Viernes, 16 de mayo de 2014
M. Psc. María Paula González
- San Jose, (Costa Rica)
Psicología
Psicología
Somos lo que pensamos
Hay una estrecha relación entre nuestras emociones, nuestras acciones y lo que pensamos. No siempre somos conscientes de ello pero es de suma importancia reflexionar sobre nuestra forma de pensar pues entendiéndola, comprenderemos mejor nuestras emociones y nuestras acciones ante diferentes situaciones de nuestras vidas. Lo invito a hacer un recorrido para reflexionar sobre este tema, con el objetivo de identificar formas poco saludables de pensar que pueden tener consecuencias en su bienestar emocional.
¿Le ha sucedido que después de haber pasado por una situación se ha sentido estresado, angustiado o inclusive triste? Y se ha preguntado a sí mismo ¿Porqué me siento así? Sin tener una idea clara de lo que le sucede. Pues esa sensación la tenemos muchos, y una reacción común en las personas es llegar a la conclusión que la situación por la que acaban de pasar es la causante del malestar. Después de haber llegado a esta conclusión muchas personas intentan repetidas veces cambiar situaciones con la intención de sentirse “mejor” y de ser más felices. Pensar de esta manera muchas veces no funciona si tenemos en cuenta que hay situaciones que no están bajo nuestro control y que no podemos cambiar. ¿Y entonces? Se estará preguntando. ¿Qué puedo hacer?
Si vive pensando que para ser más feliz tiene que cambiar las situaciones y a las personas a su alrededor entonces intentará alcanzar su objetivo sin frutos. Piénselo así, si los responsables de su malestar son los otros o las situaciones, no hay nada que usted pueda hacer para cambiar lo que le sucede. La clave para tener mayor bienestar en su vida no está afuera, está dentro de usted mismo.
No son las situaciones en sí las que le perturban si no la interpretación que hace de ellas a través de sus pensamientos, los cuales surgen después de una situación vivida e influyen en las emociones que experimentan y en su manera de actuar. Estas creencias o pensamientos de las que hablamos pueden ser racionales o irracionales. Cuando las creencias son racionales, decimos que tienen una base real que las sustenta. Cuando por el contrario son irracionales, no cuentan con una base real que las sustenta y por lo tanto no son saludables. La terapia racional emotiva conductual (TREC) nos sirve para ilustrar el punto que discutimos:
Las creencias racionales son las que le permiten tener una visión más objetiva y saludable en la vida. Nos enfocaremos ahora en las irracionales para aprender a reconocerlas y a lidiar con ellas con el fin de mejorar nuestra calidad de vida.
Albert Ellis, creador de la terapia racional emotiva conductual, agrupó 11 creencias irracionales que pueden impedir la búsqueda plena de nuestro bienestar. Es importante revisarlas e identificar cuales de ellas experimenta con frecuencia. Esto le ayudará a comprender las emociones que experimenta y la acciones que realiza en su día a día.
A continuación podemos leer un resumen de algunas creencias irracionales propuestas por Ellis (1977):
Estas creencias son irracionales pues se viven de manera rígida, no permitiendo abrirse a nueva información que le facilite afrontar ciertas situaciones de manera efectiva. Pongamos el ejemplo de la creencia irracional número 9; si usted pasó por alguna situación difícil y dolorosa en el pasado y continúa pensando recurrentemente en ella y atormentándose con la idea de que continuará sucediendo, entonces vivirá su vida atado al pasado y sufriendo en el presente por lo que no ha sucedido. Negándose la oportunidad de abrirse a nuevas experiencias que podrían ser diferentes y placenteras.
Una recomendación después de identificar las creencias irracionales de la lista, es encontrar formas de pensar más positivas, flexibles, reales y saludables que le permitan afrontar de mejor manera las diferentes situaciones en su vida. Este ejercicio de pensar diferente requerirá de esfuerzo y se irá afianzando con la práctica. En ocasiones puede beneficiarse de un acompañamiento psicológico para hacerlo pero si se trabaja en ello puede lograr mejorar su estilo de vida. Teniendo una visión más saludable, experimentará mayor bienestar emocional y esto le ayudará para afrontar de una mejor manera las situaciones y retos que se le presenten en la vida.
La clave para experimentar mayor bienestar, emociones más placenteras y afrontar de manera positiva las situaciones que se le presentan es transformar las creencias que le impiden tener una visión más real y positiva de las mismas. La clave para hacerlo está en usted mismo. Lo invito para que haga un alto en el camino y reflexione como está afrontando hasta ahora las situaciones y como le gustaría afrontarlas en el futuro pues ahí obtendrá el resorte motivacional que necesita para reestructurar su manera de pensar.
