Lunes, 01 de time.september de 2014
Consult Psicologia Clinica MDS
- Las Terrenas, Samaná, (República Dominicana)
Psicología
Psicología
El acoso escolar (en inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado, o a través de las redes sociales (ciberacoso). El tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayormente en el aula o en el patio de los centros escolares. Por lo general suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia, siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas. Es una forma violencia en la que las víctimas acarrean una serie de problemas, cuyas consecuencias pueden ser en algunos casos la depresión, ansiedad, baja autoestima, la sensación de impotencia, de frustración y de sentimientos de minusvalía e indefensión, que en el peor de los casos, podría tener consecuencias como el riesgo de suicidio.
El bullying se caracteriza por una reiterada intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder ejercido por un agresor más fuerte, quedando expuesto física y emocionalmente ante el maltratador y como resultado podrían quedar una serie de secuelas psicológicas. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, debido al hostigamiento prolongado. Por lo general el acoso toma la forma de bloqueo social, hostigamiento, manipulación, coacciones, exclusión social, intimidación, agresiones y amenazas.
Existen algunos indicadores de que el niño o el joven podría estar siendo víctima del bullying, como son los cambios en el estado de ánimo, renuencia a asistir a la escuela sin una causa justificada, nerviosismo y distracción y aislamiento. En algunos casos pueden comenzar a desaparecer objetos de valor o dinero, como una forma de extorsión por parte del acosador. Hay que estar atentos a si presenta en su cuerpo moratones, heridas, como señales de agresión física. En adición a lo anterior, podría observarse el escaso contacto con los amigos, hablar poco de las actividades del colegio, bajo rendimiento escolar, presentación de síntomas psicosomáticos como dolores de cabeza, vómitos, dolor abdominal o de espalda entre otros
El acoso en el ámbito escolar puede darse en niños o jóvenes con características diferentes, como aquellos con algún tipo de retraso evidente, ser de otra nacionalidad, ser nuevo en la escuela, o por motivos racistas. Victoria Toro señala que las víctimas preferidas son por lo general los más inteligentes, los que destacan en actividades académicas, o los más tímidos. Estos niños tienden a ser poco sociables y se distinguen por no tener la disposición para defenderse.
Una de las principales características del acosador es la falta de empatía, la cual le inclina a ser insensible al sufrimiento de la otra persona. No tener remordimientos ante los abusos por considerar que la víctima lo merece o que le ha provocado de alguna manera. Un factor preponderante se origina en el medio familiar por una deficiencia en el establecimiento de límites que harán que no respete a los profesores o a las normas establecidas en el colegio y que de alguna manera lo conviertan desde muy temprana edad en un “pequeño tirano”. Asimismo, el agresor manifiesta un comportamiento provocador y de intimidación permanente en el que mayormente se vale de la agresividad para resolver los problemas. Es bastante frecuente que proceda de hogares donde es maltratado física o verbalmente o donde la familia sea poco afectiva. En su lado opuesto, pueden ser también niños o jóvenes con una baja autoestima cuyo mecanismo de compensación sea empequeñecer a los demás, porque los vean más inteligentes o porque las víctimas se destaquen en cualquier área.
La Asociación Americana de Psicología (APA) sugiere una serie de medidas para la prevención del acoso escolar por parte de maestros, padres y alumnos, entre las que se encuentran la creación de un ambiente seguro dentro del recinto escolar, donde jóvenes y niños puedan desarrollarse sin temor. Las autoridades escolares deben enfatizar que no se tolerará ningún tipo de abuso y que debe ser reportado inmediatamente, de forma tal que los adultos puedan intervenir tomando las medidas pertinentes.
Una vez detectado el bullying, no deben programarse reuniones con el acosador y la víctima pues podría agravar el problema e intimidaría al abusado. APA sugiere la creación de equipos de seguridad dentro del recinto así como una serie de charlas informativas y documentos donde se establezcan las consecuencias que este tipo de acciones podrían generar.
En cuanto a los padres se recomienda que hagan sentir a sus hijos que se les brindará todo tipo de apoyo y que por ende, no se queden callados si están siendo víctimas del abuso. Les deben decir a sus hijos que no intenten confrontar a sus atacantes con violencia y que una vez han sido abusados que reporten el hecho de inmediato. Los padres deben tomar acciones directas y específicas informando por escrito lo sucedido a la dirección del colegio o escuela. Si después de haber agotado todos los recursos para buscar una solución al problema, el abuso continúa y las autoridades escolares y los familiares no toman ninguna medida, es el momento de realizar una denuncia ante la policía que ponga fin al abuso. A través del acoso cibernético (Cyberbullying), los jóvenes reciben continuamente mensajes ofensivos en sitios como Facebook, MySpace, Tumblr y Formspring. En estos dos últimos, se permite la creación de mensajes anónimos. Una medida para remediar esto es guardar dichos mensajes y reportarlos a la policía. Los padres deberán explicar a sus hijos que hasta tanto se solucione ese problema, ellos deberán tener acceso a sus equipos celulares, laptops y PCs, así como evitar su uso a altas horas de la noche.
El bullying crea daños en las víctimas a nivel psicológico, su autoestima se deteriora enormemente, mina la confianza en las demás personas y les llena de temor e inseguridad. La sensación de impotencia y la frustración se hacen cargo de estos niños y jóvenes abusados y como resultado, la depresión puede estar presente junto al deseo de acabar con la vida, porque esto resulta intolerable para ellos.
El problema se recrudece con el silencio por miedo a consecuencias mayores, de ahí que el aislamiento social, impida hablar con otras personas y contarles lo que está sucediendo. Estos son factores de riesgo que desafortunadamente les podrían llevar al suicidio. Si no se ha detectado a tiempo el acoso escolar y estos niños presentan un cuadro como el descrito, los padres deben acudir de inmediato donde un profesional para que reciban asistencia psicológica y así evitar males mayores.
