Miércoles, 19 de abril de 2017
Aurora
Psicología Ansiedad
El estrés se hace presente en tu vida cuando debes cumplir un plazo de entrega laboral, tienes una preocupación respecto al bienestar de un familiar, una fuerte discusión en pareja, facturas por pagar, un accidente etc. En resumen el estrés aparece ante situaciones y compromisos que requieren tu atención y solución inmediata.
Hay un nivel de estrés que es sano y útil, te permite estar alerta, tener concentración y actuar con eficacia en todos las cosas que tienes que hacer. Pero el estrés muy fácilmente aumenta y cuando eso ocurre deja de ser útil y comienza a debilitar tu concentración, atención, tiempos de respuesta, te vuelve irritable, te ocasiona malestares físicos como dolor de cabeza, estómago, espalda. En casos extremos puede inducir cuadros de ansiedad y puede ser el disparador de enfermedades cardiovasculares en algunas personas.
Imagina que; ante todas las cosas que tienes que hacer con la etiqueta de urgente, tu cerebro y cuerpo requieren energía y concentración para responder de forma eficiente. Entonces, lo que tu cerebro hace es liberar una sustancia que se llama noradrenalina, mientras que tus suprarrenales liberan adrenalina y cortisol entre otras sustancias llamadas “hormonas del estrés”. Estas sustancias al vaciarse en tu torrente sanguíneo lo que hacen es que le dan energía inmediata a tus músculos para actuar y ponen a tu cerebro en estado de play para que resuelva lo que necesite de forme rápida y eficiente.
Estas sustancias, se liberan por orden de tu cerebro, que por alguna razón, detectó que había un reto o peligro en el exterior, y por tanto decidió que necesitabas de estas sustancias para mejorar tu desempeño. Hasta aquí todo muy bien, el problema se viene cuando el estrés no se va y más bien se queda de huésped permanente en tu vida, y por tanto la liberación de estas sustancias en tu cuerpo y cerebro es continuada.
¿Qué ocurre? Que ni tu cuerpo ni cerebro esta hecho para soportar la presencia continuada de las hormonas del estrés. Lo que ocasiona todos los malestares que mencione al principio, y que seguramente has padecido: dolor muscular, cabeza, disminución de concentración, fallas en la memoria, tiempos de reacción, irritabilidad.
Cuando el estrés se instala en tu vida todos los días, desde la mañana hasta la noche, genera daños importantes tanto en la salud de tu cuerpo como en la salud de tus emociones y también de tu mente.
Imagina que tienes un carro y lo traes manejando en primera todo el tiempo, y así de tu casa al trabajo y de regreso: truenas la máquina. Eso es lo que hace el estrés constante a tu cuerpo, emociones y mente: te truena. Disminuye tu rendimiento físico, te hace sentir agotado/a, reduce tu memoria, concentración y resolución de problemas, abre la puerta a la angustia, ansiedad, y sensación de ineficacia.
La clave para combatir el estrés consiste en desarrollar habilidades para generar estados de relajación, en medio de las situaciones que te generan estrés. De esta forma le avisas a tu cerebro y suprarrenales que dejen de activar las hormonas del estrés de forma continuada, para que tu cuerpo tenga un descanso y tu mente también.
Cuatro acciones para combatir el estrés
Bueno, hasta aquí con el estrés por el día de hoy.
Psicología Ansiedad
El enemigo oculto: el estrés
El estrés se hace presente en tu vida cuando debes cumplir un plazo de entrega laboral, tienes una preocupación respecto al bienestar de un familiar, una fuerte discusión en pareja, facturas por pagar, un accidente etc. En resumen el estrés aparece ante situaciones y compromisos que requieren tu atención y solución inmediata.