M. Psc. María Paula González Pérez
Hay una estrecha relación entre nuestras emociones, nuestras acciones y lo que pensamos. No siempre somos conscientes de ello pero es de suma importancia reflexionar sobre nuestra forma de pensar pues entendiéndola, comprenderemos mejor nuestras emociones y nuestras acciones ante diferentes situaciones de nuestras vidas. Lo invito a hacer un recorrido para reflexionar sobre este tema, con el objetivo de identificar formas poco saludables de pensar que pueden tener consecuencias en su bienestar emocional.
¿Le ha sucedido que después de haber pasado por una situación se ha sentido estresado, angustiado o inclusive triste? Y se ha preguntado a sí mismo ¿Porqué me siento así? Sin tener una idea clara de lo que le sucede. Pues esa sensación la tenemos muchos, y una reacción común en las personas es llegar a la conclusión que la situación por la que acaban de pasar es la causante del malestar. Después de haber llegado a esta conclusión muchas personas intentan repetidas veces cambiar situaciones con la intención de sentirse “mejor” y de ser más felices. Pensar de esta manera muchas veces no funciona si tenemos en cuenta que hay situaciones que no están bajo nuestro control y que no podemos cambiar. ¿Y entonces? Se estará preguntando. ¿Qué puedo hacer?
Si vive pensando que para ser más feliz tiene que cambiar las situaciones y a las personas a su alrededor entonces intentará alcanzar su objetivo sin frutos. Piénselo así, si los responsables de su malestar son los otros o las situaciones, no hay nada que usted pueda hacer para cambiar lo que le sucede. La clave para tener mayor bienestar en su vida no está afuera, está dentro de usted mismo.
No son las situaciones en sí las que le perturban si no la interpretación que hace de ellas a través de sus pensamientos, los cuales surgen después de una situación vivida e influyen en las emociones que experimentan y en su manera de actuar. Estas creencias o pensamientos de las que hablamos pueden ser racionales o irracionales. Cuando las creencias son racionales, decimos que tienen una base real que las sustenta. Cuando por el contrario son irracionales, no cuentan con una base real que las sustenta y por lo tanto no son saludables. La terapia racional emotiva conductual (TREC) nos sirve para ilustrar el punto que discutimos:
Las creencias racionales son las que le permiten tener una visión más objetiva y saludable en la vida. Nos enfocaremos ahora en las irracionales para aprender a reconocerlas y a lidiar con ellas con el fin de mejorar nuestra calidad de vida.
Albert Ellis, creador de la terapia racional emotiva conductual, agrupó 11 creencias irracionales que pueden impedir la búsqueda plena de nuestro bienestar. Es importante revisarlas e identificar cuales de ellas experimenta con frecuencia. Esto le ayudará a comprender las emociones que experimenta y la acciones que realiza en su día a día.
A continuación podemos leer un resumen de algunas creencias irracionales propuestas por Ellis (1977):
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Estas creencias son irracionales pues se viven de manera rígida, no permitiendo abrirse a nueva información que le facilite afrontar ciertas situaciones de manera efectiva. Pongamos el ejemplo de la creencia irracional número 9; si usted pasó por alguna situación difícil y dolorosa en el pasado y continúa pensando recurrentemente en ella y atormentándose con la idea de que continuará sucediendo, entonces vivirá su vida atado al pasado y sufriendo en el presente por lo que no ha sucedido. Negándose la oportunidad de abrirse a nuevas experiencias que podrían ser diferentes y placenteras.
Una recomendación después de identificar las creencias irracionales de la lista, es encontrar formas de pensar más positivas, flexibles, reales y saludables que le permitan afrontar de mejor manera las diferentes situaciones en su vida. Este ejercicio de pensar diferente requerirá de esfuerzo y se irá afianzando con la práctica. En ocasiones puede beneficiarse de un acompañamiento psicológico para hacerlo pero si se trabaja en ello puede lograr mejorar su estilo de vida. Teniendo una visión más saludable, experimentará mayor bienestar emocional y esto le ayudará para afrontar de una mejor manera las situaciones y retos que se le presenten en la vida.
La clave para experimentar mayor bienestar, emociones más placenteras y afrontar de manera positiva las situaciones que se le presentan es transformar las creencias que le impiden tener una visión más real y positiva de las mismas. La clave para hacerlo está en usted mismo. Lo invito para que haga un alto en el camino y reflexione como está afrontando hasta ahora las situaciones y como le gustaría afrontarlas en el futuro pues ahí obtendrá el resorte motivacional que necesita para reestructurar su manera de pensar.
M. Psc. María Paula González Pérez