Miércoles, 27 de abril de 2016
Psicóloga Clínica Juliana Urrego Nieto
- Bogota, (Colombia)
Psicología
Psicología
Cuando miramos a nuestro alrededor vemos que casi todo gira en torno a las parejas, partiendo de que salimos de una de ellas y que nosotros vivimos o hemos vivido en pareja. Pero una pregunta que nos hacemos constantemente es, ¿Qué mantiene unida a las parejas?, ¿Cuál es la razón para tomar la determinación de conformar una e irse a vivir juntos?, unos pueden llegar a decir que es el amor el que lleva a unirse a dos personas, la parte romántica que tiene el ser humano; pero si reflexionamos más profundamente, vemos que no solo eso puede ser un factor desencadenante de esa determinación. Es un factor importante sí, es cierto, pero existen otros componentes como el dinero, el hacerse compañía, el compartir o simplemente el saber que se tiene a la otra persona junto a uno.
Pero cuando se presentan los conflictos en las uniones nos llegamos a preguntar, qué desencadeno esa dificultad, y cuando se presentan las separaciones o los divorcios también llegamos a preguntarnos y a inquietarnos por esa determinación. Damos muchas vueltas para encontrar las razones por las cuales se separan las personas, dejando de ver a nuestro alrededor y realizando conjeturas para buscar las respuestas precisas a esas determinaciones. Se nos puede llegar a olvidar que al tomar la determinación de conformar una pareja, se establece un contrato ya sea de tipo matrimonial, como dice Sager en su libro Contrato Matrimonial (2003) “El contrato formal que puede firmar una pareja expresa la ideología y resume sus principios; es una expresión concreta de sentimientos y actitudes, en la medida en que los individuos son conscientes de ellas…”, y esta allí escrito, ser consciente de ello, de esa determinación, del paso importante que se da en la vida, paso que debe tomarse con la corresponsabilidad de las consecuencias de esa acción. Pero en algunos momentos por la falta de comunicación entre la pareja se da por dicho lo que realmente piensa y quiere el uno con el otro, se da por sentado ese contrato matrimonial como si la otra persona tuviera la capacidad de llegar a adivinar qué es lo quiere o piensa el otro. Cuando no se deja claro entre la pareja lo que realmente se quiere el uno con el otro, se generan las dificultades.
Partamos de una premisa, Amar no es fácil, pero no es imposible hacerlo, se puede llegar a tomar como el intercambio de sentimientos, emociones y hasta de la misma concepción de amor que tenga el sujeto, o como dice Sternberg (1984), “se puede llegar a entender el amor como un compuesto de tres elementos: intimidad, pasión y compromiso”. ¿Por qué?, porque podemos partir de que el amor es una historia, como dice Sternberg (1984), de los diferentes significados que le damos al amor o al romanticismo, de la misma idea de amor que tenemos como personas, de la historia de amor que hemos tenido en nuestra vida, de esa manera manejamos nuestra relación o la establecemos.
Como se dijo anteriormente el amor no es el único camino para conformar una pareja, pero no se puede desconocer que también es importante ese condimento. Cada pareja inicia un camino juntos, buscando el significado y el sentido del uno con el otro, del compartir el tiempo y el espacio con la otra persona. Se inicia el proceso de conocimiento mutuo, de intercambio de ideales y la conformación de proyectos de vida en pareja. Pasos importantes en todas las parejas, siempre y cuando se permitan disfrutarse el uno con el otro, de escucharse, verse, sentirse y vivirse en pareja y relaciono con esto algo importante que dice Cyrulnik (2005) “Las parejas casadas jóvenes aún están en vías de desarrollo cuando se casan; la personalidad sigue siendo maleable mucho tiempo más y la aventura social queda por inventar. Aún están transformándose cuando el amor permite a cada uno marcar su impronta en el otro. Luego, el apego se teje día a día, gesto tras gesto, lo que permite a dos seres soportar juntos las dificultades que nunca habrían tenido si no se hubieran casado. El vínculo se fortalece y el deseo se apaga”.
