virginia, descubrieron que en cuanto más analizamos las razones por las que nos sentimos tristes, tenderemos a sentirnos aún más tristes.
Enfocarnos demasiado en las emociones que nos perturban lleva a que estas crezcan y a que nuestra capacidad de hallar soluciones se reduzca.
La buena noticia es que sucede lo mismo con la alegría o los estados mentales de tranquilidad, cuanta más energía invirtamos en estar en paz, más tiempo estaremos en ese estado.
3.- Tomemos distancia de la emoción
“Es más fácil ser sabio para los demás que para nosotros mismos”. Por esta razón es importante aprender a tomar distancia.
Un secreto para tomar distancia de la depresión
Un ejercicio que puede funcionar es describir la situación en tercera persona, como si le estuviera pasando a alguien más. Cuenta lo que te esta pasando, lo que has atravesado pero como si le hubiera o le estuviera pasando a alguien más.
Contar la historia en tercera persona no solo nos da espacio y una perspectiva distinta, sino que no permite liberarnos de la culpa y generar auto compasión sino llegar al victimismo.
3.- Distraer la mente
Como vimos en el punto 2, sobreanalizar nos lleva a sentir más dolor. Por esta razón es bueno aprender a controlar y desviar la mente. Enfocarnos en lo qué sí queremos.
Como vimos en el articulo ¿Como dejar de pensar en mi ex? diversos estudios muestran que evitar pensar en algo lleva al efecto opuesto: que pensemos aun más.
Por ello es importante enfocarnos en algo más, distrayendo nuestra mente con juegos de memoria, organizando mentalmente las vacaciones, jugando sudoku, etc. La idea es aprender poco a poco a cortar con los pensamientos obsesivos.
Y si el tiempo no lo permite incluso ar una actividad fuera del ambiente usual:
- Un curso corto de algo distinto (teatro, baile, pintura, escritura, negocios, etc)
- Hacer un deporte
- Voluntariados
- etc
Si deseas hacerme una consulta puedes escribir en la casilla de comentarios (abajo de todo) y pronto te responderé.
Escrito por la terapeuta Maria Andrea Ganoza
*https://terapiapsicologicalima.com/consejos-depresion-psicologo-lima/