Psicología
Pasadas las fiestas, los regalos, las celebraciones, los gastos y los abusos nos espera la temida cuesta de Enero. En este mes empieza un nuevo año y con ello un nuevo ciclo con todas las incertidumbres que ello acarrea. Además tenemos que hacer frente a un montón de deudas y trabajo atrasado, todo ello aderezado con unas buenas dosis de Síndrome Postvacacional, hacen de Enero el peor mes del año. Llega la hora de enfrentarse a la dura realidad y volver a la rutina del día a día. A esto se suma el estrés de los propósitos para cumplir en el nuevo año como ir al gimnasio, ponerse a dieta o dejar de fumar, más el intenso frío y la oscuridad que caracterizan los días de invierno y que también afectan al estado de ánimo. Estas son algunas de las razones que, según investigaciones médicas, hacen de Enero uno de los meses más tristes de todo el año.
Diferentes reportes, como el realizado por el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), indican que a comienzos de año aumenta el número de personas que sufren de depresión o que requieren de atención psicológica para tratar éste y otros problemas emocionales y psicológicos como la angustia, ansiedad y estrés. Cuando las deudas agobian, un informe del IMSS indica que en enero de 2010 aumentaron entre 30 y 40% los casos de personas deprimidas por no poder pagar sus deudas de Diciembre. Muchos se angustian cuando les llega el primer estado de cuenta de las tarjetas de crédito, con lo gastado en las compras navideñas, y deben sumarlo a otros pagos del mes, otros se preocupan demasiado al ver que no pueden lograr, o cumplir, sus propósitos de Año Nuevo. El problema en ambos casos son los gastos y metas que son poco realistas y no se pueden asumir.
Un análisis presentado el año pasado por el doctor Cliff Arnal, un científico británico de la Universidad de Cardiff, encontró que al pasar los primeros días de enero mucha gente comienza a darse cuenta que le será difícil alcanzar sus metas de Año Nuevo (‘resolutions’). Para muchas personas, el perder peso, ahorrar, dejar el cigarrillo o tomar menos alcohol, se quedan en simples deseos."Cuando la gente no puede lograr sus objetivos, esto hace que se molesten con ellos mismos y se depriman. El problema es que al ponerse esas metas de Año Nuevo, la gente piensa muy en grande y es poco realista", comenta el doctor Fernández."Estudios han demostrado que la gente que se traza metas más pequeñas y realistas, las puede lograr sin renunciar a ellas", asegura el psicólogo."Si no logras la meta de perder 10 Kilos en un mes, no significa que has fracasado, sino que debes cambiar o reevaluar tu objetivo y hacerlo más fácil", sugiere.
También, en las primeras semanas de Enero hay muchas personas que se sienten abrumadas y tristes cuando terminan las celebraciones y retornan a la vida cotidiana y el trabajo, dejando atrás la alegría y júbilo típico de esta temporada."Durante las fiestas muchas personas tienen esperanza de que su vida cambiará mágicamente con la llegada del nuevo año, y cuando se dan cuenta de que eso no es automático, que un año nuevo no significa un cambio repentino y grande en su vida, se deprimen", indica el doctor Roberto Lewis-Fernández, profesor de Psicología Clínica de la Universidad de Columbia.
A todo ello se suma el Desorden Afectivo Estacional: A la tristeza del invierno, el cambio de ánimo asociado a los efectos del clima en esta temporada del año, se le conoce como Desorden Afectivo Estacional (SAD, en inglés).
"En esta época del año la depresión tiene mucho que ver con la falta de luz solar. Cuando hay menos horas de luz, se causa depresión en algunas personas que son vulnerables, y hay que tratarlas con luces artificiales", explica Lewis-Fernández. A este tratamiento se le conoce como "Luminoterapia" o "Fototerapia".
Los expertos en el tema advierten que las personas deben tener mucho cuidado en no confundir la tristeza y angustia pasajera con la depresión clínica grave. Según estadisticas del Instituto Nacional de la Salud Mental de EEUU, 20.9 millones de personas adultas de 18 años de edad o mayores (9.5%), padecen alguna enfermedad depresiva cada año (depresión grave, trastorno bipolar o distimia),solamente en EEUU. Para saber si usted sufre realmente de depresión debe prestar atención a síntomas que duran más de dos semanas y que afectan su capacidad de sobrellevar el día a día y tener una vida normal. Los más comunes son:
Fatiga durante el día.
Dificultad para levantarse.
Baja concentración y funcionamiento en su trabajo y hogar.
Baja en el apetito sexual.
Ansiedad y desesperación.
Desesperanza permanente.
Pocos deseos de socializar.
Tristeza profunda.
Vacío existencial.
Soledad.
A las personas que sufren de algunos de estos síntomas se les aconseja buscar la ayuda de un experto en salud mental como un Psicólogo o un Psiquiatra. Por lo general, los tratamientos incluyen terapias psicológicas y/o medicamentos.
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