Relacionado con lo anterior, por eso del título de este escrito, ¿El arte de vivir en pareja?, la pregunta es muy interesante y la respuesta puede ser aún mejor, dice la gente, se puede considerar un arte porque se puede convertir en una danza entre dos cuerpos que se atraen, dos sujetos que se miran desde lejos como dos obras de arte, se detallan como analizando una escultura, se disfrutan como escuchando una sinfónica, el arte de compartir, de convivir y de amar, el arte de pensar con el otro. En la galería de la vida, las obras de arte llamadas también parejas se forman y transforman día a día, siempre y cuando cada uno de los miembros quiera hacerlo, se comprometa a vivirlo y a disfrutando, no importando los mil y un laberintos que deban afrontar juntos.
Pero cuando se presentan los conflictos en las uniones nos llegamos a preguntar, qué desencadeno esa dificultad, y cuando se presentan las separaciones o los divorcios también llegamos a preguntarnos y a inquietarnos por esa determinación. Damos muchas vueltas para encontrar las razones por las cuales se separan las personas, dejando de ver a nuestro alrededor y realizando conjeturas para buscar las respuestas precisas a esas determinaciones. Se nos puede llegar a olvidar que al tomar la determinación de conformar una pareja, se establece un contrato ya sea de tipo matrimonial, como dice Sager en su libro Contrato Matrimonial (2003) “El contrato formal que puede firmar una pareja expresa la ideología y resume sus principios; es una expresión concreta de sentimientos y actitudes, en la medida en que los individuos son conscientes de ellas…”, y esta allí escrito, ser consciente de ello, de esa determinación, del paso importante que se da en la vida, paso que debe tomarse con la corresponsabilidad de las consecuencias de esa acción. Pero en algunos momentos por la falta de comunicación entre la pareja se da por dicho lo que realmente piensa y quiere el uno con el otro, se da por sentado ese contrato matrimonial como si la otra persona tuviera la capacidad de llegar a adivinar qué es lo quiere o piensa el otro. Cuando no se deja claro entre la pareja lo que realmente se quiere el uno con el otro, se generan las dificultades.
Partamos de una premisa, Amar no es fácil, pero no es imposible hacerlo, se puede llegar a tomar como el intercambio de sentimientos, emociones y hasta de la misma concepción de amor que tenga el sujeto, o como dice Sternberg (1984), “se puede llegar a entender el amor como un compuesto de tres elementos: intimidad, pasión y compromiso”. ¿Por qué?, porque podemos partir de que el amor es una historia, como dice Sternberg (1984), de los diferentes significados que le damos al amor o al romanticismo, de la misma idea de amor que tenemos como personas, de la historia de amor que hemos tenido en nuestra vida, de esa manera manejamos nuestra relación o la establecemos.
Como se dijo anteriormente el amor no es el único camino para conformar una pareja, pero no se puede desconocer que también es importante ese condimento. Cada pareja inicia un camino juntos, buscando el significado y el sentido del uno con el otro, del compartir el tiempo y el espacio con la otra persona. Se inicia el proceso de conocimiento mutuo, de intercambio de ideales y la conformación de proyectos de vida en pareja. Pasos importantes en todas las parejas, siempre y cuando se permitan disfrutarse el uno con el otro, de escucharse, verse, sentirse y vivirse en pareja y relaciono con esto algo importante que dice Cyrulnik (2005) “Las parejas casadas jóvenes aún están en vías de desarrollo cuando se casan; la personalidad sigue siendo maleable mucho tiempo más y la aventura social queda por inventar. Aún están transformándose cuando el amor permite a cada uno marcar su impronta en el otro. Luego, el apego se teje día a día, gesto tras gesto, lo que permite a dos seres soportar juntos las dificultades que nunca habrían tenido si no se hubieran casado. El vínculo se fortalece y el deseo se apaga”.
Relacionado con lo anterior, por eso del título de este escrito, ¿El arte de vivir en pareja?, la pregunta es muy interesante y la respuesta puede ser aún mejor, dice la gente, se puede considerar un arte porque se puede convertir en una danza entre dos cuerpos que se atraen, dos sujetos que se miran desde lejos como dos obras de arte, se detallan como analizando una escultura, se disfrutan como escuchando una sinfónica, el arte de compartir, de convivir y de amar, el arte de pensar con el otro. En la galería de la vida, las obras de arte llamadas también parejas se forman y transforman día a día, siempre y cuando cada uno de los miembros quiera hacerlo, se comprometa a vivirlo y a disfrutando, no importando los mil y un laberintos que deban afrontar juntos.