Martes, 03 de febrero de 2015
PSICOINTEGRALES
Psicología
Psicología
En el tema de la adicción, o dependencia, surge una pregunta bastante frecuente, tanto para quienes ya son conscientes de la enfermedad, como para los “sanos” ¿Cómo es posible que este apegado a algo (sustancia, emoción, persona, hábito etc) que le hace daño a mi cuerpo, o estabilidad emocional? ¿Por qué no es suficiente pensar en las consecuencias a largo plazo que puede generar dicho hábito, para poder dejarlo? ¿Si sé que esto puede llegar a afectar tanto mi vida e incluso llevarme a la muerte, como es posible que lo siga haciendo? Estas preguntas podrían indicar que en la persona, sus deseos de vivir son bastante bajos, esto podría hacer referencia a la pulsión de muerte, es decir una secreta complacencia de la persona por el sufrimiento, y por todo aquello opuesto al bienestar, así como tenemos el instinto de vida también tenemos el deseo de muerte, es así como vemos que algunas personas con adicciones, padecen patologías como depresión, acompañadas de ideas suicidas, o intentos de suicidio, muchos de ellos caen en la adicción para suplir este vacío personal, sentimientos profundos de tristeza, desmotivación y desespero, o para evadir problemas emocionales fuertes; es importante que yo evalué, ya sea como paciente o terapeuta, si esto esta pasando, para intervenir adecuadamente, debo hacerme las siguientes preguntas: ¿soy dependiente al sufrimiento? ¿Soy adicto a los dramas? ¿Qué ganancias obtengo al sufrir?
En otros casos, las personas podrían decir que sus ganas de vivir son altas, pero aún así, su dependencia a sustancias o a cualquier otra cosa es igualmente alta, ante estos casos que podríamos decir? Primero observemos que el apego a una sustancia, persona etc, genera un cierto grado de placer, felicidad pero momentánea, y esto es lo que hace que una persona se enganche a ello, a pesar del daño que también pueda ocasionar, la ganancia es mayor, la satisfacción que genera es por el momento más benéfica que los efectos adversos a largo plazo, tiene también una ganancia secundaria, y es importante averiguar cuál es.
Desde el humanismo existencial, cualquier acción es precedida por un deseo, puede ser consciente o inconsciente, como dice May y Yalom, 1984: “el deseo siempre es previo a la voluntad y no puede haber ninguna acción significativa sin un deseo previo”, entonces nos preguntamos, cuál es el deseo que me lleva al consumo, al apego de algo tan dañino?. Puedo hacer una pregunta previa para explorar mis deseos: ¿Cómo me siento cuando fumo, juego etc?, la falta de conocimiento frente al deseo previo que impulsa mi consumo o el apego, genera que esto se vuelva compulsivo, sin control y patológico. May y Yalom así mismo habla, que en la adicción se presenta una falta de capacidad de desear, un desconocimiento total de aquello que nos moviliza, nos motiva y le da sentido a nuestra vida, “se requiere una pausa, para romper la necesidad compulsiva impuesta por el determinismo pasado externo, para adentrarse en la propia experiencia y conocer profundamente el sentido de mis propios deseos y hacia donde apuntan estos, para reorientarlos a fines más trascendentes y constructivos”.
Propongo que respondan las siguientes preguntas, para aclarar mejor el panorama, ¿Que valores están implicados en la droga, cigarrillo, pareja juego etc? por ejemplo: confianza poder, fuerza ¿Qué significados le atribuyo a la marihuana, cigarrillo, juego electrónico, pareja etc?. Por ejemplo, compañía, Estabilidad, felicidad, gozo; las respuestas me van a orientar acerca de lo que yo busco y lo que es importante para mí. Algo importante dentro de esta exploración es tener claridad, sobre cuál es el propósito de mi vida, este propósito no se refiere a la actividad académica o profesional que desempeñe, a las cosas materiales que pueda adquirir, es un propósito mucho más trascendente, más general, que incluye a toda la persona, y puede ser independiente o dependiente a lo que hago en la vida, esta intención me orienta todos los días, y dirige mis acciones. No es necesariamente acorde a principios morales, como puede que sí, es un propósito único, emocional, moviliza a las personas a encontrar sentidos y significados.
Ante estos deseos ciegos que dirigen acciones compulsivas y patológicas, debo conocerlos, reorientarlos, resignificarlos conscientemente, y llevarlos a la acción por medio de la voluntad, para que mis acciones sean más sanas y contribuyan a mi bienestar.
Viviana P. Vargas
Psicologa Clinica
En otros casos, las personas podrían decir que sus ganas de vivir son altas, pero aún así, su dependencia a sustancias o a cualquier otra cosa es igualmente alta, ante estos casos que podríamos decir? Primero observemos que el apego a una sustancia, persona etc, genera un cierto grado de placer, felicidad pero momentánea, y esto es lo que hace que una persona se enganche a ello, a pesar del daño que también pueda ocasionar, la ganancia es mayor, la satisfacción que genera es por el momento más benéfica que los efectos adversos a largo plazo, tiene también una ganancia secundaria, y es importante averiguar cuál es.
Desde el humanismo existencial, cualquier acción es precedida por un deseo, puede ser consciente o inconsciente, como dice May y Yalom, 1984: “el deseo siempre es previo a la voluntad y no puede haber ninguna acción significativa sin un deseo previo”, entonces nos preguntamos, cuál es el deseo que me lleva al consumo, al apego de algo tan dañino?. Puedo hacer una pregunta previa para explorar mis deseos: ¿Cómo me siento cuando fumo, juego etc?, la falta de conocimiento frente al deseo previo que impulsa mi consumo o el apego, genera que esto se vuelva compulsivo, sin control y patológico. May y Yalom así mismo habla, que en la adicción se presenta una falta de capacidad de desear, un desconocimiento total de aquello que nos moviliza, nos motiva y le da sentido a nuestra vida, “se requiere una pausa, para romper la necesidad compulsiva impuesta por el determinismo pasado externo, para adentrarse en la propia experiencia y conocer profundamente el sentido de mis propios deseos y hacia donde apuntan estos, para reorientarlos a fines más trascendentes y constructivos”.
Propongo que respondan las siguientes preguntas, para aclarar mejor el panorama, ¿Que valores están implicados en la droga, cigarrillo, pareja juego etc? por ejemplo: confianza poder, fuerza ¿Qué significados le atribuyo a la marihuana, cigarrillo, juego electrónico, pareja etc?. Por ejemplo, compañía, Estabilidad, felicidad, gozo; las respuestas me van a orientar acerca de lo que yo busco y lo que es importante para mí. Algo importante dentro de esta exploración es tener claridad, sobre cuál es el propósito de mi vida, este propósito no se refiere a la actividad académica o profesional que desempeñe, a las cosas materiales que pueda adquirir, es un propósito mucho más trascendente, más general, que incluye a toda la persona, y puede ser independiente o dependiente a lo que hago en la vida, esta intención me orienta todos los días, y dirige mis acciones. No es necesariamente acorde a principios morales, como puede que sí, es un propósito único, emocional, moviliza a las personas a encontrar sentidos y significados.
Ante estos deseos ciegos que dirigen acciones compulsivas y patológicas, debo conocerlos, reorientarlos, resignificarlos conscientemente, y llevarlos a la acción por medio de la voluntad, para que mis acciones sean más sanas y contribuyan a mi bienestar.
Viviana P. Vargas
Psicologa Clinica