Maritza Díaz Savary, M.A
Psicóloga Clínica
Tel. (809) 508-7632 y (829) 994-6119
https://www.facebook.com/maritzadiazsavaryterapeuta?ref=hl
El bullying se caracteriza por una reiterada intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder ejercido por un agresor más fuerte, quedando expuesto física y emocionalmente ante el maltratador y como resultado podrían quedar una serie de secuelas psicológicas. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, debido al hostigamiento prolongado. Por lo general el acoso toma la forma de bloqueo social, hostigamiento, manipulación, coacciones, exclusión social, intimidación, agresiones y amenazas.
Existen algunos indicadores de que el niño o el joven podría estar siendo víctima del bullying, como son los cambios en el estado de ánimo, renuencia a asistir a la escuela sin una causa justificada, nerviosismo y distracción y aislamiento. En algunos casos pueden comenzar a desaparecer objetos de valor o dinero, como una forma de extorsión por parte del acosador. Hay que estar atentos a si presenta en su cuerpo moratones, heridas, como señales de agresión física. En adición a lo anterior, podría observarse el escaso contacto con los amigos, hablar poco de las actividades del colegio, bajo rendimiento escolar, presentación de síntomas psicosomáticos como dolores de cabeza, vómitos, dolor abdominal o de espalda entre otros
El acoso en el ámbito escolar puede darse en niños o jóvenes con características diferentes, como aquellos con algún tipo de retraso evidente, ser de otra nacionalidad, ser nuevo en la escuela, o por motivos racistas. Victoria Toro señala que las víctimas preferidas son por lo general los más inteligentes, los que destacan en actividades académicas, o los más tímidos. Estos niños tienden a ser poco sociables y se distinguen por no tener la disposición para defenderse.
Una de las principales características del acosador es la falta de empatía, la cual le inclina a ser insensible al sufrimiento de la otra persona. No tener remordimientos ante los abusos por considerar que la víctima lo merece o que le ha provocado de alguna manera. Un factor preponderante se origina en el medio familiar por una deficiencia en el establecimiento de límites que harán que no respete a los profesores o a las normas establecidas en el colegio y que de alguna manera lo conviertan desde muy temprana edad en un “pequeño tirano”. Asimismo, el agresor manifiesta un comportamiento provocador y de intimidación permanente en el que mayormente se vale de la agresividad para resolver los problemas. Es bastante frecuente que proceda de hogares donde es maltratado física o verbalmente o donde la familia sea poco afectiva. En su lado opuesto, pueden ser también niños o jóvenes con una baja autoestima cuyo mecanismo de compensación sea empequeñecer a los demás, porque los vean más inteligentes o porque las víctimas se destaquen en cualquier área.
La Asociación Americana de Psicología (APA) sugiere una serie de medidas para la prevención del acoso escolar por parte de maestros, padres y alumnos, entre las que se encuentran la creación de un ambiente seguro dentro del recinto escolar, donde jóvenes y niños puedan desarrollarse sin temor. Las autoridades escolares deben enfatizar que no se tolerará ningún tipo de abuso y que debe ser reportado inmediatamente, de forma tal que los adultos puedan intervenir tomando las medidas pertinentes.
Una vez detectado el bullying, no deben programarse reuniones con el acosador y la víctima pues podría agravar el problema e intimidaría al abusado. APA sugiere la creación de equipos de seguridad dentro del recinto así como una serie de charlas informativas y documentos donde se establezcan las consecuencias que este tipo de acciones podrían generar.
En cuanto a los padres se recomienda que hagan sentir a sus hijos que se les brindará todo tipo de apoyo y que por ende, no se queden callados si están siendo víctimas del abuso. Les deben decir a sus hijos que no intenten confrontar a sus atacantes con violencia y que una vez han sido abusados que reporten el hecho de inmediato. Los padres deben tomar acciones directas y específicas informando por escrito lo sucedido a la dirección del colegio o escuela. Si después de haber agotado todos los recursos para buscar una solución al problema, el abuso continúa y las autoridades escolares y los familiares no toman ninguna medida, es el momento de realizar una denuncia ante la policía que ponga fin al abuso. A través del acoso cibernético (Cyberbullying), los jóvenes reciben continuamente mensajes ofensivos en sitios como Facebook, MySpace, Tumblr y Formspring. En estos dos últimos, se permite la creación de mensajes anónimos. Una medida para remediar esto es guardar dichos mensajes y reportarlos a la policía. Los padres deberán explicar a sus hijos que hasta tanto se solucione ese problema, ellos deberán tener acceso a sus equipos celulares, laptops y PCs, así como evitar su uso a altas horas de la noche.
El bullying crea daños en las víctimas a nivel psicológico, su autoestima se deteriora enormemente, mina la confianza en las demás personas y les llena de temor e inseguridad. La sensación de impotencia y la frustración se hacen cargo de estos niños y jóvenes abusados y como resultado, la depresión puede estar presente junto al deseo de acabar con la vida, porque esto resulta intolerable para ellos.
El problema se recrudece con el silencio por miedo a consecuencias mayores, de ahí que el aislamiento social, impida hablar con otras personas y contarles lo que está sucediendo. Estos son factores de riesgo que desafortunadamente les podrían llevar al suicidio. Si no se ha detectado a tiempo el acoso escolar y estos niños presentan un cuadro como el descrito, los padres deben acudir de inmediato donde un profesional para que reciban asistencia psicológica y así evitar males mayores.
Maritza Díaz Savary, M.A
Psicóloga Clínica
Tel. (809) 508-7632 y (829) 994-6119
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