Psicología
La adolescencia se tiende a equiparar a una etapa oscura en la vida del ser humano en la que todos son dudas e inseguridades y sí, es cierto que los adolescentes son así, pero también es real que tu hijo adolescente es una esponja intelectual y emocional durante esos años y que es cuando se sembrarán en él sus aptitudes, competencias y conocimientos futuros. Digamos que su filosofía de vida se empieza a entretejer en la adolescencia. Solo es necesario que vuelvas a releer tus libros –especialmente aquellos que tenían una alta carga filosófica o con los que te sentías reconocido– de la adolescencia. Puede que te sientas un poco más cerca de un adolescente ya que descubrirás que tú mismo eres un producto de aquellos años, que te influyeron profundamente tanto a nivel de ideas como de objetivos de vida. ¿Continúas creyendo que es tan difícil entender a tu hijo adolescente?
5 claves para entender a tu hijo adolescente AHORA
1.Empatiza con su generación
¿De verdad sabes por lo que está pasando? Vive en la época de la sobreinformación y de la sobreestimulación. Todo en su existencia es un escaparate en el que le están vigilando. ¿Crees que es sencillo de sobrellevar que publiquen una foto tuya en Facebook vergonzosa o que te hagan un comentario pernicioso en twitter? Es posible que tú, un adulto hecho y derecho, sufrieras de la misma manera por estos motivos (u otros más adaptados a tu época), por lo que trata de comprender por lo que está pasando.
2.Es la época de la siembra...y de las presiones
Hay ocasiones en las que Hermann Hesse fue un visionario y una de ellas es en su novela “Bajo las ruedas”. Si quieres entender un poco mejor a la juventud, o si ya te olvidaste de tus años adolescentes, revívelos con algunas de estas obras en las que nos hablan de una realidad; la presión social que sufre el adolescente durante los años de instituto por tener que labrarse un futuro cuando ni siquiera su cerebro ha conseguido asentar todos los conocimientos que llegan a él.
3.Ponte en su lugar pero no seas condescendiente
Un gran error en el que incurren los padres es poner a su hijo adolescente en el nivel de adulto para algunas cosas y, sin embargo, tratarle con una condescendencia negativa en otras. Sí, es cierto que los adolescentes se creen que lo saben todo pero es natural que lo crean, ¡y es beneficioso para la humanidad! En la juventud es cuando se tejen las grandes mentes del futuro, los grandes logros de la madurez. ¿De veras te cuesta tanto callar y escuchar a tu hijo acerca de esas grandes ideas – que tú tuviste años atrás – y apoyarle en vez de ningunearle?
4.Reafirma tu autoestima, no tu ego
Sabemos que es terrible que descubras esto pero, en muchos casos, lo que realmente te pone de los nervios de tu hijo adolescente es que él tiene toda la vida por delante, todos los logros en los que tener éxito y toda la energía para llevarlos a cabo. ¿Y tú? Tu tienes la experiencia (personal, no universal) y crees que hacer que tu hijo se sienta un “pupilo” te hará circunscribirte a un rol que te gusta. Sentimos decirte que no. Tú sigues teniendo la edad que tiene y tu hijo continúa teniendo la suya. Hagas lo que hagas y digas lo que digas, él hará de su vida lo que quiera. ¿Por qué no aprovechas esta situación para aprender a reafirmar tu autoestima en vez de reafirmar tu ego, tratando a tu hijo como si fuera un simple e ignorante aprendiz?
5.Deja que te enseñe como es su vida, no te metas en ella
Los padres tienen la costumbre de entrometerse en una edad en la que la intromisión es el peor de los pecados que se puede cometer para un adolescente. No se trata de mantenerse al margen o de ignorar a nuestro hijo adolescente sino de permanecer cerca de él para lo que necesite. La clave está en mostrar interés por cómo es su vida sin intentar solucionar sus problemas ya que él va a tener que enfrentarse a ellos, no solo en la adolescencia sino el resto de su vida. Sin embargo, si él decide mostrarte su mundo, puede que descubras lo duro que es enfrentarse por primera vez a sentimientos como el amor no correspondido, la frustración académica o la traición de la amistad. Y es que, ¿Cómo quieres que a él no le afecte, si tú, adulto hecho y derecho, continúas sufriendo por los mismos dolores que en tu juventud?