Miércoles, 23 de julio de 2014
Psicóloga Montse Jiménez
- Terrassa, (España)
Psicología
Psicología
El flujo es el estado mental operativo en el cual la persona está completamente inmersa en la actividad que está ejecutando. Se caracteriza por un sentimiento de enfocar la energía, de total implicación con la tarea, y de éxito en la realización de la actividad. Esta sensación se experimenta mientras la actividad está en curso. El concepto de flujo fue propuesto por el psicólogo Mihály en 1975 y, a partir de entonces, se ha difundido extensamente en diferentes campos.
El estado de flujo es así llamado debido a que durante las entrevistas que hizo Csikszentmihalyi durante 1975 las personas describían sus experiencias de “flujo” usando la metáfora de una corriente que les llevaba hacia adelante. El concepto psicológico de flujo como llegar a estar absorbido por una actividad, no tiene relación de esta manera con la expresión anglosajona “ir con la corriente”.
Si crees que nunca has experimentado el estado de flujo y quieres entrenarte en ello, lo primero que has de hacer es elegir la actividad que más te atraiga; puede ser pintar, cantar, escribir, etc.
Es preferible empezar en un momento en el que no te sientas agobiad@, con preocupaciones o ansiso@ ya que así te resultará más fácil concentrarte.
Tómate el tiempo necesario para que surjan las ganas de comenzar. Inicia la tarea sin ninguna expectativa sobre el resultado. Sólo presta atención a la tarea y sumérgete en ella. Evita todo juicio sobre la actividad, déjate llevar. Se trata, básicamente, de disfrutar con lo que se está realizando; sentir el simple placer de hacerlo y dejarse llevar por ello.
El estado de flujo es así llamado debido a que durante las entrevistas que hizo Csikszentmihalyi durante 1975 las personas describían sus experiencias de “flujo” usando la metáfora de una corriente que les llevaba hacia adelante. El concepto psicológico de flujo como llegar a estar absorbido por una actividad, no tiene relación de esta manera con la expresión anglosajona “ir con la corriente”.
Si crees que nunca has experimentado el estado de flujo y quieres entrenarte en ello, lo primero que has de hacer es elegir la actividad que más te atraiga; puede ser pintar, cantar, escribir, etc.
Es preferible empezar en un momento en el que no te sientas agobiad@, con preocupaciones o ansiso@ ya que así te resultará más fácil concentrarte.
Tómate el tiempo necesario para que surjan las ganas de comenzar. Inicia la tarea sin ninguna expectativa sobre el resultado. Sólo presta atención a la tarea y sumérgete en ella. Evita todo juicio sobre la actividad, déjate llevar. Se trata, básicamente, de disfrutar con lo que se está realizando; sentir el simple placer de hacerlo y dejarse llevar por ello.