Martes, 03 de abril de 2018
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta
- Zaragoza, (España)
Psicología
Psicología
Cuando sufres, haces sufrir a la gente que te rodea. Es algo muy natural. Por eso hemos de aprender a manejar nuestro sufrimiento, para que no vayamos repartiendo malestar a gente que nos quiere.
Cuando eres cabeza de familia (mujer u hombre), sabemos que el bienestar de nuestra familia es muy importante para conseguir paz y amor.
Tu compasión te conduce a aprender a manejar tu sufrimiento porque sabes que no es una cuestión individual, y que tu felicidad tampoco lo es.
Cuando alguien está enfadado y no sabe cómo manejar su ira, se siente impotente, sufre. Y también hace sufrir a los que le rodean; amigos, compañeros de trabajo, familia...
Al principio puede pasar que la persona que te enoja merece un castigo porque te está haciendo sufrir.
Date un tiempo para reflexionar, da un paseo o intenta realizar alguna actividad de relajación.
Puede que esa persona sea muy cercana a ti, por ejemplo, un familiar. Intenta abrazar tu ira para que exista calma en el entorno y que tu ira no se proyecte en los demás tratando de que podamos conseguir un espacio de tranquilidad donde, poco a poco, tú dejes de emanar esa fuerza de ira, que como sabes, procede de un sufrimiento.
Si no puedes hacerlo solo/sola pide ayuda; no es tan fácil como leer un consejo.
Abrazos.
Cuando eres cabeza de familia (mujer u hombre), sabemos que el bienestar de nuestra familia es muy importante para conseguir paz y amor.
Tu compasión te conduce a aprender a manejar tu sufrimiento porque sabes que no es una cuestión individual, y que tu felicidad tampoco lo es.
Cuando alguien está enfadado y no sabe cómo manejar su ira, se siente impotente, sufre. Y también hace sufrir a los que le rodean; amigos, compañeros de trabajo, familia...
Al principio puede pasar que la persona que te enoja merece un castigo porque te está haciendo sufrir.
Date un tiempo para reflexionar, da un paseo o intenta realizar alguna actividad de relajación.
Puede que esa persona sea muy cercana a ti, por ejemplo, un familiar. Intenta abrazar tu ira para que exista calma en el entorno y que tu ira no se proyecte en los demás tratando de que podamos conseguir un espacio de tranquilidad donde, poco a poco, tú dejes de emanar esa fuerza de ira, que como sabes, procede de un sufrimiento.
Si no puedes hacerlo solo/sola pide ayuda; no es tan fácil como leer un consejo.
Abrazos.