Psicología
¿Quienes son los más propensos a sufrirlo? ¿Cualés son sus consecuencias? ¿Cómo detenerlo? ¿ Los padres o maestros, ayuda o complicés?
¿Qué es el Bullying o acoso escolar?
El bullying o acoso escolar se entiende como un fenómeno de violencia interpersonal injustificada que ejerce una persona o grupo contra sus semejantes y que tiene efectos de victimización en quien lo recibe. Se trata estructuralmente de un abuso de poder entre iguales. La mayoría de la personas padecen o han padecido algún tipo de acoso escolar, en la memoria del 80% hay al menos un episodio de este tipo, ya sea desde el papel de víctima, amigo o agresor.
Existen cuatro criterios que deben de cumplirse para considerarse abuso escolar. El primero es que el niño sea agresivo e intencionalmente dañino hacia los demás, también que este abuso se produzca de forma repetida y como tal produzca en una relación un desequilibro de poder y por último, que este abuso se realice sin provocación alguna por parte de la víctima.
El acoso escolar suele implicar diversos tipos de conductas como burlas, amenazas, intimidaciones, agresiones físicas, aislamiento sistemático, insultos, etc. No se limita a un acontecimiento aislado, sino que se repite constantemente y puede prolongarse por largos periodos de tiempo. Generalmente los abusos se dan de un individuo (abusador), que es apoyado por un grupo, en contra de una víctima que se encuentra indefensa y que no puede por sí misma, salir de la situación. Por otro lado, la situación se mantiene debido a la ignorancia o la pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las victimas sin intervenir directamente.
Es importante tener en cuenta que las victimas de menor edad denuncian más que las de mayor edad,
¿Quién es el agresor y quién es la victima?
Las conductas de acoso e intimidación entre escolares, suelen producirse entre los 10 y 14 años y van disminuyendo a medido que los niños crecen.
Existe la creencia generalizada de que lo niños que sufren los malos tratos de sus compañeros son escogidos por su aspecto, por ejemplo, el hecho de tener sobrepeso ir vestido pobremente o usar lentes, pero no suele ocurrir así en el caso de los niños más pequeños de las escuela primaria, al contrario las víctimas suelen ser pasivas, inseguras y sumisas antes sus iguales o ansiosas o agresivas, sin embargo en cuarto o quinto año tienden a ser los niños con rasgos físicos determinados y unas características conductuales dadas.
Es importante mencionar que el comportamiento agresivo y duro de los agresores es una manifestación de su inseguridad y de su baja autoestima.
Lo que el agresor hace es proyectar sus problemas en alguien que considera más debil o como poco apoyo social.
En cuanto a las víctimas del acoso escolar, como característica principal, podemos decir que siempre se encuentran en lo más bajo de la escala social. Las víctimas se dividen en dos categorías las pasivas y las provocadoras.
Se describen como niños ansiosos, inseguros, callados, que tienen miedo a la confrontación, que lloran y e incomodan fácilmente y que carecen de amigos. De igual forma tienen una baja autoestima, y rara vez denuncian los abusos ya que se encuentran temerosos de las represalias.
De igual forma las víctimas pasivas son más débiles que sus agresores, se sienten fracasadas y con falta de atractividad, tienen poco sentido del humor y su entorno social las percibe como pasivas.
Por otra parte Salmivalli y colaboradores (1996) argumental que la impopularidad de las víctimas puede ser una de las principales condiciones que lleva a elegirlas como víctimas, pero que una vez elegidas el hecho de someterlas a la victimización puede activar una norma que prohíba sentir simpatía hacia ellas.
¿A qué edades afecta más?
La edad es una variable muy importante. Las edades donde hay más bullying son de los 10 hasta los 15 años, es decir, los dos últimos años de primaria y los primeros de secundaria. Un detalle muy importante de las investigaciones es que a los 16 años esto declina mucho: a partir de que los niños han pasado el periodo más agitado de lo que llamamos la adolescencia, ese bullying extenso y medio blando desaparece.
¿Cómo reaccionan las victimas ante la violencia del bullying?
Se sienten indefensos, tienen miedo generalizado, síntomas regresivos como chuparse el dedo, deficiente concentración y aprendizaje, sentimientos de responsabilidad y culpa, trastornos de sueño y conductas alteradas incongruentes que tiende a ser agresiva y temeraria.
La “Conspiración del silencio” entre maestros y la escuela
La escaza frecuencia con la que los alumnos comunican al profesorado los episodios de violencia que sufren o conocen, los lleva a que sean sus amigos la principal fuente de ayuda.
El profesorado solo actúa cuando se sufren robos, agresiones físicas y amenazas para intimidar. Resulta llamativo que no suele encontrarse ayuda en ninguna figura ante las exclusiones, uno de los principales problemas de la escuela actual.
La tradicional falta de respuesta de la escuela ante la violencia que en ellas se produce es considerada actualmente como una condición de riesgo. Para explicarlo, conviene tener en cuenta que esta conspiración del silencio deja a las víctimas sin ayuda y suele ser interpretada por los agresores como un apoyo implícito.
En relación con lo cual cabe considerar que la violencia entre escolares disminuya cuando se rompe dicha conspiración, estableciendo contextos normalizados en los que se trate sobre la violencia escolar, proporcionando a las víctimas la oportunidad de recibir ayuda sin ser estigmatizadas por ello, y a los agresores la de recibir el tratamiento educativo disciplinario que requieren.
Los profesores intentan ayudar, pero a veces no se enteran o no saben impedir la violencia entre iguales que se produce en la escuela. Los padres en colaboración con los profesores son un componente clave para reducir el acoso, ya que los padres tienen la obligación de informar a la escuela cuando sus hijos son víctimas de acoso, esta diada puede ayudar tanto al niño acosado como al niño agresor.
Los padres pueden dirigir de forma positiva la conducta de su hijo para construir relaciones adecuadas con los demás.
Las consecuencias
Los niños que han sido identificados como acosadores en la escuela tienen mucha mayor probabilidad de abandonar los estudios mas tarde, de cometer actos delictivos así como tener y asociarlos con conductas agresivas, además de tratar a sus propios hijos y cónyuges con más agresividad y mayor severidad que aquellos que dicen no haber sido nunca acosadores en la escuela, por esta razón sus hijos se pueden convertir en los acosadores escolares, o tender a esas conductas en el futuro.
Por otra parte, se menciona que el hecho de haber sido víctima del acoso escolar produce en los niños unos efectos a largo plazo, entre ellos la disminución radical de autoestima, mayor depresión y suicidio, de igual forma esto puede afectar su desempeño académico, ya que se ha comprobado que muestran una menor capacidad de aprendizaje, debido al estrés que les produce el miedo.
De igual forma entre los efectos que el bullying produce en las víctimas se encuentra el deterioro de la autoestima, ansiedad, depresión, fobia escolar e intentos de suicidio, con repercusiones negativas en el desarrollo de la personalidad, la socialización y la salud mental en general.