Jueves, 19 de diciembre de 2013
Silvia Alvarez
- Madrid, (España)
Psicología
Uno de los objetivos de la vida es ser felices, la mejor forma de disfrutar, es conociéndonos a nosotros mismos, para saber quiénes somos y las cosas que nos gustaría cambiar y mejorar,es decir tener una sana autoestima.
En ocasiones pensamos que nuestra felicidad depende de los demás, o de ser felices en pareja, con lo que se suele depender de la otra persona.
Las personas con dependencia emocional sienten una necesidad desmedida de estar cerca de su pareja que suele conllevar comportamientos de sumisión y temor a la separación, así como control obsesivo de lo que hace y donde está la otra persona.
La búsqueda de afecto provoca una necesidad de afecto extremo, teniendo deseos obsesivos de exclusividad en la relación y priorizando a la pareja sobre cualquier otra cosa. Se vive pendiente de la otra persona, desde la inseguridad, con dependencia emocional.
Se idealiza a la pareja, con comportamientos obsesivos de acaparamiento, celos patológicos, sensación de vacío si no se tiene la atención de la persona, ansiedad ante la separación, sentimientos de culpa y enfado por las emociones difíciles de satisfacer, llegando a la exigencia de deseos fuera de la realidad que llegan a agobiar a la otra persona.
Se auto-valora dependiendo de la necesidad de aprobación de tener una relación, toda la vida gira en torno de la otra persona viviendo de forma subordinada.
La dependencia emocional y afectiva necesita tratamiento psicológico, pues en muchos casos subyace violencia de género.
Psicología
Uno de los objetivos de la vida es ser felices, la mejor forma de disfrutar, es conociéndonos a nosotros mismos, para saber quiénes somos y las cosas que nos gustaría cambiar y mejorar,es decir tener una sana autoestima.
En ocasiones pensamos que nuestra felicidad depende de los demás, o de ser felices en pareja, con lo que se suele depender de la otra persona.
Las personas con dependencia emocional sienten una necesidad desmedida de estar cerca de su pareja que suele conllevar comportamientos de sumisión y temor a la separación, así como control obsesivo de lo que hace y donde está la otra persona.
La búsqueda de afecto provoca una necesidad de afecto extremo, teniendo deseos obsesivos de exclusividad en la relación y priorizando a la pareja sobre cualquier otra cosa. Se vive pendiente de la otra persona, desde la inseguridad, con dependencia emocional.
Se idealiza a la pareja, con comportamientos obsesivos de acaparamiento, celos patológicos, sensación de vacío si no se tiene la atención de la persona, ansiedad ante la separación, sentimientos de culpa y enfado por las emociones difíciles de satisfacer, llegando a la exigencia de deseos fuera de la realidad que llegan a agobiar a la otra persona.
Se auto-valora dependiendo de la necesidad de aprobación de tener una relación, toda la vida gira en torno de la otra persona viviendo de forma subordinada.
La dependencia emocional y afectiva necesita tratamiento psicológico, pues en muchos casos subyace violencia de género.