Viernes, 05 de time.september de 2014
MANUEL CARRASCOSA ALBA
- Jaen, (España)
Psicología
Psicología
En toda psicoterapia el trabajo del terapeuta es descubrir y tratar el origen del malestar del paciente. En la psicoterapia psicoanalítica esta búsqueda nos lleva a examinar la historia del paciente desde su infancia, pasando por su adolescencia hasta la edad adulta; nos lleva a examinar su forma de vivenciar las figuras importantes para el paciente como sus padres, hermanos, cuidadores y maestros y como esta manera de vivenciarlos influencia y determina la forma de relacionarse posteriormente consigo mismo y con otras figuras importantes: amigos, compañeros de estudio y de trabajo, personas del otro sexo y la pareja o parejas que la persona llegue a tener.
La persona que acude a consulta lo hace por que hay algo que hace o que piensa que le hace sufrir; algo que repite sin saber porque y que ademas no sabe como evitar.
Esta repetición tan dolorosa para el paciente es el resultado de conflictos inconscientes no resueltos entre la instancia instintual y la instancia moral, entre el deseo y la represión de ese deseo en la etapa infantil y en la adolescencia y referido a las figuras importantes en esta etapa. Un deseo no satisfecho que pugna por su realización y una instancia represora que desautoriza, que prohíbe este deseo.
Pues bien el sufrimiento, el malestar, el síntoma es el resultado de la actuación mediante acción o pensamiento de este conflicto no resuelto, a modo de transacción inconsciente de ambas instancias, donde ambas instancias están presentes; una transacción en la que el deseo sigue persiguiendo su realización y la instancia moral el castigo por este deseo prohibido.
En esta pugna el deseo se desplaza inconscientemente hacia otros objetos importantes en las etapas posteriores, apareciendo el síntoma que no seria otra cosa, como Freud nos dice, que la mala conciencia y el castigo por ese deseo.
Por esto el camino hacia la curación en el análisis es el descubrimiento de estos deseos reprimido que en el momento que conseguimos que se hagan conscientes y sean asumidos por el paciente desaparece la sintomatología y el sujeto deja de sufrir.
Manuel Carrascosa Alba
Psicólogo - Psicoanalista
La persona que acude a consulta lo hace por que hay algo que hace o que piensa que le hace sufrir; algo que repite sin saber porque y que ademas no sabe como evitar.
Esta repetición tan dolorosa para el paciente es el resultado de conflictos inconscientes no resueltos entre la instancia instintual y la instancia moral, entre el deseo y la represión de ese deseo en la etapa infantil y en la adolescencia y referido a las figuras importantes en esta etapa. Un deseo no satisfecho que pugna por su realización y una instancia represora que desautoriza, que prohíbe este deseo.
Pues bien el sufrimiento, el malestar, el síntoma es el resultado de la actuación mediante acción o pensamiento de este conflicto no resuelto, a modo de transacción inconsciente de ambas instancias, donde ambas instancias están presentes; una transacción en la que el deseo sigue persiguiendo su realización y la instancia moral el castigo por este deseo prohibido.
En esta pugna el deseo se desplaza inconscientemente hacia otros objetos importantes en las etapas posteriores, apareciendo el síntoma que no seria otra cosa, como Freud nos dice, que la mala conciencia y el castigo por ese deseo.
Por esto el camino hacia la curación en el análisis es el descubrimiento de estos deseos reprimido que en el momento que conseguimos que se hagan conscientes y sean asumidos por el paciente desaparece la sintomatología y el sujeto deja de sufrir.
Manuel Carrascosa Alba
Psicólogo - Psicoanalista