Hay un nivel de estrés que es sano y útil, te permite estar alerta, tener concentración y actuar con eficacia en todos las cosas que tienes que hacer. Pero el estrés muy fácilmente aumenta y cuando eso ocurre deja de ser útil y comienza a debilitar tu concentración, atención, tiempos de respuesta, te vuelve irritable, te ocasiona malestares físicos como dolor de cabeza, estómago, espalda. En casos extremos puede inducir cuadros de ansiedad y puede ser el disparador de enfermedades cardiovasculares en algunas personas.
Las hormonas del estrés
Imagina que; ante todas las cosas que tienes que hacer con la etiqueta de urgente, tu cerebro y cuerpo requieren energía y concentración para responder de forma eficiente. Entonces, lo que tu cerebro hace es liberar una sustancia que se llama noradrenalina, mientras que tus suprarrenales liberan adrenalina y cortisol entre otras sustancias llamadas “hormonas del estrés”. Estas sustancias al vaciarse en tu torrente sanguíneo lo que hacen es que le dan energía inmediata a tus músculos para actuar y ponen a tu cerebro en estado de play para que resuelva lo que necesite de forme rápida y eficiente.
Estas sustancias, se liberan por orden de tu cerebro, que por alguna razón, detectó que había un reto o peligro en el exterior, y por tanto decidió que necesitabas de estas sustancias para mejorar tu desempeño. Hasta aquí todo muy bien, el problema se viene cuando el estrés no se va y más bien se queda de huésped permanente en tu vida, y por tanto la liberación de estas sustancias en tu cuerpo y cerebro es continuada.
¿Qué ocurre? Que ni tu cuerpo ni cerebro esta hecho para soportar la presencia continuada de las hormonas del estrés. Lo que ocasiona todos los malestares que mencione al principio, y que seguramente has padecido: dolor muscular, cabeza, disminución de concentración, fallas en la memoria, tiempos de reacción, irritabilidad.
Cuando el estrés se instala en tu vida todos los días, desde la mañana hasta la noche, genera daños importantes tanto en la salud de tu cuerpo como en la salud de tus emociones y también de tu mente.
Imagina que tienes un carro y lo traes manejando en primera todo el tiempo, y así de tu casa al trabajo y de regreso: truenas la máquina. Eso es lo que hace el estrés constante a tu cuerpo, emociones y mente: te truena. Disminuye tu rendimiento físico, te hace sentir agotado/a, reduce tu memoria, concentración y resolución de problemas, abre la puerta a la angustia, ansiedad, y sensación de ineficacia.
¿Cómo combatir el estrés?
La clave para combatir el estrés consiste en desarrollar habilidades para generar estados de relajación, en medio de las situaciones que te generan estrés. De esta forma le avisas a tu cerebro y suprarrenales que dejen de activar las hormonas del estrés de forma continuada, para que tu cuerpo tenga un descanso y tu mente también.
Cuatro acciones para combatir el estrés
- Respira conscientemente. Es el instrumento por excelencia para inducir estados de relajación cuando el estrés se hace presente. Comienza por realizar 10 inhalaciones y exhalaciones profundas en cualquier momento; atorado en el tráfico, en el trabajo, en medio de una discusión. Si te interesa esto, googlea técnicas de mindfulness y meditación, que exploran todas las formas en las que la respiración ayuda a calmar el cuerpo, la mente y las emociones.
- Prioriza. Detente un momento y realiza una lista por escrito de todas las cosas que tienen que hacer, no todo es urgente, aunque tu mente te diga que sí. Determina que si es urgente, que puede esperar un poco y sobre que cosas definitivamente dejas de pensar y angustiarte por ellas en este momento.
- Exprésate y comparte con alguien. Cuando el estrés te invade, ocurre que tu mente no puede pensar con claridad una solución eficaz, compartir con alguien lo que te ocurre y pedir ideas al respecto, es una excelente forma de hacerte de aliados en tu batalla contra el estrés.
- Ejercítate. Realizar una actividad física, por lo menos 25 minutos cada tercer día, permite que tu cuerpo se libere de las hormonas del estrés, y le da un descanso a tu cuerpo, a tu mente y a tus emociones.
Bueno, hasta aquí con el estrés por el día de hoy.