Psicología
La mente está sobrevalorada desde hace mucho tiempo. No es que no sea importante, simplemente es un "órgano" más de nuestro organismo.
¿A dónde quiero llegar?
Cuando una persona sufre un problema, hay que tener presente todo su organismo. Durante décadas los psicólogos nos hemos centrado exclusivamente en la mente, como si fuésemos cirujanos y creyéramos que actuando en una pequeña porción, podríamos solucionar un problema de forma integral. Influye mucho, sí, pero no es suficiente.
¿Queréis una prueba aplastante?
Resulta que en el sistema digestivo almacenamos una red extensa de neuronas (unos 100 millones) interconectadas. Poseemos una estructura neuronal que posee la capacidad de producir y liberar los mismos neurotransmisores, hormonas y moléculas químicas que produce el cerebro.
¿Queréis más?
En nuestro sistema digestivo se produce y almacena el 90% de la serotonina de nuestro cuerpo. Es la misma serotonina que en un 10% se crea en nuestro cerebro superior y de la que depende nuestro bienestar.
¿Será por eso que los famosos antidepresivos son más placebo que otra cosa ya que actúan a nivel cerebral?
Quizás hay que empezar a prestar más atención y cuidados a nuestro estómago, las tripas, no engañan. Además, se ha demostrado que cuidarlo y masajearlo hace que libere benzodiazepinas, uno de los medicamentos por excelencia para el tratamiento de estados ansiosos y depresivos por su efecto relajante y sedante.
Nuestro organismo se retroalimenta a través de los diferentes sistemas que lo regulan, de ahí que nuestros estados emocionales influyan el organismo y a la inversa, un pobre estado de salud repercute en nuestro estado de ánimo.
¿Estamos hablando entonces de la existencia de un segundo cerebro?
Según Irina Matveikova, médica especializada en Endocrinología y Nutrición Clínica, sí.
No os perdáis ésta interesante entrevista que le hicieron en la vanguardia.
Yo por el momento, ávida de saber y entender cómo funciona nuestro organismo, ya tengo su libro en mis manos y pienso estar muy atenta a "mis tripas" y lo que intentan decirme.
Carolina Vázquez Morocho